Aquella añorada radio local de aquel recordado Ourense lejano

Radio Orense

Fernando Ramos escribe en laregion.es: He compartido en ocasiones, dentro de congresos y actos universitarios sobre la comunicación, mis propios recuerdos, experiencias y testimonios sobre la radio local en mi breve etapa ourensana (1968-1972) como profesional, a lo que se une mi propia memoria de oyente, en particular de aquella entrañable Radio Orense.
La radio propiamente local ocupaba en otro tiempo gran parte del espacio de las emisoras, pues eran menos los programas en cadena, muchos de ellos también recordados, de gran popularidad.
Otras veces me he referido en este prontuario de recuerdos a la enorme calidad y variedad de la radio local en Ourense en la etapa de los años sesenta y setenta, esencialmente. Era una radio creativa, de enorme calidad y variedad.



Creo que deberíamos recordar el enorme papel que Radio Orense (entonces no se decía Ourense) desempeñó en la agitación cultural de la ciudad, a partir de que Ramón Puga la convierte en un fenómeno de masas e incorpora entre sus colaboradores a una serie de intelectuales de todo el arco desde Alvarado a Anselmo López Morais y otros no menos destacados.
Pedro Arcas y Montesinos, cada uno en su estilo, eran dos formidables locutores que abarcaban todos los géneros. Pero en mi memoria de niño y adolescente sigo recordando la voz nasalizada de Luis Madriñán Neira y sus “Charlas al viento” que es una pena que no se conserven grabadas por su plena vigencia y, por lo menos, sus textos.

Viene a cuento hoy en día este recuerdo porque, ordenando mis archivos, me encuentro con viejas fotos de aquellos tiempos pretéritos, como la que ilustra esta evocación, en la que junto a la formidable locutora Adela, de La Voz del Miño presentaba conmigo un festival de aquellos tiempos.
Lamentablemente, nos han ido dejando aquellos locutores conocidos, desde Horacio Caneiro, Pepe Rupérez, Esteban Plaza o el mismísimo y polivalente “Xeixadelo”.
La radio local de aquellos tiempos comprendía todo tipo de programas, desde los discos dedicados a los informativos, los concursos patrocinados por el comercio local (muy populares), las guías publicitarias, las esquelas, los deportes, incluyendo las retransmisiones de los partidos.
Las normas del Ministerio de Información y Turismo sólo permitían que los noticieros dieran noticias locales, pues todos los días a las 14.30 era obligatorio conectar con Radio Nacional para emitir “El parte”, que curiosamente conservó este nombre desde su origen como “parte diario” de la marcha de la guerra en el llamado “banco nacional”.
Y aunque se denominara oficialmente, ya después “Diario hablado de Radio Nacional”, todo el mundo lo llamaba “El parte”.

Tanto“La Voz del Miño como Radio Popular hacíamos programas cara al público, en el primer caso en el salón de actos de la Casa Sindical en el parque de San Lázaro, y en el del antiguo seminario, con entrada por los jardines del Padre Feijoo, en el segundo. Un aspecto que se debe recordar es la excelente relación de todos los profesionales de la radio, que celebrábamos una formidable fiesta el día de nuestro patrón que era el Ángel de la Anunciación.
La apertura en la ciudad de una segunda emisora, La Voz del Miño, de la cadena de emisoras sindicales, trajera una renovación de los viejos esquemas, y Gerardo Rodríguez, Adela y Horacio Caneiro, con Pepe Núñez y Santi, formaban un gran equipo profesional.
Años más tarde, yo coincidiría con Pepe Núñez en Radio Popular de Vigo, donde pasé otros cuatro años (1972-1976) hasta que dejé mi etapa en la radio y desembarqué en Faro de Vigo.
Gerardo y Horacio eran dos formidables todoterreno, Pepe Núñez un maestro en varios ámbitos, especialmente en el buen gusto y precisión en el montaje y el conocimiento musical.

La aparición posterior de Radio Popular, dirigida por Pedro Gómez Antón incorporó un refuerzo para la radio local, con enorme variedad de programas originales.
Esteban Plaza era un excelente locutor con una amplia cultura y buen gusto musical. Pepe Rupérez, que aparte de hombre de radio era prácticamente de profesión, hacía un gran programa de sobremesa, titulado “Prohibido aburrirse”, que era muy original.
Luego estaba Pepe Platero al frente de los informativos. Espacio al que yo perteneciera, aunque, como todos los hombres de radio de aquel tiempo, hiciéramos de todo. Luego, la llegada de Daniel Hortas a la dirección, dio un gran impulso a la información, con el recordado programa “Jaque a la actualidad”, nombre que más tarde sería exportado a Vigo.
Luego llegarían Carlos Cabaleiro y un muchacho menudito que estudiaba para maestro y que se llamaba José Manuel Parada, como aprendiz. Pero esa es otra historia.

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