Dario Porras escribe en elnacional.cat que los que hemos tenido la suerte de conocer a Xantal Llavina constatamos que es una mujer como hay pocas.
No sólo es una profesional de pies a cabeza, como ha demostrado probadamente durante muchos años en Catalunya Ràdio o TV3, sino que además tiene una bonhomía y un optimismo que tumba.
Y eso que la vida la sometió a un durísimo momento el pasado diciembre, cuando le dijeron sufrir cáncer de mama.
La periodista catalana golpea a sus seguidores al reconocer que «Me ha tocado, como muchas mujeres que desgraciadamente lo sufren.
Tengo cáncer de mama. Lo explico porque el tratamiento que debo hacer para superarlo requiere 6 meses de quimioterapia, que hoy he empezado, una operación y radioterapia y tendré que dejar de presentar durante unos meses el Revolució 4.0 en TV3 y Catalunya Ràdio que tanto quiero».
Una vez que supo el diagnóstico, se puso desde el minuto cero a luchar. Con la ayuda del personal sanitario que la trataba, Xantal no desfalleció y fue afrontando todas las consecuencias de su enfermedad.
Como la caída del cabello: «El 9 de enero se me cayó todo el cabello y ese efecto secundario duele emocionalmente a las mujeres, marcha una parte de ti.
He optado, por la peluca y el gorro más veces que sin él. Cada uno es muy personal como se quiere ver. Verte todos los días en el espejo sin cabello es duro».
O las duras sesiones de quimio, que se acabaron el pasado 12 de junio: «Hoy 12 de junio se terminan 6 meses de quimioterapia, 16 sesiones (rojas y blancas), con momentos muy malos con ingresos en el hospital y de otros buenos».
Y ahora, nada más comenzar en agosto, Llavina ha emocionado a toda la gente que le quiere, seguidores y compañeros de profesión.
¿Desde dónde? Desde la Catedral de Barcelona. Allí se ha hecho una foto sonriente, mano en las caderas, un vestido negro, gafas de sol y un gorro de los New York Yankees.
Pero lo más importante no es su outfit, sino su sonrisa en la imagen y sobre todo, el texto que le acompaña.
Unas palabras que todos los que le quieren querían oírle decir. Y ahora por fin ha llegado el día. Y es que Xantal ha recibido una llamada del hospital que la ha tratado todos estos meses.
La mejor llamada posible: «Desde la Catedral de Barcelona os cuento que mis médicos me han dicho una buena noticia. Me han comunicado, que ya no tengo cáncer y que me he curado gracias a la ciencia y la medicina con la quimioterapia y la operación».
La periodista, emocionada y agradecida a los doctores que le han tratado: «Gracias, mis médicos, Miquel Prats, Miquel Àngel Seguí, Enric Genové, por acompañarme durante estos 8 meses por esta autopista difícil de transitar, que hemos sufrido muchísimas mujeres.
Gracias a Lidia de la Fundación Oncolliga, al fisioterapeuta Fran Martín, a las enfermeras del Hospital de Barcelona, a la Clínica Corachán.
A mi familia, a mis amigos y amigas ya todos vosotros que me han acompañado».
Una Xantal que también ha aprovechado para coger aún más conciencia de lo que le ha tocado sufrir y de lo que por desgracia, sufren muchísimas mujeres, asegurando que ahora y siempre será donde sea necesario para apoyar la investigación sobre esta enfermedad.
Un mensaje conmovedor, emocionante y necesario: «Esta autopista me ha traído caminos nuevos y visiones nuevas de la vida que son un regalo de aprendizaje.
Doy y voy a dar siempre apoyo para más investigación e investigación sobre el cáncer. Más recursos siempre para a nuestra salud. Lo más importante de nuestra vida.
Lo más imprescindible. Mucha Salud a todos y todas! ¡Gracias a todo el mundo de corazón! Vivimos intensamente»…
Celebramos la buena nueva. Nos sumamos a las felicitaciones a Xantal, y sobre todo, hagan lo que ella dice: vivimos intensamente.
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