Mario Blanco (Radio 4G Vitoria), récord Guinness de discjockey en radio

Mario Blanco

Natxo Artundo escribe en El Correo: «Oficialmente asombroso», reza el pie del certificado de los récords del mundo Guinness. El documento, recibido recientemente por el vitoriano Mario Blanco Real, le reconoce como responsable del más largo maratón de disckjockey radiofónico del mundo. Y sitúa su gesta en «Vitoria, Álava, Spain», con un total de 207 horas, un minuto y 16 segundos de música y comentarios.



Y tanto la intención de Blanco Real como las fechas –fue a finales de abril, en torno a San Prudencio– subrayan el carácter alavés del éxito. «Empecé como discjockey allá por 1988. Quería que mi ciudad estuviera en lo más alto en el mundo de la música, los DJs y la radio, combinar todo esto y poner muy arriba el listón», expone el flamante recordman. Y añade que ahora Vitoria está en el Guinness, no como con «aquella famosa tortilla con la que se intentó pero luego no se reconoció oficialmente. Es muy difícil que lo convaliden», subraya.

Por algo durante aquellos interminables 8 días y más de 13 horas fue de un escrupuloso absoluto, al realizar los registros en vídeo de toda la prueba, atender los controles telefónicos periódicos o el doble cronometraje de la agotadora sesión. Incluso, al anotar «a boli, de una en una, las 2.620 canciones que pinché», recuerda Mario Blanco Real, que conectó también en cadena desde Radio 4G Vitoria con otras emisoras de España.

Tanto esos oyentes como otros seguidores de la sesión mostraron su apoyo al DJ a través de las redes sociales en aquelas jornadas de confinamiento. «Fue esa gente la que me hizo tirar adelante.Hubo noche durísimas, sobre todo a partir de las 3 de la mañana».

Una copia para Txagorritxu
Blanco Real ya se la había jugado con un maratón de 85 horas ante el micrófono y la mesa de mezclas. Pero ahora el récord «es algo estilo Ironman», compara.
Lo que no olvida el alavés es la solidaridad que en su momento sintió con sanitarios, policías o transportistas en aquel camino hacia lo desconocido. Por eso, «haré una copia y la llevaré a Txagorritu, en agradecimiento por su labor», anuncia.

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