M21 Radio hace que adolescentes y mayores pasen tiempo juntos y aprendan unos de otros

M21 Radio

A las puertas del estudio de grabación de M21, la emisora municipal de Madrid, esperan varios estudiantes de 16 y 17 años del Instituto Conde de Orgaz. Junto a ellos, hay un grupo de personas que rondan los 80 años del centro municipal de mayores Nuestra Señora de la Merced. Durante las próximas dos horas, hablarán frente a los micrófonos de sus inquietudes, del pasado, de qué harían si fuesen alcaldes de Madrid… Se trata de un programa de radio para unir a dos generaciones. Esta es la premisa de la que parte el espacio Cero en Conducta. Proyectos como este, o como Trébede, una iniciativa para que estudiantes de 4º de ESO conozcan la música tradicional de la mano de jubilados y hagan un concierto juntos, tienden puentes entre miembros de dos generaciones que, de otra manera, no compartirían tiempo juntos. Lo ha explicado en El País Celia López-.



Los primeros en ponerse frente a los micrófonos de M21 son Carlos, de 17 años, y Teodora, de 77. Ya han mantenido charlas en la residencia en la que ella vive. «Los chavales venían a vernos para compartir tiempo con nosotros, estaban de exámenes y aún así se perdían algunas clases para preparar el programa. Han sido muy majos», afirma Teodora. Carlos califica la iniciativa de entretenida, aunque aclara que para él no es algo nuevo, ya que habla mucho con su abuela Custodia.

“El proyecto de M21 se basa en la metodología del aprendizaje-servicio, que propone desarrollar contenidos académicos a la vez que se presta un servicio a la comunidad”, explica Bea Lucas, coordinadora de programas de la emisora de radio de Madrid. Aunque aún se trata de un proyecto piloto, Pedro, de 92 años, que ha participado en el programa, dice tras la grabación: “Esto tenéis que volver a hacerlo”. La otra pata de esta iniciativa son los alumnos universitarios que han participado ayudando a adolescentes y mayores a preparar los guiones y editar el contenido.

Patricia González, profesora de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, hizo una propuesta educativa dentro de la asignatura de Periodismo Social para que sus alumnos hicieran prácticas en organizaciones del tercer sector. “Lucas me contactó para proponerme que los estudiantes de mi asignatura participaran en Cero en Conducta”, recuerda González. “Han acabado muy contentos, de hecho, algunos se han quedado haciendo prácticas en M21. Ojalá podamos repetir en el futuro”, afirma.
Una de esas universitarias es Anabel Morales, de 20 años, que ha participado en la iniciativa con estudiantes del Instituto Francisco de Goya. “Fue difícil trabajar con los adolescentes al principio”, reconoce. Morales recuerda que a las personas mayores incluso había que pedirles que dejasen hablar a los estudiantes durante la grabación. Pero las diferencias se fueron limando y los participantes, conociéndose cada vez más. La joven cuenta que las principales diferencias surgieron al contar cuál era la forma de ligar. “Los jubilados decían que se conocían en bailes y fiesta populares y los chavales, que ahora todo es a través de las redes sociales”, explica.
Pepa Cano, profesora de Educación en Valores del IES Francisco de Goya, ha participado en el proyecto sin desplazarse hasta la radio. Ella y sus alumnos grabaron el programa desde un autobús que tenía una emisora incorporada, que se plantó a las puertas del instituto. “Al principio nos costó despegar. Los chicos estaban un poco desconectados, pero luego se fueron motivando y han aprendido mucho de las personas mayores con las que han tratado”, explica Cano.

Compartir experiencias a través de la música
Trébede también ha sido un proyecto piloto, en este caso de la Asociación Cultural Voces del Más Acá. Acabó a finales de junio, después de siete meses. Los organizadores juntaron a chavales de cuarto de la ESO con jubilados de centros de día del madrileño barrio de Puente de Vallecas. “Los estudiantes tenían que preguntar a los mayores por la música tradicional que escuchaban de pequeños, y después les hemos ayudado a preparar el repertorio de un concierto que se celebró el pasado 29 de junio”, explica Pedro Quirica, uno de los responsables de la iniciativa.
Cada semana, estudiantes y jubilados se juntaban una hora el jueves para preparar el repertorio. Después, los coordinadores de Trébede supervisaban junto a los mayores el trabajo que habían realizado. “El objetivo era que los jóvenes conocieran y compartieran la música de anteriores generaciones. Lo han pasado muy bien y han aprendido unos de otros”, afirma Quirica.
Irene Elías tiene 70 años y acude a un grupo de rondalla y de coro de un centro de mayores de Vallecas. “Desde que me jubilé hace siete años me he interesado por la música”, explica. Cuando los organizadores de Trébede le propusieron participar en el proyecto, aceptó sumarse. “Al principio estaban un poco cortados y la única música del pasado que les sonaba era la copla y cosas así…”, cuenta. Pero después, “los chicos se implicaron mucho, aprendieron muy rápido y lo hicieron genial. Volvería a participar sin dudarlo”, concluye.

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