Toni Acosta (Cadena SER): «En el humor siempre hay que ir más allá y si la lías, pues la liaste»

Toni Acosta

Iñako Díaz-Guerra le ha entrevistado para El País:
Toni Acosta, San Cristóbal de La Laguna, 1972. Se ha convertido en actriz de moda a una edad en la que ya pasa de modas. Hace triplete de éxitos: en la radio, con El grupo; en la tele, con Señoras del h(AMPA), y en el cine, donde protagoniza junto a Santiago Segura la recién estrenada Padre no hay más que uno 2, la gran esperanza del cine español para reanimar las taquillas.

  • Mientras el resto del mundo huye, retrasando sin fecha los grandes estrenos, vosotros os habéis ido directos a por el monstruo, adelantando el vuestro. ¿Genialidad o locura?
  • Carácter e ímpetu. Santi (Segura) es así. Los cines están vacíos, pero nadie estrena nada, así que había que intentar cambiar la estrategia. Nos está costando a todos perder el miedo, pero es que el cine no puede ser más seguro: con tu mascarilla, no hablas, no tocas nada, mantienes la distancia sí o sí, estás sentado quieto mirando una pantalla. Pocos sitios más seguros que el cine y el teatro ahora mismo. Peor es irte de barbacoa familiar. Conociendo a Santi, hay un punto de valentía, pero es una decisión que estará meditadísima. Vamos a ver si somos capaces de recuperar a la gente para el cine.
  • Lo que pasa es que el límite entre perder el miedo y perder la prudencia se está mostrando difuso.
  • Son cosas distintas y como tal hay que tratarlas. Yo soy muy optimista y creo que, poquito a poco, esto que llamamos la nueva normalidad nos va a entrar en las cabezas y a permitir vivir sin miedo, pero con precaución. Hay que ser muy responsables en este momento, pero hay que tranquilizarse anímicamente. Perdamos el miedo a vivir, aunque vivir sea ahora algo diferente. Hay que encontrar ese equilibrio. Yo aún tengo miedo, asumo el mea culpa, pero así no podemos vivir eternamente.
  • Como la primera peli fue un exitazo, no habéis tardado ni un año en sacar la segunda. ¿Es un chollo pillar una saga así?
  • Sí y soy muy feliz. Desde la primera entrega disfruté mucho con este personaje. Yo tengo dos hijos y para mí es genial hacer una peli familiar en el momento en que puedo disfrutar de ella con mis niños, que ya se enteran pero aún no pasan de su madre. Ojalá haya más, porque seguiré encantada. Soy muy afortunada.
  • El cine familiar clásico ha ido desapareciendo.
  • Es que ahora todo es animación y se había descuidado el cine familiar con actores reales. ¿Qué mejor plan hay en verano que llevarte a los niños al cine? Hemos descuidado esta franja del cine familiar durante años, pero cuando aparece una película como Padre no hay más que uno y tiene tal éxito, te das cuenta de que no tiene sentido no hacer más. Deberíamos hacer mucho más, de hecho.
  • Coincides en la peli con Silvia Abril, tu pareja en El grupo, vuestro programa de radio en la SER. ¿Negociáis en pack?.
  • Si Silvia me lo pide, me caso con ella. La dejo que siga con su marido y luego ya nosotras nos apañamos (risas). Esta pareja se formó en la primera entrega, parece que somos amigas de toda la vida pero ha sido sólo un año… pero muy intenso. Ese viaje a Cancún de las lunas de miel, en nuestro caso fue a Marbella. En tren. Empezamos a charlar y a raíz de eso formamos este dúo inseparable. Entendemos igual la profesión y la maternidad, y ojalá dure siempre.
  • El grupo consiste en dos mujeres charlando sobre la vida e improvisando chistes. Y tiene éxito. Es un tipo de programa que en España ha sido cosa de hombres…
  • Así es y creo que la SER se arriesgó con nosotras porque supo ver el potencial atractivo del asunto. Nosotras mismas no estábamos muy seguras de si iba a funcionar. Dos tías de una determinada edad, que las dos tenemos más de 40… bueno, más de 45, llamemos a las cosas por su nombre, charlando, riendo, improvisando temas, contando anécdotas personales… No sabíamos si iba a gustar, pero estábamos dispuestas a descubrirlo. El confinamiento, curiosamente, le dio un escaparate muy grande porque la gente buscó especialmente contenidos de humor y las reproducciones del programa se triplicaron.
  • ¿Se trata igual a dos mujeres hablando de sus cosas que a dos hombres?
  • No. A día de hoy aún hay determinados temas, como el sexo, que escandalizan u ofenden si los tratan dos mujeres, pero no dos hombres. Sin embargo, creo que el éxito de nuestro programa es justo ese: que no tenemos filtro. Nos da igual, sexo, hijos o anécdotas personales vergonzosas. Nos lanzamos al vacío sin guión. Además hay otro factor importante: no es un programa de hombres donde entra una mujer a hacer un gag, sino que son dos mujeres hablando de todo eso en su propio programa. Y todavía hay hombres que se escandalizan con eso. Sin embargo, las mujeres lo agradecen y lo jalean. Por fin pueden escuchar en un programa lo que hablan con sus amigas en un bar, cosa que los hombres han podido hacer siempre. No entramos a hacer un ratito de humor en un programa de tíos, sino que hacemos nuestro programa de tías como queremos.
