Carlos Herrera, invitado al «Converses» de COPE Catalunya

Carlos Herrera

Carlos Herrera, periodista y presentador de «Herrera en COPE«, ha participado este sábado (3/3) en el programa «Converses» de COPE Catalunya. Hablando en un perfecto catalán, el comunicador ha reivindicado durante su entrevista el papel del periodismo como fuente imprescindible de información. En relación al creciente uso de las redes sociales, ha afirmado también que éstas «son interesantes para distraerse, conocer gente o mantener algún tipo de debate» si lo permiten, pero defiende que «la información debe venir dada por los medios de comunicación». Sobre las redes advierte que «muchas veces son un patio donde sacamos la cabeza y decimos la primera tontería que nos viene a la cabeza».



Herrera ha enviado tres consejos a todos los que quieran estudiar o dedicarse al periodismo. Primero, «que lo piensen bien» y, segundo, «que no pierdan nunca la curiosidad para saber cómo pasan las cosas, por qué suceden, y si las cosas son tal como las hemos visto o no». Por último, ha recordado que «el oficio del periodista no debe mirar nunca el reloj». «Nunca se deja de ser periodista, todo el día tienes que pensar en qué está pasando, y cómo lo tienes que explicar», ha añadido.

Carlos Herrera ha hecho un repaso por su carrera radiofónica. Precisamente, una parte de sus inicios como locutor tuvieron como escenario Catalunya. Tras su debut en Radio Sevilla en 1977, el periodista pasó por los micrófonos de Radio Mataró y Radio Miramar. Fue en estas emisoras donde entró en contacto con el catalán. Aunque no es habitual oírle hablar en este idioma, y menos en la radio, domina la lengua, que aprendió a hablar «en la calle». «A veces tenía que grabar alguna cuña en catalán. Esto era un problema porque mi catalán de ahora es pasable, pero el entonces era muy parco», explicó.

A pesar de ser una de las voces de referencia de la radio española, considera que con toda la gente que hay haciendo programas, si se sintiera «el último mohicano, sería un poco pretencioso». Sin embargo, piensa que para poder elaborar un programa del llamado «modelo contenedor», que va desde las seis de la mañana hasta la una de la tarde aproximadamente, «es necesario ser muy polivalente». Esto es así porque «tienes que levantar a las personas, organizar una crítica, un análisis político, y también se debe dar diversión», explica.

Después de más de 40 años de profesión, Herrera no se plantea dejarlo porque necesita participar de la creación radiofónica y no se concibe a sí mismo como oyente. «Quizás el primer mes encontraría cosas que hacer o quizás los dos primeros meses». Pero confiesa que, con el tiempo, un día, al levantarse, «pondría la radio y pensaría: no, no, no, ¡esto no se hace así!» «Yo no puedo ser oyente», concluye.

Respecto de la situación actual en Catalunya, territorio que suele visitar y donde guarda muchos recuerdos, Herrera ha señalado que «ya estaba en la cabeza del pujolismo la idea de desembocar en el punto donde hemos llegado». Asegura que como consecuencia de los planes de Jordi Pujol se ha llevado a Catalunya «a una situación desnortada, delirante» y lamenta que éste ha sido «el peor negocio que ha podido hacer Catalunya».

Carlos Herrera considera que hay una parte de ciudadanos del resto de España «que tienen la sensación de que un número importante de catalanes los culpa que no tengan más o que tengan estos problemas», Ante esta realidad, el periodista aclara «a catalanes y no catalanes» que lo primero que hace un hombre de Calzada de Calatrava por las mañanas «no es pensar en la manera de joder a un catalán. ¡No! Porque tiene sus problemas y sus cosas que hacer». Por otra parte, sobre los prejuicios que la gente pueda tener con Catalunya por la tensión secesionista, manifestó que «el número de idiotas que se puede encontrar en Barcelona es el mismo que puede haber en cualquier otro sitio». Es por ello que, a pesar de la fracción que ha podido causar el separatismo, Herrera concluye que «lo más importante son los buenos ratos pasados con una persona», más allá de la forma de interpretar las cosas que tenga el otro, lo que para él «es importante, pero secundario». Pone como ejemplo el caso de los también periodistas Jordi Évole, presentador del programa Salvados en La Sexta, y Jordi Basté, conductor de El Mon a RAC 1, con quienes mantiene una buena relación, «a pesar de tener criterios muy diferentes».

51501