Albert Murillo (iCat FM), el arqueólogo de la radio perdida

Albert Murillo

Àlex Gutiérrez ha escrito en ara.cat que desde hace casi 20 años, Albert Murillo se pone cada semana ante el micrófono para explicar las novedades del mundo de los videojuegos y su cultura. Lo hizo primero en Ona Catalana y, actualmente, en iCat FM en el veterano programa Generació digital. Pero, fuera del estudio, una de sus debilidades es exquisitamente analógica y pasa por cazar cintas de casete en los mercados de segunda mano más trasnochados, o en Wallapop, que contengan grabaciones caseras de programas de radio antiguos.



«La primera cinta la encontré en los Encants de Glòries», recuerda Murillo. «Tenía dos horas para comer y, como me llevaba bocadillo y tenía al lado el mercado de viejo, iba a remover videojuegos. Me di cuenta que había muchos casetes y que a menudo la gente apuntaba que había grabado. Y empecé a comprar». Muchas de las cintas contenían música grabada de la radio. Pero no es esto lo que interesaba al periodista. «Yo quería cosas personales. Alguien recitando poesía, o haciendo cantar los niños, o manteniendo un diario de viaje hablado … Pero también había gente que grababa programas, y eso me interesó».

Yendo sobando cintas, Murillo ha acumulado algunos cientos de casetes, una parte de los cuales aún debe escuchar. La colección es una peculiar bodega sonora y, de vez en cuando, como quien abre un vino, pone la cinta en el reproductor y libera las notas de aquella cata antigua. «Uno de mis placeres es coger una cinta un sábado o domingo por la tarde. Es muy especial, porque sabes que es muy difícil que lo que esté registrado esté en ningún otro lugar», explica. Pero esta degustación no se queda en un vicio solitario. Murillo es el responsable del blog Espacio sonante. Apasionado por los paisajes sonoros, esta web comenzó a incorporar algunas de las grabaciones sobre el terreno que ha ido registrando el periodista desde los años 90. «Tengo también jingles, indicativos y trozos de programas».

Haciendo este trabajo de perdiguero, de vez en cuando salta la sorpresa. En una cinta de 1976, por ejemplo, había un programa cultural en el que entrevistaban el economista Armand Carabén, que opinaba sobre la situación de España después de la muerte de Franco. Murillo se puso en contacto con su hijo David Carabén, líder del grupo Mishima, que pudo escuchar su padre cuando él todavía era un niño de pocos años. «Un día encontré un reportaje de Radio Nacional dedicado a Emili Vendrell, con las voces de su hermano, de su mujer, de un maestro suyo … Me puse en contacto con el Orfeón, donde está todo el material de Vendrell, y les encantó», explica.

Cuando compara toda esta radio rescatada con la que se produce habitualmente, hay una diferencia que salta al oído de forma inmediata: la velocidad. «La radio entonces era más tranquila, más pausada», explica el periodista. «Recuerdo que un día, escuchando unos informativos de Radio 4, incluso dudé sobre si estaba reproduciendo la cinta a la velocidad correcta! No había música de fondo, se dejaba un espacio generoso entre noticia y noticia…» También había más guión, en aquella radio pretérita. Se notaba todo más leído. «Y había muchas menos mujeres, que ya es decir», añade.

También hay perlas de autores anónimos. Uno de los últimos lotes, comprado ya en Wallapop, lo vendía una mujer de Mataró que guardaba un montón de cintas grabadas por un empresario llamado Santiago Alsina. «Era un enamorado de la radio, y de la tecnología, que grabó horas y horas de radio en catalán entre 1973 y 1981, aproximadamente», detalla Murillo, que ha empezado a investigar quién era ese hacen radiofónico, muerte del año 2013, y qué historia tenía detrás.

Desconfiando de la nube
Aunque las cintas de casete de los mercados de segunda mano presentan a menudo un aspecto destartalado y polvoriento, la calidad del audio y el estado de conservación es mejor de lo que podría parecer. Un CD más reciente tiene muchos más números de estar rayado y de saltar o ser inservible. Murillo digitaliza los fragmentos más relevantes y los sube al blog, con el ánimo de recuperar parte de este patrimonio.

«El problema es que creemos que la radio actual estará colgada para siempre en internet, y no es cierto: la gran mayoría se perderá, seguro. Encontrar un programa concreto es difícil. Radio Barcelona tiene muchos apartados dedicados a la radio antigua. Y también Catalunya Ràdio, a su ritmo, está haciendo este trabajo. Pero hay que trabajar muy bien los metadatos, para poder recuperar luego los contenidos que interesen. en todo caso, a mí lo que me gusta es la simple arqueología que te permite, de vez en cuando, encontrar algo especial».

Junto a los cortes con significación histórica, o que ilustran cómo sonaba la radio de la época, Espacio sonante también contiene trocitos muy evocadores de su propia vida personal, tales como conversaciones grabadas con los hijos -una práctica que recomienda abrandadament- y momentos de intimidad, como su mujer, la también periodista Marta Cailà, amamantando a uno de sus tres hijos, Alex. O cuando otro de los hijos, Pol, aprendió a andar en bicicleta. «Se deben guardar estos audios. Y guardarlos bien, no en la nube», recomienda. Quién sabe si, alguna de estas grabaciones, fijadas en soporte físico serán rescatadas dentro de unas cuantas décadas por un rastreador de sonidos del futuro.

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