Cristina Lasvignes, de la voz de la Cadena SER a empresaria de éxito

Cristina Lasvignes

Jesús Manuel Ruíz escribe en esdiario.com que durante años fue la voz más escuchada de la radio. Fue en la noche de la Cadena SER. El programa Hablar por hablar donde Cristina Lasvignes abría los micrófonos para escuchar los testimonios de los nocturnos que querían contar sus experiencias, compartir momentos vitales o desahogarse para encontrar alivio en sus noches desveladas. Su voz se coló sin pedir permiso en las noches de muchos oyentes.



Del éxito de la radio a la televisión y luego a la hostelería
Del éxito de la radio, la cadena de televisión Antena 3 le ofrece comenzar un nuevo programa en las tardes. 13 de octubre de 2008, a la voz de Lasvignes se le pone cara, Cristina comienza su andadura en televisión en las tardes de la cadena de Planeta.

Durante un tiempo compatibiliza la tarde televisiva con la noche radiofónica. Tiempo después, su cuerpo le hace decidir. Se queda en televisión. El programa funciona hasta que llegó a la pequeña pantalla en abril de 2009 el nuevo programa de televisión que revoluciona el panorama de divertimento. Sálvame termina con la competencia.

Durante el tiempo que perdura Tal cual Lo Contamos, Cristina Lasvignes contrae matrimonio con un joven emprendedor madrileño que ve más allá de los focos y las bambalinas de la televisión.

Cristina Lasvignes y José Manuel García conforman un verdadero emporio empresarial
Cristina y José Manuel García conforman una familia y un verdadero emporio empresarial. El matrimonio es propietario de la mayores y mejores terrazas gourmet de la capital española. En Madrid, los locales de Lasvignes y su marido son La Azotea Del Círculo de Bellas Artes, La terraza Picalagartos situada en la esquina entre la Gran Vía madrileña y calle Montera, la Azotea Forus Barcelo en el barrio de Malasañay, Arpillera y Bomarea.

García y Lasvignes son incasables en el trabajo y no tienen metas en sus horizontes empresariales.
Hace unos días, el pasado 25 de junio inauguraban en le capital hispalense su nuevo local.
Justa Rufina es la nueva ilusión de la pareja que se han convertido en la envidia de los empresarios de la hostelería nacional.
Su nuevo destino en Sevilla. Cristina y García no han cambiado su vida. Siguen manteniendo su círculo de amigos, su refugio en el Pantano de San Juan en Madrid y el cuidado a la familia que han formado con sus dos hijos.

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