
Javier Vizcaino le ha entrevistado para noticiasdenavarra.com:
Entra al estudio de Onda Vasca a las seis de la mañana y sale cinco horas después de haber compartido información y entretenimiento por arrobas y, seguro, de haber disfrutado de lo que más le gusta: hacer radio.
- ¿Qué le lleva cada día a ponerse delante del micro a horas tan tempranas?
- La ilusión por compartir historias con esa persona que se toma la molestia de encender la radio y que decide escoger tu propuesta de entre todas las que hay. Ser consciente de eso es una responsabilidad tremenda.
- ¿Cómo están siendo estos primeros meses de renovación total en Onda Vasca?
- Absorbentes. Se ha cambiado todo. La radio ya no es ese algo intangible y etéreo de antes. Ahora es orgánica, tiene piel, casi se la puede tocar. Es un medio multiplataforma. Pero queda mucho, «Roma no se construyó en un día».
- ¿Qué oyente hay en su cabeza?
- El que se levanta por la mañana y se pone a currar o a hacer lo que tenga que hacer. Ése es el punto de partida. Me da igual que sea abogado, transportista o jubilado. Acogemos a todo el que quiera saber cómo se presenta el día y lo intentamos hacer
de una forma cercana, cálida, que sienta que forma parte de una comunidad, que aquí está en su casa. - ¿Cuándo siente que ha conectado?
- Cuando recibo ese feedback. Eso es muy bonito, aunque también tiene un riesgo que hay que asumir. Nuestro trabajo es muy expuesto. La opinión que sueltes, para bien o para mal, te vuelve como un boomerang. Y claro, a veces te dan una palmadita en la espalda, y otras, un sopapo. Pero eso significa que el producto que estás haciendo está vivo. Lo que hay que evitar es la indiferencia.
- ¿Qué aportan las redes sociales a la radio?
- Mucho. La esencia de la radio está ahí y las redes sociales no la contaminan, al contrario, completan la propuesta.
- ¿Y no le han robado la magia?
- Si te refieres a ese aura que tenía la radio de antes, sí, un poco sí. Digamos al menos que ese atractivo de antaño ha sido sustituido por otros alicientes.
- ¿Qué papel le queda a la radio en un mundo donde hay tantos medios de entretenimiento?
- El mismo de siempre. Informar, entretener, acompañar. Pero adaptándonos a las circunstancias. ¿Qué haría Mozart ahora? Pues seguramente música electrónica y no dejaría de ser Mozart.
- ¿Tenía ganas de que bajara el flujo informativo de la pandemia?
- Ya lo creo que sí. Y ese momento de anunciar que cierran los vacunódromos, que ya no hay pueblos en rojo, que ya no hay emergencia sanitaria, ha sido emocionante.
- ¿Los medios hemos estado a la altura?
- Pues mira, sí. Todos hemos cometido errores: científicos, políticos, periodistas y por supuesto, la ciudadanía en su conjunto. Pero no nos flagelemos. Creo, en general, que los medios hemos hecho mucho y bien.
- ¿Hay algún contenido informativo que le dé pereza?
- Sí, pero prefiero no decirlo públicamente, sería un poco feo. Aunque tú ya te lo puedes imaginar, que ya nos conocemos.
- ¿En qué parte del programa se lo pasa mejor?
- Me encanta la entrevista de las 8,35. En mi opinión, la entrevista es el género periodístico más puro. Y cuando sale del estudio después de tantas horas en antena… Todo muy costumbrista y sin glamour. Preparo el programa del día siguiente y me voy a casa a descansar, que los madrugones pasan factura.
66371