Podcast: femenino y catalán

Marta Salicrú

Noelia Ramírez escribe en El País que hace dos años que la periodista Ana Polo dejó la radio tradicional cansada de estar condicionada por lo que en sociología se conoce como el principio de la Pitufina, es decir, como ocurre en la mítica serie de dibujos, fue el único personaje femenino en un elenco plenamente masculino. «Me niego a ser la única mujer con acceso a la palabra en un grupo de tíos. Desde el 2019 ya me han hecho dos ofertas por ser ‘la chica del programa’, pero he dicho que no. No quiero. Negarme implica que mi situación laboral es más precaria, y sobre todo mucho más incierta, pero es una elección. No digo que sea la correcta, pero es la mía y lo hago porque estoy harta».



Polo, que pasó profesionalmente por Catalunya Ràdio y por «La segona hora» de RAC 1, conduce desde septiembre de 2020 mano a mano con la humorista, escritora y guionista Maria Rovira -conocida popularmente como Oye Sherman y colaboradora de «Estat de Gracia» de Catalunya Ràdio- el podcast Oye Polo en Radio Primavera Sound. Con más de ocho mil escuchas acumuladas por estas monologuistas con su último programa, el suyo es un show de humor en el que dos amigas hablan de todo lo que les ha pasado el último mes. Cuando se hizo la foto que ilustra este reportaje estaban a punto de grabar de junio, donde charlaron sobre por qué la gente siempre asume que María es lesbiana y Ana es hetero, sobre el peor día laboral de Nieves Herrero o de cómo los Lax’n’Busto abogaron por la lucha de clases. Las dos tienen claro que ninguna radio generalista habría comprado ni pagado por su formato. «Si te fijas, allí no hay nunca dos chicas conduciendo un programa. Nadie nos contrataría porque somos la misma cuota.

«La misma casilla y sólo hay una silla. En cambio, los tíos sí pueden y sí que pasa. Por ejemplo, los Oscar (Òscar Dalmau y Òscar Andreu) comenzaron juntos, haciendo de segunda voz de Manel Fuentes, y han ido juntos toda la vida. Ellos pueden, nosotros, no. O nos aliamos y espabilamos, o nos estaremos peleando entre todas, compitiendo inútilmente por ser «la chica del programa», lamenta Rovira.

En Catalunya pasa un fenómeno digno de análisis que, precisamente, han diagnosticado las Oye Polo. «En el mundo del podcast, las mujeres están haciendo el camino a la inversa de los hombres. No es como Berto Romero y Andreu Buenafuente. No es estar arriba y entonces intentar conquistar un terreno. Es hacerlo, pero para ver si alguien me puede ofrecer un programa y puedo consolidarme. Las que empiezan autoproducen por si viene un tío, porque siempre son ellos los consolidados, y te da una oportunidad para que le has hecho gracia como mujer joven y te contratan en la radio», dice Rovira. «Pero esto, a su vez, es una condena», sigue Polo. «Parece que en la radio tradicional empezarás como ‘chica del programa’ y morirás como ‘chica del programa’ o, como mucho, te darán el programa de verano, el de las niñas», sentencia.

Según el informe de 2020 de la plataforma Dónde están las mujeres sobre la presencia femenina en las tertulias radiofónicas catalanas, las mujeres apenas representan el 34% del total. Ante este síndrome de la Pitufina, desde hace dos años en Catalunya han eclosionado los podcasts en catalán o bilingües conducidos por mujeres jóvenes y alejados del circuito generalista y más tradicional.

Más allá de los dos únicos programas de índole feminista a la parrilla generalista catalana, como son «Les dones i els dies», conducido por Montse Virgili en Catalunya Ràdio, o «Feminismes» de Ràdio 4, producido por María Giménez, Andrea Salazar, Mar Sifre y Alejandra Sánchez, en Radio Primavera Sound (RPS) tenemos también las 25.000 escuchas mensuales de tarde -el magazine conducido por Andrea Gumes-; las 21.000 de «Gent de merda» -el podcast conversacional conducido por Claudia Rius, Paula Carreras, Rita Rojo y Ofelia Carbonell-, las 6.000 de Ciberlocutorio -con Andrea Gûmes y Anna Pacheco diseccionando las filias y angustias de la generación millennial-, o las 4.000 de «Dentro» -el show cultural y espacio de conversación, discusión y debate con perspectiva de género de Alba Riera y Iñaki Muro. Autoproducido y volando solas sin padrinos, la conversación íntima entre las periodistas Anna Pazos y Julia Bacardit, en que charlan sobre la vida en general, ayudadas por películas, documentales y polémicas.

