Lo cuenta Luis Linaza desde larazon.es: El periodismo deportivo radiofónico ha vivido momentos de máxima tensión, sobre todo cuando en diferentes cadenas y muy enfentados por la noche, José Ramón de la Morena y José María García peleaban a muerte por cada oyente. Pero la batalla no ha sido sólo entre competencia, también en la misma cadena, entre compañeros y amigos, como contó en la Cope Juanma Castaño sobre lo que la había pasado en una ocasión con Paco González. Ambos son amigos y buenos compañeros, pero en un momento de tensión, todo pudo acabar muy mal, porque Paco González no supo contenerse.
«No hubo sangre, pero fueron golpes en serio. No fue una cosa de un golpecito», contaba el periodista Juanma Castaño por la noche en la Cope, en El Partidazo. describiendo cómo fue ese momento de máximo tensión y violencia con Paco González. «Paco estaba entrevistando María Teresa Rivero, en ese momento, la presidenta del Rayo Vallecano, y debajo de la mesa tenemos una ruedita de volumen para los auriculares de cada locutor», seguía. Él estaba debajo de la mesa manejando esas ruedecitas, aunque no lo hacía del todo bien. «Yo me confundí de rueda de volumen, en lugar de la mía, estaba manipulando la de Paco. Estaba subiendo y bajando el volumen y Paco pensó que se estaba yendo la emisión de María Teresa Rivero». Es decir, en medio de la entrevista, le estaba volviendo loco, haciéndole creer que lo que estaba haciendo no servía para nada. «Hasta que ya le quite el volumen del todo y entonces Paco dice: nada hemos perdido la comunicación con la presidenta del Rayo», seguía la historia Juanma Castaño de cómo su compañero empezaba a perder la paciencia.
La brutal reacción de Paco González contra Juanma Castaño
Entonces llegó el peor momento: «Le dicen los técnicos que no, que está hablando y que es él que no oye». Paco descubre qué pasaba: «De repente mira a ver qué pasa y me ve debajo de la mesa. Cuando me ve debajo de la mesa, me empezó a dar puñetazos porque vio que era yo el que me había cargado la conexión. Pero puñetazos, o sea, con el puño cerrado y con fuerza», seguía Castaño ante la risa de todos sus contertulios.
Uno de ellos le preguntó que cómo se lo tomó, si protestó, si se los devolvió. «No dije ni pío», dijo Juanma Castaño.
75777
