Rafa Latorre (Onda Cero): «Me gustaría hacer una radio muy cerebral, muy pasional, como la de Carlos Alsina»

Rafa Latorre

Alberto Núñez le ha entrevistado para elespanol.com: Rafa Latorre (Pontevedra, 1981) llega al estudio de Onda Cero en San Sebastián de los Reyes tras dormir apenas cuatro horas. La noche anterior a recibir a este equipo de EL ESPAÑOL-Invertia participaba en el especial de la cadena para las elecciones andaluzas. El despertador sonaba pronto, a eso de las cinco, para preparar su resumen de prensa en Más de Uno. Una tarea que compagina con El Gallo, un análisis político diario en el programa de Carlos Alsina.



Un trabajo en el que este pontevedrés agota sus últimos días. A partir del 29 de agosto asume una nueva responsabilidad, la de dirigir La Brújula, hasta ahora capitaneada por Juan Ramón Lucas. Un puesto que para él tiene “una mística especial”, pues es un programa que reconoce escuchar desde hace décadas. Un informativo al cierre del día con el que la cadena de Atresmedia quiere dar un vuelco a sus noches tras la remodelación de los deportes de la pasada temporada.

“Esto me complica la vida” (ríe). ¿La razón? Porque hasta ahora la responsabilidad plena del programa no recae sobre él. Sin embargo, está convencido de que puede lograrse una “atmósfera muy acogedora” que le permita darle un nuevo giro a La Brújula y hacer que apunte hacia nuevas audiencias.

  • ¿Qué novedades vamos a ver en la nueva temporada?
  • Me vais a permitir que me reserve mucho de lo que pasará. Habrá voces y colaboradores nuevos, pero otros continuarán. Juan Ramón Lucas ha hecho un gran trabajo. Pero sí. Habrá novedades porque, si no, no tendría sentido cambiar la dirección del programa.
  • ¿Qué es lo que quiere cambiar? ¿Qué ha detectado que no funciona bien?
  • No es eso. No hay otro medio en el que la personalidad de quien lo hace impregne tanto un programa como la radio. Por su espontaneidad, el mensaje va directo del presentador al oyente. Lo que quiero es darle mi personalidad. Quien me escuche ahora en Más de Uno sabrá qué esperar de mí, y quien no lo haga tendrá que probarlo.
  • Parten ustedes de una posición muy alejada respecto a sus competidores en audiencia, ¿qué objetivos se marcan?
  • Al final siempre es lo mismo: hacer una radio competitiva. Tenemos que crecer en audiencia e influencia. Este es el objetivo que hay que marcarse en un programa. Es decir, que lo que hagas tenga una verdadera repercusión.
    Yo no voy a ser el primer director de La Brújula ni tampoco voy a ser el último. Y hay que ser muy consciente de ello porque muchas veces esta profesión crea un adanismo indeseable. Yo vengo a trabajar sobre algo que se ha construido bien durante muchos años.
    Sí que siento una enorme responsabilidad por todos los que me han precedido. Desde Concha García Campoy, Juan Pablo Colmenarejo, Carlos Alsina, Victoria Prego hasta Juan Ramón Lucas, al que admiro mucho. Suceder a alguien al que admiras es un privilegio pero a la vez supone también una enorme responsabilidad.
  • ¿Cómo surge la propuesta de Onda Cero?
  • Una vez que se sabe que Juanra no va a continuar, la casa hace una reflexión sobre qué es lo que quiere. Al final de ese proceso encuentra en la propia casa una respuesta para el futuro. Surgió de una manera natural. Lo cierto es que he ido creciendo desde que llegué aquí hace seis años, ganando más peso en el programa, y más conocimiento. Creyeron que iba dar estabilidad y que, venir de dentro, iba a ser un buen activo.
  • ¿Qué le dijo Carlos Alsina cuando le comunicó que abandonaba Más de Uno?
