
09.09.2025.- Francesc Orteu publica en ara.cat: Locutor de radio, presentador de televisión y padre de Àlex y Gina, de 12 y 8 años. Acaba de estrenar en Ràdio 4 el magacín despertador ‘Buenos días y buena suerte’, de lunes a viernes, de 6 a 8, acompañado de Montse Vidal y Ares Teixidó. Realiza el podcast ‘La Taverna del Barça», en el que se habla de lo que ocurre dentro y fuera del campo con la participación de peñas de todo el mundo.
Si hoy entras en la habitación de Álex puedes encontrar de todo. Cualquier día encontraré un premio Ondas bajo la cama. Es muy desordenado. Además, tiene la extraña habilidad de hacerte creer que las cosas están más o menos en su sitio, pero cuando abres el armario o los cajones, ves que todo es un caos. La habitación de Gina está más aseada, aunque me parece que poco a poco va cogiendo algunos mal vicios del hermano.
- El desorden no tiene solución. El universo ya tiene cierto grado de entropía.
— Es necesario insistir y volver a insistir, porque cuando bajas la guardia el caos se esparce fuera de la habitación. También tengo que confesarte que como padre soy un poco blando. Con cualquier fiesta que me hagan consiguen que me olvide del tema. Ahora, hay otra cosa de Àlex que no acabo de entender.
-¿Cuál?
— Cómo puede que se haga la cama tan mal, pero tanto. Mira que le he enseñado mil veces cómo debe hacerlo, pero no hay manera. Le ves la cama recién hecha y piensas: «Quizá sería mejor que la hubiera dejado deshecho». Su cama está mejor cuando está deshecho que después de intentar hacerlo. Es un desastre.
- Y Gina, ¿tiene algún misterio?
— Me resulta inquietante descubrir que en cualquier momento del día o de la noche, los cinco días laborables y los fines de semana, ya sea verano o invierno, siempre hay dos o tres prendas tiradas por el suelo. No puedo entenderlo. Un gesto tan sencillo como coger la ropa y tirarla dentro del primo de la ropa sucia no acaba de encajar en su forma de entender el mundo. - ¿Se pelean mucho?
— Aunque se aman, se hurgan mucho. Más el mayor a la pequeña porque ya está en la preadolescencia ya veces parece que la hermana pequeña le moleste. Está como enojado con el mundo. Se cabrea cuando la hermana le da un beso. Ambos tienen bastante carácter, algo que está muy bien. Ahora, yo llevo mal las peleas. Siento como si se estuvieran traicionando el uno al otro. - ¿Interviene?
— Cuando se ponen muy intensos sí, claro. Cuando hay malas palabras, cuando empiezan a empujarse y no controlan su comportamiento, entonces sí que es un may-day en toda regla. En estos casos, lo mejor es manejar cada uno a su habitación, a su espacio, para que los ánimos vayan bajando de revoluciones. Pasado un rato, con más calma, se trata de que cada uno haga el esfuerzo de ponerse en el sitio del otro. Y lo cierto es que a menudo funciona. - Las extraescolares son otro gran tema.
— Al respecto no tengo ninguna preferencia. Que hagan lo que les gusta y les motive. Gina ha estado haciendo patinaje muchos años, ahora hace danza y gimnasia. Àlex estaba haciendo fútbol, más por estar con los amigos que por afición y le tocaba hacer mucho banquillo y eso, que haya tanta competitividad, tampoco lo veo claro. Los niños deben jugar todos. Y otro tema son las tonterías que algunos padres gritan en los partidos. He quedado horrorizado. Por suerte ahora se ha aficionado a la bicicleta y apuntamos hacia ahí. - La ropa.
— Pues no hay mucho conflicto, sinceramente. Gina se prepara sola la ropa que debe llevar al día siguiente. El chico es otra cosa. Prefiere que le prepare yo la ropa, la mira y normalmente ya le está bien. No es que carezca de criterio. Es más un tema de pereza. Siempre es más fácil que otro te haga las cosas. - ¿Y las marcas?
— Siempre hay quien se pone más de moda en el instituto, pero no nos volvemos locos comprando ropa cara. Álex erosiona más la ropa, especialmente las zapatillas, que no le duran mucho. - ¿Cómo comienza el día?
— Lo tenemos bastante organizado. El primero en levantarse es el chico, que le gusta ser madrugador, ya tiene el bolso preparado ya las siete y media marcha solo por coger el autobús. A Gina por las mañanas le cuestan. Tiene mal despertar. Se le pone el carácter algo apretado y no tengo ninguna técnica. Tratarla con la mejor de las formas. Luego le ocurre. - ¿Cómo le ha cambiado la paternidad?
- Ser padre me ha hecho reinterpretar mi vida por completo. Ahora tengo una sola prioridad, ambos. Su felicidad es la mía. Vivo para enseñarles valores, respeto, a ser buenas personas, sobre todo. Nunca acabas de sacarte de encima la sensación de no acabar de ser suficientemente buen padre. Ellos son mi todo.
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