Maruja Fernández, la inmigrante cubana que ocultó su identidad en favor de Elena Francis

Maruja Fernández

Luis Fernando Romo escribe en El Mundo: La voz es una de las herramientas principales para persuadir y transmitir emociones. Al menos, en la radio. Maruja Fernández del Pojo fue una de las locutoras más queridas de la sociedad franquista al encarnar al personaje ficticio de Elena Francis en el espacio El consultorio de Elena Francis.



Aquella España rancia y machista que convirtió a la mujer en un objeto relegado al ámbito privado del hogar sin importar lo que sintiera su mente y su corazón encontró en Elena Francis a una especie de salvavidas que contestaba a las preguntas de las oyentes sobre embarazos extramatrimoniales, adulterio, labores del hogar y otros menesteres.

Maruja Fernández nació en Cuba en 1925, pero a diferencia de otros españoles que buscaban hacer las Américas, ella decidió hacer las Españas. Era hija de inmigrantes españoles y al llegar a nuestro país empezó a trabajar en orquestas de música caribeña. Incluso trabajó en la compañía del legendario Antonio Machín hasta que RNE la contrató en 1955.

Vehículo propagandístico
En 1962 consiguió el papel de Elena Francis, por el que recibió los premios Ondas y Antena de Oro en 1966. A partir de ese año, el periodista Juan Soto Viñolo se encargó en solitario de los guiones del programa hasta su desaparición en las ondas en 1984. Cuando Soto Viñolo desveló años después la verdadera identidad de la señora Francis se armó un gran revuelo social.

Por activa y por pasiva, Maruja siempre ocultó su verdadera identidad porque las oyentes creyeran que la señora Francis era de carne y hueso. Ella fue un vehículo propagandístico orquestado por el matrimonio catalán José Fradera y Francisca Elena Bes, dueños del Instituto y Laboratorio de Belleza Francis quienes, a través de las voces de María Garriga, Rosario Caballé, María Teresa Gil, Soledad Ambrojo y, posteriormente, Maruja Fernández, promocionaban sus productos femeninos.

Partida de nacimiento extraviada
Cuando a Fernández/Francis le preguntaban sobre su edad ella siempre se hacía la despistada y comentaba que su partida de nacimiento se había extraviado durante la revolución castrista. Maruja se casó con el también locutor José Pascual, de quien enviudó. Cuando se jubiló en 1990, Maruja solía acudir a eventos relacionados con el ámbito de la radio, así como a homenajes a compañeros. Falleció en 2001 en Piera (Barcelona).

Cinco años después de su deceso, el azar quiso que en la masía abandonada de Can Tirel del matrimonio Fradera-Bes se encontraran un millón de cartas de las lectoras de la época, la mayoría roídas por las ratas, enmohecidas por la humedad o deterioradas por el paso del tiempo. Como la inmobiliaria se desentendió del contenido, el Arxiu Comarcal del Baix Llobregat (Barcelona) se hizo cargo de este tesoro cultural. Hasta la fecha solo se han podido digitalizar algo más de diez mil.

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