  • Sin duda, Alsina ha sido muy importante para tomar esta decisión. No solo porque me dio la repercusión necesaria para que sucediera. Es que también me animó mucho. Él tiene la experiencia en la noche y conoce cual es la vida que me espera.
  • Vivirá mejor…
  • Tiene la ventaja de que no vas a madrugar y ahora estoy acostumbrado a una vida más atroz. Pero no es lo mismo, porque ahora tengo la responsabilidad de liderar un equipo, mientras que hasta ahora sólo formaba parte de él.
  • Entra usted en una franja en la que hay programas históricos como Hora 25, con Aimar Bretos, o La Linterna, con Ángel Expósito, ¿cómo afronta esta competencia?
  • La competencia es dura en todas las franjas. Creo que cada uno tiene su hueco, y nosotros todavía tenemos espacio. Nuestro hueco está por ocupar.
    Hay que llegar con ilusión pero sin hacerse ilusiones, como decía Gabilondo. El trabajo de la radio es siempre paciente. No existen las fórmulas de éxito inmediato. Mover el dial es complicado porque la radio responde mucho a los hábitos. Puede haber cambiado la forma de consumir radio, pero es sustancial. Cuando alguien mueve el dial es difícil que luego se vaya.
  • ¿Cuál es el espacio que quiere ocupar?
  • La Brújula es un programa que tiene que tener pulso informativo. Nosotros llegamos a las ocho de la tarde. No te puedes conformar con hacer un resumen del día. Tienes que anticipar cuáles van a ser los debates del día siguiente.
    Tiene que ser una opinión influyente y un espacio creíble de argumentos. Lo peor que nos puede pasar es caer en esa pereza intelectual en la que un adjetivo sonoro puede ser un buen atajo argumental. Tenemos que trabajar argumentos serios.
    Me gustaría hacer una radio muy parecida a la que hace Alsina, que es una radio muy cerebral y pasional. Una radio en la que los argumentos estén por delante de los adjetivos.
  • ¿Aspira entonces a liderar la franja nocturna? Lo digo porque la distancia respecto a sus competidores es elevada.
  • Desde luego que aspirar hay que aspirar siempre a lo máximo, lo que pasa es que hay que ser consciente de cuáles son las dificultades. El camino debe ser la paciencia. La radio ante todo es regularidad, por el propio sistema de medición que tiene. Es el trabajo de ser paciente y tener en cuenta que el éxito fulgurante no existe.
    Yo aspiro a todo porque sino no me metería en este lío, con lo bien que vivía yo (risas).
  • Se ha referido en numerosas ocasiones a Carlos Alsina, y ha destacado la importancia que ha tenido en su llegada a La Brújula. ¿Qué va a tener de Alsina la nueva temporada?
  • La Brújula ya tiene mucho de Alsina. Aportó una identidad propia muy fuerte. Es normal que yo vaya a darle una impronta que aspiro que sea parecida. Aunque también va a tener de todos los directores que han pasado por allí.
  • Además de Alsina, ¿tiene algún otro referente?
  • He tenido una suerte enorme en la radio. Empecé trabajando en la Cope en una redacción de informativos enormemente pujante. Entré en 2003 y viví allí el 11M y toda una convulsión política. En Punto Radio coincidí con Concha García Campoy, Luis del Olmo y trabajé mano a mano con Félix Madero. En la televisión he aprendido gracias a Antonio San José y el número dos de La Brújula es la persona que más me ha enseñado de la radio: José Miguel Aspiroz. Todos mis mentores estarán muy presentes.
  • En estos casi 20 años de radio, ¿cómo ha cambiado el medio?
  • La radio sigue siendo lo mismo. Su éxito es que el oyente crea que solo le estás hablando a él. Eso es hoy y hace 20 años. Otra cosa es que se consuma de manera diferente y tengas que tratar de llegar por otros canales. Pero, en lo sustancial, no ha cambiado mucho.
    Precisamente en esa permanencia de las viejas fórmulas radica el motivo de su enorme salud. Aquí se habla de la crisis del modelo de negocio de prácticamente todos los medios de comunicación. La radio es la que mejor resiste a la irrupción de nuevos medios.
