A Juan José Moscoso Poveda (Barcelona, 1946) le encantaba con solo 9 años encerrarse con sus amigos en una habitación y leer en voz alta textos de cómics. Poco podía imaginar aquel niño que de mayor daría voz a cientos de personajes como actor de doblaje y que aún hoy, a sus 72 años, continuaría dando el tono. Lo hace cada sábado por la tarde en su piso de la calle de Pelai donde reúne a decenas de actores a los que dirige para grabar gratuitamente radionovelas a través de su productora Radio Arte y que se emiten, entre otras emisoras, en Radio Kanal Barcelona (RKB, 106.9 FM y web). Oscar Hernández le ha entrevistado para El Periódico.
– Comenzó pronto a interpretar con la voz. Pues la vocación me viene incluso de antes. Siempre he tenido afición a la radio. Con 7 años me iba a Jorba Preciados y me gustaba ver los festivales de radio que se hacían en la terraza. Yo me quedaba con la boca abierta mirando a aquellos actores, algunos de los cuales pertenecían a Radio España de Barcelona. A los 13 años, creé Radio Júpiter JJ6. Lo de JJ era por mi nombre, Juan José. Dos chicas y cuatro chicos representábamos obras y hasta cobrábamos entrada.
– Luego vino su formación en el Institut del Teatre y toda una vida dedicada al doblaje. Ni jubilado, tira la toalla. Sigue, en su casa. Grabamos obras de radioteatro en mi piso de Pelai. Unas 12 al año. Ahora estamos terminando una de misterio de Stephen King. Luego se emiten a través de Radio Kanal Barcelona (RKB). Hemos hecho más de 30 obras en tres años.
– Creía que las radionovelas ya no existían. Bueno, fue en los años 70 cuando dejaron de emitirse. Antes las emisoras tenían sus grupos de actores. Yo estuve en los de Radio España, Radio Barcelona y Radio Nacional. Supongo que salía caro tener que pagarnos. Pero no creo que las radionovelas desaparecieran por la televisión. La radio siempre ha existido y ahí sigue.
– ¿No hay mecenas para las radionovelas?
– Lo hemos intentado, pero no hay forma. Por eso las hacemos gratis. Suerte que tenemos actores de doblaje y alumnos de la desaparecida academia de radio MK3, donde yo di clases, que vienen sin cobrar. Hay obras en las que colaboramos 60 personas y en algunas hemos llegado al centenar.
– ¿Cómo se organizan para grabar?
– Primero leo la obra, la adapto, hago los gráficos de las escenas, hasta 80, y asigno los personajes a los actores para hacer el reparto. Luego procuro citarlos para ensayar y grabar los días en que salen sus escenas para que tengan que venir los menos días posibles. Siempre en sábado. Y también hago y costeo las fotocopias de los guiones.
– ¿De todo eso qué es lo que más le gusta?
– Yo antes que nada soy actor. He hecho teatro, televisión y radio. También he dirigido obras de radio y doblajes. Pero la radio es el imperio de la voz. Todo ha de salir con la voz. Si en una escena estás luchando, por ejemplo, eso tiene que oírse sin que te muevas, porque estás de pie delante del micrófono. En la radio no lees, sino que das la entonación justa.
– Que en cada persona debe ser única. Todos cantamos cuando hablamos porque la voz tiene su propia melodía. Y aunque yo cuando dirijo puedo marcar el tono, el actor de radionovela como el de doblaje debe sentir el personaje. Eso es algo interno, que no se enseña, que se lleva dentro como el duende en el flamenco.
– Veo que ustedes graban hasta los ruidos. Hacemos lo que llamamos efectos de sala, como los pasos, el agua o la escritura en una pizarra, aunque también hay efectos especiales grabados y que se incluyen durante el montaje.
– ¿También montan los sábados?
– No. Eso lo hago yo durante el resto de la semana. Con el digital es mucho más rápido. Todo en el ordenador. Ahora no hay ni que levantarse para buscar un sonido.
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