Lo anunciaba esta madrugada (23/7), en El Partidazo de COPE, su presentador accidental por las vacaciones de Juanma Castaño, Juan Antonio Alcalá, que ha certificado así su vuelta a las ondas después de meses apartado de la radio, confesaba estar nervioso por lo que va a ocurrir la madrugada de este martes 24/7 a miércoles 25 de julio en su programa: «vamos a tener aquí cara a cara al periodista José María García«.
Alcalá ofrecía más detalles. En la tarde del lunes, a las 15 horas, había confirmado telefónicamente con García su presencia en el espacio deportivo de COPE para mantener un «cara a cara». Sobre el asunto opinaba también el periodista Tomás Guasch, «nuestro problema es no haber tenido la suerte de trabajar con él».
Y Juan Antonio Alcalá se sinceraba entonces con los oyentes: «Estoy nervioso porque estaré cara a cara con un viejo enemigo. Sí, hace un tiempo yo estaba en una radio y García en otra. Y yo formaba parte de un ejército ciego que iba contra él. Yo tenía un micrófono amarillo que utilizaba como un arma, un fusil», reconocía Alcalá recordando el durísimo enfrentamiento entre la Cadena SER, capitaneada entonces por José Ramón de la Morena, y ‘SuperGarcía‘.
Hablarán de ese turbio capítulo de la radio española, adelantaba Alcalá, pero también de cómo José María García le robaba horas de sueño, siendo un él un niño, «para poder escuchar su programa nocturno en Antena 3«.
La entrevista promete porque es el regreso de José María García a un programa deportivo de la COPE después de haber realizado algunas declaraciones críticas, siempre con la polémica que acompaña al gran comunicador, contra su antigua emisora.
La cita, esta noche en El Partidazo de COPE a partir de la 1 de la madrugada, aproximadamente y es su primera exprevista tras la exclusiva otorgada a guiadelaradio y publicada en la revista del 22 de julio.
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Alcalá es un lamentable periodista, absolutamente subjetivo, que empeña su tiempo y dedica su rebuscada y hastiante retórica en disparar contra sus obsesiones: de la Morena, el Barcelona.
Hace unos años, uno de sus esperpénticos desvaríos contra el Barcelona le costaron un buen pico a los obispos, lo que no entiendo es cómo no lo despidieron, sin camino de vuelta.
Por mi parte, en cuanto escucho su voz cambio de emisora.