Mayer Trujillo (COPE Canarias) cambia los estudios de la radio por el púlpito de La Concepción

Mayer Trujillo

Humberto Gomar escribe en eldia.es que las tornas se cambiaron en la tarde-noche de este miércoles 20 de marzo en la iglesia matriz de La Concepción. El párroco, Juan Manuel Yanes, actuó de presentador del pregonero, y el periodista Mayer Trujillo cambió los estudios de la radio por el púlpito del templo para anunciar la llegada la Semana Santa de la capital tinerfeña que vertebró con medio centenar de preguntas en la búsqueda del sentido al sufrimiento. «Porque Cristo no es un personaje más de la historia. O estaba loco o de verdad era Dios como decía».



Durante casi cuarenta minutos Mayer Trujillo habló de lo humano y lo divino ante un auditorio que casi llenaba la iglesia matriz y entre los que no faltó el obispo de la Diócesis,Bernardo Álvarez, de los primeros en llegar junto a las religiosas de la Casa de Ejercicio de la Cruz del Señor,

o el párroco del Sagrado Corazón, Norberto García, quien se procuró sentarse con la suficiente prudencia para que, como dice la escritura, nadie le tuviera que convidar a levantarse para dejar el sitio a otro.

Arropado por su esposa y uno de sus tres hijos, y también por la dirección de la Cadena COPE, en la que desarrolla su labor profesional como director de Contenidos en Canarias entre otras tareas, Mayer Trujillo no ocultó su vocación periodística que evidenció en un cúmulo de preguntas, que arrancó con «¿quién dice la gente que soy yo», para seguir otras cuestiones como «¿qué le respondes?», «¿quién soy yo?», «¿tendría sentido que todos los años nos reuniéramos a recordar la pasión y muerte de alguien que fue pero que ya no es?», «¿ustedes creen que hubieran arriesgado su vida hasta el punto de sufrir distintos martirios por Él?», «¿qué hacemos adornando un instrumento de sacrificio, sacándola en procesión o adorándola como hacemos el Viernes Santo?», «¿se imaginan que adornáramos con flores una soga de horca, una guillotina o una silla eléctrica?», «¿se imaginan que lleváramos una silla colgada de una cadena en nuestro pecho?», «¿por qué los cristianos adoramos la cruz?», «¿por qué algunos jugadores cuando salen al terreno de juego hacen la señal de la cruz?», «¿o cuando despegamos un vuelo?», «¿o por qué cuando se muere alguien en la carretera ponemos una cruz para recordar a esa persona querida que falleció?», «¿qué pasó en esa cruz para que ahora la veamos así?», «¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?», «¿qué cruces tienes en tu vida?», «¿cómo llevas tus cruces?», «¿qué es lo que más te pesa?»…

En primera persona
Estos fueron algunos de lo interrogantes que vertebraron el pregón de las cincuenta preguntas que planteó Mayer Trujillo para bajar el cielo a la tierra en tres acontecimientos que le atañen de cerca: desde la referencia al infarto del que se recupera su compañero de COPE Jaime Pérez Llombet, con el que ha compartido los últimos diez años, al Alzhéimer que padece la madre del propio Mayer Trujillo desde poco después de haberse jubilado. Y sentenció esta experiencia familiar con un desgarrador «ahora está en la clínica. No se imaginan la ilusión que le hubiera hecho estar ahí sentada, con toda su capacidad para escucharme. Le hubiera encantado».

Más preguntas. «¿Qué podemos hacer?». «No queda otra que mirar al cielo», se respondió, para continuar con ‘el más difícil todavía’ al referirse a la llamada que recibió el verano pasado cuando, estando en Medjugorje, recibió una llamada para advertirle de que se la había complicado la enfermedad que sufría su amiga Salomé, compañera de carrera del pregonero cuando cursó Biología, después de un año de lucha contra un cáncer de espada. «A los dos días falleció». «Su hijo Saúl, de 9 años, le preguntó al sacerdote amigo de la familia Jesús Agüin por qué Dios se llevó a su madre. Le decía: esto es injusto, Jesús». El cura le respondió que era injusto, pero que Dios estaría con él, que no lo abandonaría. Y que su madre lo estaría apoyándolo desde arriba.

«¿Por qué tanto dolor?», «¿sirve para algo este sufrimiento?», para dar respuesta con unas palabras del padre Ignacio Larrañaga. «El drama no está en sufrir, sino en sufrir inútilmente», pero «no con resignación cristiana, que es un concepto pagano, sino con el abandono enDios. Si nos llega la prueba es porque sacaremos algo bueno de esta situación dolorosa».

Mayer Trujillo, que pronunció su pregón flanqueado por los tronos de la Virgen de la Soledad y delCristo del BuenViaje, hizo un guiño a las entrañas de la Semana Santa de la capital tinerfeña, al referirse al cólera que asoló el barrio de ElToscal en 1894 y que dejó casi cuatrocientos fallecidos, para sacar en ese momento su lado más reivindicativo, al emplazar al alcalde y al resto de la Corporación presente en el acto a cumplir la promesa que se hizo hace 130 años, cuando se comprometió la colocación de una imagen del Señor de Santa Cruz en la antigua calle de Oriente.

Ya en la recta final, Mayer Trujillo echó mano de la leyenda noruega del ‘Cristo de los favores’ para plantear una reflexión sobre quienes desean ser dioses de su vida contraponiéndolo con el modelo de vida del Padre Damián, que murió entre leprosos en Hawaii, o la madre Teresa, que entregó su vida en la India.

De citas bíblicas a titulares de prensa: el 33 por ciento de los canarios se siente deprimido o padece ansiedad, acercó Mayer Trujillo al auditorio de La Concepción, para de nuevo lanzar más preguntas. «¿qué nos está pasando?», «¿no será que también que padecemos un vacío existencial?».

Mayer Trujillo zanjó el debate existencial con «Cristo, no como un personaje más de la historia. Es presente» y la invitación para encontrar en esta Semana Santa «lo que necesitas para vivir en plenitud».

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