    Internet le ha dado un impulso y ha propiciado también nuevas narrativas. Allí donde los periódicos sufren más, la radio encuentra un activo. Allí donde la televisión encuentra mucha competencia, la radio es un aliado esencial. La radio no ha cambiado demasiado y esa es su enorme ventaja competitiva.
  • Pero su consumo sí ha cambiado.
  • Nosotros, en Más de Uno, nos llamamos la España que madruga y nos escuchan por la tarde (risas). Al oyente hay que llegar por tierra, mar y aire. Da igual por el canal que le llegue el mensaje mientras te esté escuchando. Ahora, un programa como La Brújula es muy deudor del directo porque una parte de los acontecimientos informativos están ocurriendo en ese momento. El directo es esencial.
    No vamos a hacer de futurólogos, pero visto lo visto en Andalucía, ¿qué podemos esperar de aquí a los próximos meses?
    Se ha puesto muy complicado. Estamos en uno de los momentos políticos más apasionantes de las últimas décadas. Vivimos una serie de revoluciones cuyos resultados todavía no conocemos o no logramos prever. España se ha enfrentado hace nada a un experimento social, económico y en todos los ámbitos durante la pandemia, y aún no conocemos sus resultados.
    El curso político que empezará para La Brújula el 29 de agosto es como una página en blanco. En lo político acabamos de vivir un vuelco sociológico inaudito en Andalucía. Tiene una enorme profundidad. Estoy convencido que va a tener consecuencias a nivel nacional.
    Por lo pronto no sabemos cómo van a ser las próximas elecciones. Estamos metidos en una carrera electoral que no va a parar. No sabemos si serán en la Comunidad Valenciana, pero España está en un momento de convulsión política y de enorme transformación sociológica.
  • ¿Se va a notar en el Gobierno de coalición?
  • Sí. Las relaciones del Gobierno de coalición están muy deterioradas. Cuando han llegado las verdaderas dificultades, de poner en marcha políticas de Estado, Pedro Sánchez se ha dado cuenta que tiene un socio con el que le une poco.
    Cuando se sufre una derrota electoral como ha sufrido el PSOE en Andalucía, pero también Podemos, el ambiente se enrarece. Y es normal. La mayoría parlamentaria que era estable para lo compleja que era la aritmética está muy erosionada. Por lo que se va a notar lo que ha pasado en Andalucía. Los partidos políticos son extremadamente sensibles, y cuando hay un vuelco sociológico, se transforman.
  • ¿Y en lo económico?
  • Va a ser un otoño muy complicado. El BCE ha dejado de comprar deuda y se han acabado las políticas expansivas. Nos enfrentamos a una nueva crisis y, si llega de verdad, nos enfrentamos a una situación de zozobra en la que la información va a ser fundamental.
  • A nivel nacional, ¿ve el final de Ciudadanos?
  • Sí. Es curioso. Ningún otro partido ha sufrido un castigo tan duro por sus errores como Ciudadanos.
    Juan Marín no sabe explicar qué es lo que ha fallado en Andalucía. Y lo que falla es que Ciudadanos antes era un partido sin candidato y ahora se ha transformado en un candidato sin partido. Juan Marín hizo una buena campaña. El problema es que cuando la población española deja de percibir que eres útil ya no te vota.
    Además, ahora hay euforia del PP que favorece el voto útil. El problema de Ciudadanos es qué incentivo tiene su votante para seguir ahí.
  • ¿Juanma Moreno ha demostrado que el voto útil es el PP y no la izquierda frente a Vox?
    También lo ha demostrado Juan Espadas. Su campaña corría el éxito de señalar que el voto útil era el del PP porque, si el gran peligro era un Gobierno con Vox, la forma más evidente de evitarlo es lo que ha ocurrido. Esto va a tener consecuencias en las nacionales.