Las catalanas no están solas: en España, dos programas más marcan la pauta y la referencia de éxito, como las 125.000 visitas que acumuló en mayo el «Deforme Semanal Ideal Total», de Isa Calderón y Lucía Lijtmaer en Radio Primavera Sound -triplicant sus cifras en sólo un año-, o fenómenos como «Estirando el chicle», de Victoria Martín y Carolina Iglesias cada viernes en Podium Podcast, que llena teatros en sus giras por España y se resiste a bajar de la lista de los programas más escuchados en Spotify España.

A todas las mujeres de este reportaje les une ser catalanohablantes, feministas, jóvenes -el rango de edad va desde nacidas a finales de los ochenta hasta el año 2000- y haber comprendido que su intimidad, su visión de la vida o sus análisis sobre la cultura, la política y la precariedad que las interpela podía interesar a alguien más que a su propio cerebro o al grupo de amigas de WhatsApp. Y de qué manera.

La génesis: íntimo y barato
«En el mundo digital, en general, hay un mayor papel de la mujer», apunta la directora de Prisa Audio y de Podium Podcast, María Jesús Espinosa de los Monteros. «La libertad de formato ha ayudado mucho las creadoras para que forjen su propia personalidad y puedan desarrollar sus ideas sin necesidad de depender de otros. El podcasting permite esta democratización y muchas mujeres la están utilizando de una manera extraordinaria», destaca sobre esta invasión de contenidos conversacionales entre amigas.

Frente a otros formatos más narrativos, la intimidad personal como la que se exhibe en estos programas gana puntos. «Es un formato sencillo de producir y lo que cuenta es el ritmo, la tensión y la complicidad interna y con el oyente», explica la directora de Prisa Audio.

El 23 de febrero de 2021, una noticia demostró que este nuevo paradigma femenino es mucho más rentable y genera mucho más interés del que cree el circuito tradicional. Spotify España se convertía en la única plataforma en reproducir los podcasts más escuchados de Radio Primavera Sound. Curiosamente, todos estaban conducidos por mujeres: Deforme Semanal Ideal Total, Tarde, Ciberlocutorio, Oye Polo y Daniela en la nube -el consultorio radiofónico de Daniela Blume en la era de las redes sociales- pasaban a ser contenido exclusivo de la plataforma de audio.

«Para nosotros es vital apoyar el talento local, y los podcasts de Radio Primavera Sound, liderados y dirigidos por mujeres, se encuentran entre los más escuchados en los rankings de éxitos», explica Eduardo Alonso, head of studios para el sur y el este de Europa de Spotify, sobre el porqué de esta alianza. En una época en que se consume más audio que nunca, y después de que el confinamiento disparara las escuchas de este tipo de programas, buscando esparcimiento y compañía ante un horizonte incierto, en 2021 casi la mitad de la población española escucha podcasts, y de éstos, el 24% comenzaron a hacerlo cuando se activó el estado de alarma, según uno de los informes elaborados por Spotify y por la asociación de marketing y publicidad en internet IAB Spain. «Se sigue viendo un fuerte crecimiento del consumo, las horas de escucha casi se han duplicado desde 2019», apunta Alonso, que destaca que «las mujeres lideran la nueva forma de consumo de contenidos y forman parte de la revolución de la audio, que sólo acaba de empezar «.