  • Has alcanzado el momento de más éxito de tu carrera a una edad en la que las actrices suelen quejarse de que escasean los papeles.
  • Sí. En mi caso, sin ninguna duda si miras mi currículum, todo lo más interesante ha pasado después de los 40. Eso es así. Pero quiero destacar que soy heredera de todas las actrices que se quejaron de que no había personajes para actrices de más de 40. Gracias a ellas, ahora los está habiendo. La cámara se queda con las mujeres de más de 40, las sigue, quiere mostrarlas. Yo tengo esa edad y he notado que me pasa. Llevo trabajando mucho tiempo y he sabido reciclarme.
  • ¿En qué sentido?
  • Estudio mucho el humor para mantenerme al día de lo que se está haciendo. Por ejemplo, aprendo de mis hijos y de lo que les hace gracia, que es más pícaro y más incorrecto. Sobre todo si te sales de Twitter, porque en Twitter sólo hay odio. Yo soy una aprendiz y he sabido irme adaptando hasta que han llegado los buenos personajes. Y yo estaba ahí preparada para recibirlos con los brazos abiertos.
  • Dices que el humor es hoy más incorrecto, justo cuando lo que más se denuncia es lo contrario, que la corrección política lo limita.
  • Tenemos poca memoria, hoy hay más libertad pese a que haya algunos que quieran ser una nueva Inquisición. Para mí, el humor si no es ácido o crítico no me vale. Siempre hay que ir un poco más allá y si la lías, pues la liaste. Es parte del oficio. El humor no debe tener límites a la hora de hacerse, otra cosa es que tú te pongas los tuyos a la hora de consumirlo. A mí no me gusta Borat, pero sé que lo que hace es brillante y me alegro de que exista aunque a mí no me vaya. El humor es la única salida para desfogarnos en tiempos complicados.
  • Decías antes que siempre te has sabido reciclar y si algo lo demuestra es que eres abogada…
  • Sí soy licenciada en Derecho y estoy colegiada y todo, pero nunca he ejercido. Era un plan B y una manera de tranquilizar a mis padres. Se nos olvida o que era la vida sin móvil, sin internet, sin redes sociales… Yo vine a Madrid hace 24 años y ahora me parece otro mundo. Bajaba a la cabina a llamar a mis padres y mi hija vio una el otro día y me preguntó si ese móvil funcionaba. Ese móvil… Así que yo, por condescendencia con mis padres y para demostrarles que lo de ser actriz no era un capricho, acabé la carrera antes de venir a Madrid, por si se torcía el asunto. Me vine ya con 24 años, que me sentía la más vieja de la ciudad. Con 24… Es increíble lo poco que sabemos de la vida cuando somos jóvenes.
  • ¿Es cierto que Pau Donés fue fundamental para que lograses ser actriz?
  • Sí, tuvimos un encuentro casual que fue bastante clave. Yo era camarera en un restaurante y él entró a comer con su banda porque tenían un concierto. Había venido a Madrid para ser actriz, no me salía nada y tenía colgada en la pared de mi cuarto la letra de una canción suya (Una vez, un sueño) que animaba a perseverar. Se lo dije y él me empujó a seguir. Tampoco es que me tocase con la varita y todo me fuera bien desde entonces, pero sí me dio fuerza para no rendirme. Fue muy especial y luego él contó aquel encuentro con una desconocida en una entrevista. Lo que más me gusta de aquella canción es que él se la dedica a los que intentan, no a los que consiguen, y ese es un mensaje muy importante. Que nadie te garantiza el éxito, pero que intentándolo siempre llegas a alguna parte. He reflexionado mucho sobre esto desde que falleció.
  • ¿Sobre la canción o sobre el encuentro?
  • Sobre el encuentro y su final. Después de aquello nunca le volví a ver. Como era amigo de Silvia (Abril) y de Andreu (Buenafuente), teníamos previsto quedar y conocernos este verano. No ha sucedido y le he dado muchas vueltas a esto. Y he pensado que también es bonito que nunca se resolviera y se quedase en el aire. Es un tesoro que ha quedado suspendido. Siempre me gustó su filosofía: estamos aquí ahora, así que vive y ya veremos qué pasa mañana. A mí me ha costado años, pero me he vuelto muy disfrutona. De las cosas pequeñas, del camino, de hacer yoga, de pasar un domingo viendo películas con mis hijos… He aprendido a valorar el momento y a no obsesionarme con objetivos, cosa que de joven me pasaba más.
  • En tus tres roles de éxito recientes, esta película, El Grupo y Señoras del (h)AMPA, la maternidad es parte central. ¿Te molesta ese encasillamiento?
  • Para nada. Mira, lo que me pasa a mí es que no se puede nadar contracorriente. Yo desprendo algo desde que soy madre que hace que se me vea como tal y no pienso ocultarlo. Estoy muy reconciliada con mi vida. Soy la persona y la actriz que soy por ser la madre de mis hijos, de Nicolás y de Julia. No hay nada malo en eso. Aprendo de ellos y soy madre porque yo, Antonia, quería ser madre y lo tenía muy claro desde chiquita. No voy a disculparme por ello, al contrario. He descubierto que soy una persona diferente, una actriz diferente y una mujer diferente siendo madre. Y si encima eso me ha traído trabajos bonitos, fantástico. No me voy a pelear por eso. Soy madre y eso condiciona mi vida entera, también mi trabajo. Y me encanta.
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