Iñaki Elorza se jubila tras 16 años presentando «Katedra» en Euskadi Irratia

Iñaki Elorza

Igor G. Viko en Noticias de Navarra cuenta que a Iñaki Elorza Txapas (Azpeitia, 1952), barba cana, mirada viva, se le agarran los recuerdos a un kayak en mitad del Orinoco. Fue entonces cuando se le encendió una bombilla para dar nombre a un proyecto nuevo que iba a entrar a formar parte del corazón de muchos pelotazales. Aquel día se le ocurrió al periodista de Euskadi Irratia ponerle el nombre de Katedra a un nuevo programa que ha estado 16 años seguidos contando la actualidad pelotazale y que jubila Elorza. La de hoy, además, será su última final del Manomanista. La primera, en la que empieza el camino de su poderosa y pulcra garganta, fue el 23 de mayo de 1982, entre Julián Retegi y Roberto García Ariño. Mikel Urrutikoetxea e Iker Irribarria pondrán un punto y aparte en su carrera en el Bizkaia de Bilbao.



El punto final llegará el 14 de julio con el Pobre de mí. A Iñaki le gusta la mística de San Fermín. Su deseo era terminar el oficio con el pañuelico rojo al cuello. Lo hará. “Era mi ilusión despedirme con el mano a mano, el torneo más especial que hay para mí, y con los Sanfermines -cuenta pelota, los encierros, la diana…-”, desgrana el guipuzcoano. La idea de la jubilación le rondó el año pasado, pero tomó la decisión de “continuar”. Este año será el último. Cuelga el micrófono.

“Llevo 38 años en la radio. Los inicios fueron muy distintos. Comencé con el fútbol e hice las dos ligas del Athletic y la de la Real -también cubrió Tours, herri kirolak, remo, rugby…-. En pelota solo hacía eventos importantes. Sin embargo, desde hace veinte años comencé de forma exclusiva”, relata el periodista. Suele acudir unas 100 veces al frontón al año con su eterno cuaderno, sus auriculares y una caligrafía pulcra y ordenada. “He disfrutado más con la pelota que con el fútbol, quizás porque ya se queda olvidado. He disfrutado no solo del deporte, sino también de todo le que lo rodea. Los avances tecnológicos son buenos, pero te hacen separarte del día a día y perder el contacto directo. Un día de frontón lo aprovecho al máximo”, analiza Elorza.

Desde la experiencia que dan los años y la sabiduría, Iñaki amasa una devoción inmensa por el material histórico. Confiesa que ha leído todas las cabeceras vascas desde 1940 hasta 1980 para coleccionar información pelotazale. Con ella, realizaba uno de los apartados más exitosos de su Katedra: la hemeroteca. En esa parte del programa relataba sucesos de hacía 40 y 50 años. “Recuerdo que el abuelo de Danel Elezkano decía: MevoyalacamaconIñaki. También quiero homenajear a los periodistas de entonces: Aitona, Fernando Castro, Ezquiaga, Pacorro…”, manifiesta.

El azpeitiarra lo está viviendo con “ilusión”, pero cree que sufrirá un “cambio”. “Antes me preguntaba por qué los pelotaris profesionales dejan de ir al frontón, pero llega un momento en el que acabas diciendo: Hastaaquí. No me imagino ir solo. Eso sí, a Donostia no voy a faltar”, confiesa el periodista de Euskadi Irratia, quien, haciendo memoria, no se moja sobre los mejores pelotaris. “Los hay que marcan época, pero todos me han hecho disfrutar”, apostilla. “He conocido a muchos y hay muchas anécdotas, pero recuerdo una que me sucedió en el frontón de Bastida el año pasado…”, dice Iñaki con la gravedad de su verbo y unos ojos que brillan entre las cordilleras de la experiencia.

A Elorza le comentaron desde el estudio que estaba Eneko Sagardoy, actor de Handia, viendo el partido. Ni corto ni perezoso, en el descanso del tanto doce, Iñaki le buscó en el bar. El chico le cruzó la mirada y le dijo que no con el dedo. Iñaki siguió erre que erre y le presentó en directo. “Me dijo que era su hermano gemelo. Pensé: ¡Tierratrágame! Pero pude salir bien del entuerto porque él había jugado a pelota”, evoca Elorza. Asimismo, instauró el premio a mejor pelotari del Parejas en Euskadi Irratia y, aunque desapareció, las empresas lo readaptaron a su sistema. “Reivindiqué en su momento que, tras los partidos, el ganador se dirigiera al público. Me costó años, pero se acabó consiguiendo. Además, en el 68, en una final en la que jugaron Atano X contra Azkarate, se pesó a los protagonistas antes y después del partido. Luciano pesó 61,500 kilos antes y 60,600 después;Hilario, 88 kilos antes y 85,100 después. Podría ser algo bonito para retomar”.

la visión de la final Sobre la final de hoy, la última del Manomanista que vivirá como periodista, Elorza cree que está “muy equilibrada. Me gusta el progreso de Irribarria, cómo ha ido hacia arriba. Eso sí, preferiría que arriesgara más. Con respecto a Mikel, creo que es uno de los pocos pelotaris que sabes que no se va a acabar el partido hasta el tanto 22. En mi caso, se mezcla el deseo con lo que veo. Me gusta por Urrutikoetxea, pero que acabe 22-21”, remacha el azpeitiarra, que no se olvida de dar las “gracias” a “empresas, pelotaris y público” por la “gran cercanía” que han tenido con él. En San Fermín será la traca final.

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