Talento y talante de José Manuel Piña, ex Radio Popular de Ibiza

José Manuel Piña

Joan Serra Tur escribe estas lineas en Diario de Ibiza:
Con la muerte de José Manuel Piña se apaga una voz que acompañó primero a toda una generación de ibicencos desde las ondas de Radio Popular y que despuntó después en la prensa escrita con infinidad de artículos ingeniosos, afilados, mordaces, en los que retrató durante años la actualidad y los personajes de las Pitiusas. En las páginas de Diario de Ibiza y de La Prensa de Ibiza queda constancia para siempre de su talento, sobresaliente sobre todo en su faceta de columnista de artículo diario, la más difícil y arriesgada del género porque deja en evidencia a los autores poco imaginativos y a los que se valen de recursos vacuos e insustanciales. Piña era todo lo contrario, un articulista culto, sensible, ocurrente, ágil, cargado de ironía e inconformismo. Con esos mimbres denunciaba injusticias, censuraba comportamientos o reivindicaba las utopías y los valores en los que creía.



Al margen del trabajo que desarrolló intensamente en los medios locales hasta que sus problemas de salud se lo impidieron, hizo también una contribución indirecta muy relevante al mundo de la comunicación: fue él quien encaminó hacia el periodismo a una de sus grandes amigas de juventud, la inolvidable Concha García Campoy, también prematuramente desaparecida, que luego se convertiría en una de las más destacadas estrellas de la radio y la televisión en España.

«¿Y usted quién es?»
Poseedor de una memoria jocosamente selectiva, Piña atesoraba infinidad de anécdotas desternillantes de su etapa de estudiante y de su larga trayectoria como radiofonista y periodista, con las que solía aderezar cualquier encuentro de amigos o compañeros de trabajo. Muchas le tenían a él mismo como protagonista, a cuenta de sus inauditos despistes y confusiones, como aquella vez que le enviaron inesperadamente a entrevistar para la radio a un dirigente político de visita en Ibiza; aunque la política no era su especialidad, cumplió el encargo, pero una vez apagada la grabadora, le pudo la curiosidad y preguntó inocentemente al entrevistado: «Disculpe, ¿y usted quién es?». Acababa de entrevistarle sin recordar con quién estaba hablando ni qué hacía en Ibiza, los datos básicos que le habían dado en la emisora. Y lo contaba entre carcajadas. Sabía reírse de sí mismo como pocos.

Era imposible que su presencia pasara inadvertida en las redacciones, donde alternaba su trabajo ante el ordenador con preguntas de marciano a quienes le rodeaban, frecuentes chascarrillos, risotadas y algunas conversaciones telefónicas delirantes, mientras, fumador empedernido, apuraba uno tras otro sus inseparables cigarrillos Ducados. Tenía también la costumbre de rebautizar a los compañeros recién llegados a la empresa con cualquier otro nombre que le pareciera más apropiado, un cambio del que ya no se apeaba y que los afectados acababan por aceptar resignadamente. Su carácter jovial y afable le convertían invariablemente en un compañero entrañable en todas las empresas a las que perteneció.

Como locutor y como articulista, José Manuel Piña fue un personaje popular en Ibiza, especialmente a lo largo del último cuarto del siglo XX y la primera década del XXI. De la calidad de su labor periodística darán testimonio las hemerotecas; de su personalidad singular y de su talante vital podemos dar fe todos los que compartimos trabajo y amistad con él. Así era y así le guardaremos en nuestra memoria y seguirá vivo en nuestro recuerdo.

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