La parte responsable de que estos cinco programas de mujeres acabaran con contrato de exclusividad en la plataforma es Marta Salicrú, que aterrizó en abril de 2019 como directora de Radio Primavera Sound tras once años en Time Out. Su objetivo no era otro que «hacer una radio que es pudiera desmarcarse de los paradigmas de la radio tradicional». Bajo su batuta se han reforzado las apuestas por los programas conducidos por mujeres ( «mi ha sido un movimiento hacia una manera feminista de liderar un proyecto», asegura), aparte del idioma en que se produzcan ( «la sociedad catalana es una sociedad bilingüe, y en el entorno de las personas que hacemos RPS la alternancia entre catalán, castellano e inglés es constante «) y con la voluntad» de evidenciar que las mujeres son reclamos para la audiencia, una audiencia que al menos en el 50% también es femenina «. A RPS, aunque las escuchas de estos programas las capitalizan mujeres, en las redes sociales su audiencia es paritaria: a Instagram sus seguidores se dividen entre un 51% de mujeres y un 49% de hombres.

¿Puerta cerrada? nueva puerta
Muchas de estas podcasters han tirado de iniciativa propia ante la falta de oportunidades en los circuitos tradicionales. «La generación tapón que lidera hoy no sólo está envejecida, también es masculina. Y blanca «, afirma rotunda Salicrú, que lamenta que la presencia femenina en la radio tradicional sea» insuficiente y testimonial, incluso tokenista «(término que hace referencia a la incorporación simbólica de colectivos discriminados socialmente).

A esta postura se suma, desde «Gent de merda», Rita Roig: «No se ha superado la idea de que ya basta con un solo programa diferente para cumplir cuota: un programa sobre género, uno para jóvenes .. . Falta extender la perspectiva de género en todos los tipos de programas, contratar gente joven que no tenga que hablar siempre de temas de jóvenes … Aunque se cae en el joven token o la mujer token, y también pasa con las personas racializadas. Se quiere ser justo y se quiere estar al día, pero para que esto ocurra hay personas que deberían perder puestos de poder, y eso ya cuesta más «.

Alba Riera, de Dentro, asegura que «hay puertas cerradas» y que si hay este boom de contenidos y funciona es «porque es lo que la gente quiere escuchar, pero no nos dejan! Los medios, la industria y el mundo, básicamente, se ha explicado desde los ojos de los hombres. Ahora nos toca explicarlo a nosotros «. Andrea Gûmes, de tarde y Ciberlocutorio, también lamenta la falta de paridad: «Ahora nos empiezan a hacer caso, supongo que porque es imposible quedarse al margen del runrún de las redes sociales, pero sigue siendo para perfiles muy bajos , como colaboradoras, como cuota, del estilo ‘llama a aquella chica que habla de jóvenes’, pero es claro que quien sigue decidiendo contenidos y líneas editoriales son los de siempre. Sólo nos quieren para ir, hacer la foto, y que los hagas un RT después «, lamenta.

En el circuito tradicional, las conductoras también se reivindican. «Estamos empezando a ocupar espacios en los medios que antes estaban reservados para aquellos perfiles que representaban la hegemonía del poder: hombres blancos, de una edad determinada, cisheteros y de cierta clase social», afirma Alejandra Sánchez, de Feminismos, programa conformado por el equipo que comenzó emitiendo desde la radio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) con el nombre de Ola feminista en 2019, y que en tres temporadas ha logrado tomar el relevo generacional en el programa que conducía Marisol Soto en radio 4.

Virgili, veterana en Catalunya Ràdio, que dedicó un programa al boom femenino de los podcasts hablando sobre Oreja furtiva, Gent de merda, desván y Cosas modernas, apuesta para alcanzar la universalidad y salir de la maldición del nicho o del sello represivo ‘ contenidos sólo para mujeres ‘: «El feminismo es algo de todos, si hacemos programas sólo para nosotros, no vale la pena. Aunque existe la idea de esto es un programa para tías ‘o’ ya le diré a mi hermana que la escuche ‘, pero poco a poco esto va cambiando «.

Un oasis de precariedad?
Comparado con Twitter, donde el 98,9% de las comunicadoras -prácticamente todas- han sido acosadas o insultadas según un estudio del colectivo catalán Donestech, casi todas las consultadas coinciden en que no han sufrido agresiones virtuales muy destacables por sus programas ni hostilidad masculina, aunque sí que han notado cierta condescendencia por su juventud.

