26.10.2025.- Irene Miria Vera le ha entreistado para noticiasdegipuzkoa.eus: Sus primeros años transcurrieron en una casa con huerto y ganado, y todavía hoy conserva esa conexión profunda con el mundo rural. De niño soñaba con ser director de cine, y en cierto modo, su trabajo como locutor radiofónico le ha permitido cumplir el deseo de narrar historias. Es una de las voces más madrugadoras de Euskadi: de 6 a 11 conduce el matinal de Onda Vasca, un espacio donde la actualidad no da tregua. Melómano y amante de la buena mesa, encuentra también en la música y la gastronomía otras maneras de entender la vida.
¿Qué temas crees que marcan la conversación en Euskadi hoy en día?
El acceso a la vivienda se ha convertido en una de las preocupaciones principales de la ciudadanía en los últimos meses, sobre todo entre la población joven. A pesar de que la situación está siendo abordada por varias instituciones y gobiernos, aún no se ha encontrado una solución ágil y universal. Otra de las cuestiones es la sanidad. Es verdad que todavía hay algunas quejas, pero creo que la opinión sobre la atención sanitaria en Osakidetza va mejorando cada vez más.
¿Y qué comentarios os suelen trasladar vuestros oyentes?
En el WhatsApp de Onda Vasca recibimos comentarios de todo tipo, pero he notado que una parte significativa de la sociedad está preocupada por la política pura y dura, la política con “p” mayúscula. Esto coincide con el auge de ciertos discursos cada vez más extremistas, la polarización de ideologías y la falta de entendimiento, lo que se termina contagiando a los ciudadanos.
Pongamos el foco en tu biografía. Tu juventud estuvo muy ligada al sector primario, ¿Cómo recuerdas esa época?
Viví varios años en Muskiz, en una casa con huerta y con ganado. No me he dedicado profesionalmente al sector primario, pero sí que he mantenido mucho contacto con este mundillo a través de mi familia. De hecho, yo soy una persona de campo, me gusta mucho ese ambiente y me toca muy de cerca.
¿Qué aprendió aquel Txema del entorno rural que estés aplicando actualmente en la radio?
El ámbito rural implica mucha dedicación, trabajo y constancia. En la medida de lo que puedo, con mis defectos y virtudes, trato de aplicar ese sacrificio y ese esfuerzo diario a mis funciones periodísticas.
Cinco horas diarias en directo no son pocas. ¿Cuál es la clave para defender el tramo más exigente del día?
Hay que estar muy despierto y muy vivo. Aunque madrugo mucho y empezamos el programa a las seis de la mañana, es necesario estar mentalmente muy espabilado y con los cinco sentidos a tope, porque la actualidad no se detiene. Lo mismo puedes estar narrando una noticia que ha ocurrido hace unas horas, que de repente estalla una información de última hora que tienes que contar casi al instante, con una inmediatez y un rigor absoluto. Son cinco horas de radio vertiginosas en las que puede pasar de todo, y esto te exige ser prácticamente un director de orquesta.
¿Tienes algún ritual antes de entrar en el aire?
No, no hay un ritual. Yo intento llegar con bastante margen antes del directo, sin prisas y dormir bien la noche anterior, aunque no siempre lo cumplo. Eso sí, lo que no pueden faltar son unos buenos cafés.
¿Cuál dirías que es tu superpoder como locutor?
No sé si lo consigo, pero yo intento ser lo más claro, directo y cercano posible con la gente que me está escuchando. Por las mañanas existe una competencia feroz, porque es el prime time del medio radiofónico que comparto con compañeros / adversarios muy potentes. Entonces, cuando empiezo a hablar delante del micrófono, tengo muy presente que hay personas escuchándonos al otro lado.
¿Algún momento que te haya recordado por qué elegiste esta profesión?
No te podría mencionar ninguno en particular, pero sí te puedo decir que para mí merece la pena trabajar en la radio y despertar cada mañana a toda la audiencia que tenemos en Onda Vasca cuando hablamos de historias humanas. Me gusta que las personas nos cuenten cómo transcurre su día a día y se sinceren con nosotros. Estos relatos personales calan mucho más que una entrevista de índole política o económica. Ahí es cuando siento que merece la pena formar parte de esto.
Sabemos que estudiaste saxofón. ¿Qué te inspiró a empezar con este instrumento?
A mí me encanta la música. Yo solía golpear el piano que teníamos en casa. También me gustaba el jazz, por lo que comencé tocando el clarinete antes de pasarme al saxofón. En mi experiencia, los estudios musicales aportan una claridad mental, una disciplina y un orden que a la larga me han venido bien en otros aspectos. Me dediqué a estudiar música hasta que entré en la universidad y después lo dejé. Hace años que ya no toco ningún instrumento.
¿No te planteas retomar este hobby?
Ahora mismo no, el periodismo y la conciliación laboral me tienen muy ocupado.
Como buen melómano, imagino que no te faltan referentes.
A mí me gustan muchos géneros musicales diferentes, como el rock y el pop. Puedo escuchar una canción de rock sinfónico de veinte minutos de duración y también una de punk que dure apenas dos. Hay dos grupos que siguen siendo mis favoritos y que escuché obsesivamente durante mi adolescencia: Pink Floyd y The Doors. Ahora no los escucho tanto, pero se mantienen en el podio. Y de cantante solista, sin duda elijo a Elvis Presley.
¿Algún tema del “el rey del rock and roll” que adores?
Hay mucho donde escoger, pero venga, me quedo con “Burning Love”.
Además de la música, el cine es una de tus grandes pasiones.
Sí. El cine es lo que más me gusta en la vida. De niño quería ser director de cine, con eso te lo digo todo. Las películas, aparte de acompañarme y entretenerme desde la infancia, también me han instruido como persona y me han aportado valores. Un film que me marcó y que he visto muchísimas veces es ‘2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick. Todavía es mi película favorita, pero también disfruto de otras como ‘Psicosis’, ‘Taxi Driver’, ‘Río Bravo’ o ‘Centauros del desierto’. Recuerdo una frase del cineasta francés François Truffaut: “Quien ama el cine, ama la vida”. Me parece que resume muy bien este sentimiento.
Sería un error no mencionar que eres muy gourmet. ¿Hay algún plato que elijas cuando te quieres dar un homenaje?
Es cierto que soy muy gourmet, pero yo disfruto igual con una ensaladilla rusa, que con un plato elaborado de un restaurante de estrella Michelin. Comer es un verdadero goce. Se me hace complicado elegir una comida favorita, pero mira, te lo voy a decir. Para mí, el huevo frito con patatas fritas es un auténtico manjar. Con eso nunca fallas.
Cerramos con una última reflexión. ¿Consideras que el periodismo se puede entender sin que sea vocacional?
A ver, se puede trabajar en periodismo sin tener una vocación como tal. Aun así, el periodismo conlleva unas circunstancias que, a la larga, sí te exigen vocación. Algunas personas pueden desempeñar esta labor durante un tiempo, pero al final acaban dedicándose a otra cosa. Las condiciones laborales son muy particulares e invasivas, así que si pretendes mantenerte años o décadas en este oficio, tiene que ser vocacional. De lo contrario, es posible que no lo aguantes.
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