    Vox llevó a Andalucía a uno de sus grandes activos para marcar a Alberto Núñez Feijóo y decirle que no va a entrar en ningún gobierno autonómico si no es con el concurso de Vox. De repente, eso se ha revelado incierto.
  • Vox también cometió errores en su campaña…
  • Absolutamente. Ha sido una campaña de pura ideología y bastante restringida en un momento ásperamente material. La gente teme por sus ahorros. Vox hizo una campaña bastante desconcertante.
  • ¿Cuál puede ser el detonante de la crisis? ¿Que el Banco Central Europeo deje de comprar deuda, la gasolina a 3 euros en verano o la factura de la luz?
  • La inflación es un huracán. No hay un Gobierno que sea capaz de resistir una inflación por el 8% ni por el 4%. Es la ladrona invisible de los ahorros de los españoles y es un fenómeno devastador políticamente. Todo lo que no sea atajar la inflación es perder el tiempo.
    Lo del BCE es importante porque es verdad que España durante mucho tiempo ha vivido en la ficción de una política económica asistida. El BCE estaba comprando el 95% de la deuda española y, si se pierde ese sostén, el suelo empieza a moverse.
    Creo que ha llegado el momento del realismo económico. Probablemente, lo que va a demandar el nuevo tiempo político es una cura de verdad. Que se le diga a los ciudadanos la verdad de cómo están las cosas. Hasta ahora se había ocultado todo porque teníamos una economía asistida.
  • ¿Cree que todo esto se traducirá en un estallido social con huelgas y manifestaciones?
  • España suele ignorar sus virtudes y exacerbar el análisis de sus defectos. Somos una nación enormemente pacífica y responsable. Las redes sociales y familiares en momentos de crisis funcionan bien. La inflación genera un enorme descontento.
    La crisis de 2008 la atravesamos con cierta paz social. No creo que ese sea el problema. Creo que se va a producir un rearme del bipartidismo y la gente va a abandonar el aventurismo político. Va a tratar de ir a fórmulas más probadas y experimentadas. Se va a primar el discurso y la gestión sobre lo ideológico, sin despreciarlo, porque buena parte de lo ocurrido en Andalucía tiene una raíz ideológica.
    Es indisociable la debacle del PSOE en Andalucía del divorcio de la opinión pública de Sánchez, que empieza con los indultos en Cataluña. Exculpo a Juan Espadas de lo ocurrido. Si tienes una alianza con ERC y Bildu en el parlamento nacional, para el andaluz de izquierdas eso es absolutamente inexplicable.
    Ahí tenemos el cambio de posición del PP con la llegada de Feijóo. Una doble vía, el discurso de Ayuso más cerca de Vox y el de Juanma que es de más autonomía…
    Sí, pero tampoco caígamos en creer que Juanma tiene la fórmula. Ayuso tuvo un 44% en las elecciones y Juanma un 43%. El problema no es que el PP tenga un liderazgo moderado o duro. El problema es que tenga un liderazgo con previsibilidad de ganar. Cuando es fuerte, el voto se aglutina en torno al PP.
    Estamos hablando de un electorado adiestrado en el antisanchismo. Lo que una gran parte de la gente quiere es ganarle. En Galicia, en Madrid y en Andalucía Vox no ha logrado los resultados esperados. Las fórmulas han sido distintas, y no es lo mismo unas elecciones en Madrid que en Andalucía.
  • ¿Una de las consecuencias inmediatas que va a tener esta victoria en Andalucía es una propulsión del PP a nivel nacional y autonómico?
  • Se ha producido un cambio profundísimo con Feijóo. Pablo Casado hizo una campaña presidencialista en Castilla y León y fracasó. Feijóo ha entendido que la autoridad orgánica la dan los votos y que el PP se ha convertido cada vez más en un partido de corte federal donde sus territorios van ganando peso frente a una estructura vertical que siempre hubo en el PP. El partido se ha transformado mucho.