En el caso de El desván, que reniegan de la perspectiva de género en su programa porque «ha llegado un punto en que aunque seas feminista tanta palabrería feminista empalaga y no es creíble», Julia Bacardit incluso destaca que no tienen ninguna angustia por su exposición en un territorio hostil. «De hecho, diría que algunos hombres se excitan fuerza, pero no nos molestan nunca más de la cuenta».

Es en las redes sociales, cuando se vende el programa, que pueden llegar los problemas. Lo sabe bien la responsable de comunicación y redes de RPS, Izaro Bueno, que confirma que se han omitido palabras que «activan el odio machista» para evitar las respuestas negativas con la promoción de los espacios. «No me atrevería a decir que los podcasts son un oasis feminista. Buena parte de la audiencia alcanza los contenidos directamente a través de las plataformas, pero este es normalmente un público afín e interesado. Otro segmento importante sigue llegando a través de las redes sociales, y las redes siguen siendo un espacio hostil para las mujeres y otros colectivos a los que queremos dar voz «, confirma.

El reto al que se enfrentan todas es salir de la alarmante precariedad de un sector que, paradójicamente, va al alza. Lo que reciben las creadoras es prácticamente testimonial, si llegan a cobrar -Las desván lo hacen por iniciativa propia-. Una vez más se apela al entusiasmo como pilar generacional en los entornos creativos, pero de la vocación no se come ni se llega a final de mes. Andrea Gûmes, que hace tarde de lunes a jueves, lo tiene claro: «Existe la idea de que un podcast pueden ser dos amigas a casa con unos micros prestados, pero si queremos profesionalizar todo esto, no podemos olvidar que hay que respetar los trabajos y las diferentes figuras que conforman un programa, sea producción, guión, conducción; si no, estaríamos repitiendo lo que ya ha pasado antes en la prensa escrita: una persona puede hacer el trabajo de cinco a costa de su salud mental. Es peligroso «. Y ejemplifica: «En el caso de Ciberlocutorio, haciendo un programa al mes y teniendo el acuerdo en exclusiva con Spotify, no nos llega ni para un abono en el Primavera Sound». Y el abono está en 245 euros.

QUÉ PODCASTS ESCUCHAN?
Montse Virgili (‘Les dones i els díes’): Changes de Annie MacManus, Literary fricción, Desierto island discos, buhardilla, La oreja furtiva, berycidae sulfúrico.

Andrea Gûmes (‘tarde’ y ‘Ciberlocutorio’): «Sólo escucho dos podcasts, y perdón por parecer tan imbécil como aquellos presentadores de tele que dicen que ellos no ven la televisión, pero es real, me falta tiempo, los dos ponen luz en la oscuridad: Crímenes y la Buhardilla «.

Claudia Rius: «Adoro la Isa y Lucía de Deforme Semanal Ideal Total y también admiro muchísimo el trabajo que hace Andrea Gûmes a tarde, porque la cantidad de trabajo y la constancia que hay detrás es increíble. También me gusta la inteligencia de desván.

Paula Carreras: A mí el Deforme Semanal Ideal Total (de la Isa Calderón y Lucía Lijtmaer) y Oye Polo (de María Rovira y Ana Polo) me tienen enganxandíssima. También escucho prácticamente todos los programas de Ciberlocturio (de Andrea Gûmes y Ana Pacheco). Todos a Radio Primavera Sound, también. Me gusta mucho también La oreja furtiva (de la Mar Medinyà), un podcast punki sobre música clásica.

Rita Rojo: Mi primer referente fue Just Between Us, que está hecho por dos mujeres inteligentísimas. También he estado muy viciada al Deforme y al Ciberlocturio, y me gusta mucho el programa de RPS del Oye Sherman y Ana Polo, es divertidísimo. Mi guilty pleasure es Crímenes.

Ofelia Carbonell: Todos los que han dicho.

Julia Barcardí ( ‘La Buhardilla’): «A mí me gustan algunos de los podcasts que hacen a Foreign Policy, tales como I Spy. También escucho un par de amigas nigerianas, Y said what I said: las encuentro muy divertidas, muy como nosotros ya la vez muy diferentes, claro, porque el contexto nigeriano no tiene nada que ver con el catalán «.

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