Carta abierta de Andrés Caparrós a Iñaki Gabilondo

Andrés Caparrós

En su perfil de Facebook se puede leer:
Querido Iñaki:
Al decir, “me cuesta mucho opinar”, estás opinando. Y no sólo eso.
En la Cadena SER, cuyas mañanas compartimos un par de años, fuiste la voz de la línea editorial del Grupo Prisa al servicio del PSOE de Felipe González. Con gran entusiasmo e inteligencia, pusiste tu hermosa voz y tu brillante elocuencia al servicio de un partido político.
Algo inocultable, aunque a menudo pareciera que te manifestabas con objetividad e independencia, más allá de cualquier duda razonable. Creador, y señor de HOY POR HOY durante muchos años, fuiste el pregonero de las pequeñas batallas diarias y de las grandes victorias, jalones de la historia de nuestra democracia, que se lograron con González y Guerra al mando en los tiempos convulsos, cuando ETA estaba “en todo lo suyo” que era todo nuestro dolor y nuestra sangre.
Ya en la galería de los dioses del medio, y general al mando del programa de referencia de la radio española, seguiste desempeñando tu oficio de defensor del PSOE, con Zapatero; disciplinadamente, aunque en las dos legislaturas de ese presidente no fueran tantos ni tan claros los logros que merecieran ser amplificados por tu poderosa voz.



Y estamos aquí, y ahora. Finales de enero de 2021. Con Juan y Roque, los hermanos que heredaron aquella corrala grande y destartalada de un barrio chispero de Madrid, al final de la calle Barquillo, donde vivían 72 familias escandalosas, muchas de las cuales dejaron de pagar el alquiler y se convirtieron en okupas aprovechándose de la circunstancia. Cuenta la leyenda popular, que los litigios se eternizaron porque el testamento admitía distintas interpretaciones, a las que Juan y Roque se acogían para salir ganando.

Pues bien, “la casa de tócame Roque”, ¿no podría ser la metáfora de España en este momento? Pongámosle los nombres de Juan y Roque, a Carmen Calvo e Irene Montero, a Yolanda Díaz y José Luis Escrivá, a Fernando Grande Marlaska y Margarita Robles; mejor: Juan, es Pedro Sánchez, y Roque, Pablo Iglesias. Ellos, sobre todo, el Presidente y Vicepresidente, son los hermanos que se pelean por la propiedad de la corrala en que están convirtiendo al País.

Claro que hay que opinar, Iñaki. Inaplazablemente, además. En la corrala había muchas fraguas – por si hacía falta algún otro detalle para aceptar la comparación de aquello con esto -. Y lo que se está “fraguando” ahora, es un desastre nacional por culpa del enfrentamiento, o, lo que sería peor, la connivencia, de dos egos superlativos, dos machos alfa que berrean entre un mar de ataúdes.
Te estamos esperando. Porque nos ha llegado la hora de dejar a un lado los galones recibidos por los méritos de antaño. Callarse en este momento es un riesgo grande para alguien tan importante como tú; el riesgo de ser señalado como cómplice de los delitos que se están perpetrando. Eres el referente de un par de generaciones de periodistas. Te cueste lo que te cueste, habla. Hoy. Por si mañana, ¿quién sabe?, fuera tarde.

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