    Nadie imaginaba que hubiera una palanca orgánica para descabalgar a Casado antes de las generales. Pero el partido hizo una catarsis profundísima y la cura fue casi inmediata. Es un tema político a estudiar.
    De hecho, la figura de Pablo Casado ha quedado enterrada…
    Lo más impresionante es que eso ya ocurrió en el Congreso de Sevilla, donde parecía que nunca había existido Pablo Casado. Juanma Moreno, él mismo, sin necesidad de atender a Casado, ya ejemplifica la fugacidad de la política. Tuvo el peor resultado de la historia del PP en Andalucía en 2018, y en 2022 ha logrado el mejor resultado de la historia del PP.
    Juanma Moreno pudo presentarse a unas nuevas elecciones en 2018 gracias a una carambola del destino, y a que Ciudadanos, con 21 escaños, le dio el Gobierno a él y no a Susana Díaz que había ganado las elecciones.
  • ¡Es que las carambolas también cuentan!
  • ¡Que se lo digan a Sánchez también!
  • Qué actualidad vamos a ver a partir de septiembre en La Brújula. La casa tiene tres caras diferentes: una con Alsina por la mañana, otra con Julia Otero por la tarde, y otra por la noche con Juan Ramón Lucas.
  • Onda Cero siempre ha sido una cadena muy plural y dentro de los programas se cultiva la pluralidad. Habrá voces muy diferentes en La Brújula. Es una pluralidad que celebro porque el oyente es adulto y no hay que darle todo masticado. Hay que tratarle como una persona inteligente.
    Mi opinión y argumentos van a estar presentes y será un programa con un enorme peso editorial. Pero se van a escuchar todas las voces. También es fundamental tener a todos los actores de la actualidad. Las entrevistas son una marca de la casa.
    Y la economía va a tener un peso esencial. Hay que ofrecer respuestas en un momento delicado porque la gente teme por la situación económica y busca una explicación. De repente los medios se llenan de una jerga de economistas, la prima de riesgo… La Brújula de la economía cumple una función importante para aportar contexto y explicación a unas materias que para algunas personas son muy oscuras.
  • ¿Quién le gustaría que fuera su primer entrevistado?
  • Por recurrir a tópicos diría el rey Felipe. Sin recurrir a ellos, me gustaría entrevistar a Pedro Sánchez. No se suele prestar (risas). Se ha resistido tanto a ser entrevistado por Alsina que igual no sé… (más risas).
  • ¿Es más importante la audiencia o la influencia?
  • La audiencia es importante. A mí me gustaría hacer un programa de consumo masivo. Pero la influencia también es decisiva. No es cuántos te están escuchando, sino quiénes te están escuchando. Alsina ha logrado una influencia que es perceptible por quienes estén en los ámbitos de la comunicación y política. Yo no quiero hacer un programa de culto, sino de consumo masivo.
    No quiero poner ejemplos… Una cosa fantástica en la que escuchemos a Shostakovich (risas dada su referencia a La Cultureta), pero nosotros vamos a estar al pie de la calle.
    Hay que imponerse en el mercado del entretenimiento y la atención, que es donde nos jugamos los cuartos. La radio lo está consiguiendo. La radio que se hace en España es muy buena. Basta ver el último EGM para ver que la gente atiende y escucha la radio.
  • Incluso compitiendo con el fútbol…
  • El fútbol no. Nosotros, incluso los días de fútbol, vamos a hacer un programa completo. Hay tiempo para todo. En esa tarea de atraer a la gente a la radio ejerce un papel esencial. Nosotros tenemos unos deportes extraordinarios. Y están todavía por descubrir.
    Edu García es de los mejores periodistas deportivos que conozco. Hace una radio vibrante y me parece que prestar espacio al deporte para La Brújula solo tiene ventajas, especialmente cuando el equipo es bueno. No lo veo en términos de competencia. Hay que saber trabajar las pautas y contenidos informativos para que el tiempo que tú estés mientras haya fútbol sea interesante. El fútbol es nuestro aliado y no nuestro rival.

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