Han pasado 16 años desde que aquel 10 de septiembre de 2008 me liara la manta a la cabeza decidiendo que había llegado el momento de juntar varias pasiones y ofrecer una alternativa a la escasa cobertura mediática que había en torno al Rayo Vallecano.
Aquel día no me imaginé, ni por un instante, que hoy iba a estar aquí agradeciendo a tanta y tanta gente que haya compartido este largo viaje conmigo. Han sido miles los artículos, cientos los programas de radio, innumerables las entrevistas, las columnas de opinión, las llamadas y conversaciones con tanta gente… momentos duros que invitaron a tirar la toalla y otros que me hicieron creer que esto no se va a acabar nunca.
Han pasado 16 años en los que he visto pasar por mi vida a mucha gente, algunos se han quedado y otros simplemente pasaron, imagino que como os habrá pasado a todos vosotros, eso no es nada especial. Pero cuando hablamos de un medio de comunicación como este, sin ninguna pretensión, en el que he invertido más tiempo y dinero del que hubiera imaginado jamás, sentir el cariño de la gente, de todos vosotros, ya es algo por lo que merece la pena luchar.
Son muchas las amigas y amigos que siguen estando ahí desde mis viajes en los autocares de la afición. Aquellos momentos en los que algún autobús tuvo que esperar a que llegase yo de una rueda de prensa o de estar en el fondo haciendo fotos. Momentos compartidos con todos ellos, las charlas previas a los partidos, compartir las experiencias de las victorias o las derrotas de vuelta a casa. Simplemente deciros que gracias por seguir ahí y por dar sentido a esto.
¿Qué os voy a contar que no sepáis ya a estas alturas? Pues nada, que retransmitir los partidos del filial me daba la vida cada fin de semana, que estar con el femenino y con el juvenil completaba una experiencia que aumentaba o disminuía cuando tocaba cubrir al primer equipo, dependiendo del tipo de partido que tocase (porque no me gustan nada los partidos grandes, lo reconozco). Que con el nacimiento de la radio se cerró el círculo de juntar pasiones y que al periodismo y al Rayo le uní mi amor por el medio más bonito que existe: la radio. Que hacerlo además con gente que le pone tanto cariño y tesón a las cosas como Nacho o ver cómo aquel niño que viajaba conmigo en los autocares de la afición ya es un hombre y que, además, participa activamente también en el proyecto, termina por ensanchar ese pecho en el que late un corazón rayista que lucha contra la injusticia, contra la dejadez, contra el desprecio y contra el maltrato de quien ya sabéis y al que hoy prefiero no nombrar. Ya le vale dejarnos sin franja en el año del Centenario, ya le vale…
Han pasado 16 años desde que aquel 10 de septiembre de 2008 me lie la manta a la cabeza y, echando la vista atrás, no puedo estar más orgulloso por el camino recorrido, por las experiencias acumuladas, por el sueño de una final de Copa truncada en Sevilla, por el disgusto de Anoeta, por el miedo en Castellón, por vivir el último partido del Rayo en el viejo San Mamés, por aquella vida Pirata de Coke en Vigo, por el amistoso en Oporto, por miles y miles de kilómetros recorridos en soledad o bien acompañado y por superar una pandemia con la Copa del Rey como estandarte y con Oscar Valentín haciéndome enloquecer en Tarazona, Teruel y Huesca con sus goles en el último suspiro… Podría seguir toda la noche recordando momentos, pero me quedo aquí, con el recuerdo de toda la gente que ha pasado por mi vida en estos 16 años, con el recuerdo de los que ya no están con nosotros pero que seguro que nos siguen animando a crecer desde donde estén y con la firme creencia de estar haciendo las cosas lo mejor posible para que los que seguís ahí con nosotros lo sigáis haciendo los próximos 16 años, como mínimo. Larga vida al Rayo Vallecano Centenario y larga vida a Pasión por el Rayo y la buena gente de Vallecas. ¡Merece la pena celebrar 16 años juntos! Un millón de gracias.
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