Hala Bedi Irratia comienza una campaña de aniversario bajo el nombre ‘Utopia bat espazioan’, ‘Una utopía en el espacio’, y busca llegar a los 999 ‘halabelarris’. Lo cuentan desde eldiarionorte.es
La radio libre Hala Bedi emitió por primera vez en 1983 con el objetivo de «dar voz a quienes no la tenían». A día de hoy, se ha afianzado como proyecto comunicativo, creciendo año tras año y amoldándose a las exigencias de las nuevas épocas. En agosto cumple 35 años y para continuar con lo que han llamado «utopía», buscan conseguir 999 ‘halabelarris’, el nombre que reciben los socios que financian la radio.
Hala Bedi siempre ha ido de la mano del movimiento popular de Alava. Siendo su herramienta y contando con su colaboración, «se ha convertido en mucho más que una radio libre, alternativa y comunitaria», según el colectivo que se esconde tras las dos emisoras: Hala Bedi Bat y Hala Bedi Bi. Este se define como «una casa que va más allá de la propia radio o del proyecto comunicativo», que funciona gracias a 150 voluntarios.
El ‘libre’ de ‘radio libre’ viene dado también por la financiación del proyecto. Hala Bedi no depende de la publicidad ni del dinero público: «Seguimos haciendo una apuesta clara por la autogestión. El apoyo popular es la base que hace posible este proyecto comunicativo libre». Con este funcionamiento como característica fundamental, tienen como reto llegar a los 999 socios por este 35º aniversario de la ‘utopía’.
Las radios libres, la voz social de los 80
La intensa carga ideológica y conciencia social son un eje clave de la historia de las radios independientes. En los años 80, cuando nacieron otras ‘okupas de las ondas’ como Txapa Irratia en Bergara o Arraio Irratia en Zarautz, la función fundamental era combativa, defensora de las voces excluidas de los medios generalistas en un contexto socio-político complicado. Según Joseba, ‘Xepe’, un veterano de la radio que aún sigue formando parte de ella, Hala Bedi Irratia surgió «en plena transición, con todas sus contradicciones». Remarca la apertura hacia Europa, de donde vino la idea de las radios libres: «Hubo una gran explosión. Muchos emisores se traían de Italia, donde había un movimiento muy fuerte. Surgió el ‘Herri bat, irrati bat’ -‘Un pueblo, una radio’-, y se montaban un montón de emisoras en toda Euskadi». Las relaciona también con el rock radical vasco que tanto marcó la década de los 80: «Sirvieron como altavoz de este tipo de música, la cual los grandes medios no reproducían. Hala Bedi, además, organizaba un montón de conciertos».
Cuando comenzaron en 1983, Hala Bedi era una emisora clandestina, se emitía puntualmente y estaba ubicada en diferentes pisos del casco viejo de Vitoria-Gasteiz. También tuvo un local en Zaramaga, donde desde el principio funcionó de forma asamblearia. La primera antena fue autoconstruida y en ese momento no tenía una ideología clara, simplemente una función reivindicatoria; una forma de expresión de aquel movimiento heterogéneo de personas diferentes que tenían algo que decir.
Después de 35 años, tras detenciones, cierres y obstáculos, el colectivo afirma que Hala Bedi ha encontrado un lugar en el panorama mediático de Alava y del Pais Vasco: «además de miles de oyentes de la radio a través de la FM, la difusión obtenida gracias a la página web, los Hala Bideos o las redes sociales, Hala Bedi ha conseguido llegar diariamente a más de 10.000 personas».
Hala Bedi busca seguir su afianzamiento y su labor comunicativa. Con un año para celebrar el pasado y marcar un precedente para el futuro, afirman que seguirán haciendo su trabajo «orgullosas del proyecto» que comenzó en agosto de 1983.
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