Luis Del Olmo ingresa en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia

Luis Del Olmo

Y con ese motivo Carlos Benjumeda le ha entrevistado para el Diario de Cádiz

-Disfruta de su jubilación después de muchos años de trabajo en la radio, sin vacaciones, sin veranos y sin tiempo apenas para usted mismo. ¿Puede realmente un periodista jubilarse del todo?
-Yo creía que la jubilación me iba a traer tristezas por olvidarme del micrófono y los oyentes, pero me estoy dando cuenta que la jubilación viene de júbilo. Ahora estoy paseando por toda España con un gran barítono y un gran concertista de piano, recordando a los poetas en los teatros con un espectáculo en directo, Poetas de España. Hace unos días he estado en la tierra de Miguel Hernández. He visitado también la tierra de Machado. Y tengo ganas de venir a El Puerto para recordar a Rafael Alberti a través de su trabajo. Ahora no tengo que madrugar como cuando hacía el programa ‘Protagonistas’, pero estoy viajando más que nunca.

-Ha venido a El Puerto para recibir el homenaje de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia. ¿Cómo valora su entrada en el cuerpo de académicos de esta institución?
-Nunca soñé en la radio que algún día me iban a llamar para formar parte de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto. De todas las distinciones que he tenido, sin duda la más importante es el que pueda formar parte de la Academia de Bellas Artes. He recibido muchos premios Ondas, muchas distinciones.
Recientemente el presidente del Gobierno me concedió la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio. La distinción de la Academia es equivalente a esa Gran Cruz de Alfonso X.

-Aunque es del Bierzo, usted se declara un enamorado de El Puerto. ¿Qué atractivos ha descubierto en esta ciudad?
-El atractivo de la tranquilidad, de la sonrisa permanente que tiene no solamente el ciudadano, sino cada uno de los rincones, de los hogares entrañables, de los viejos palacios que ha tenido este hermoso rincón de Andalucía y de España. Paseando por El Puerto me recuerda mucho, no sé si es la tranquilidad, el aroma o es la temperatura, a la vieja Tebaida, al Bierzo, a mis orígenes. Por eso, cuando mis cuñados y mis hermanas me invitan a acercarme a El Puerto no me lo pienso y tomo el primer AVE para estar aquí, en mi segunda tierra.

-Como periodista, ¿qué le parece esta época para trabajar en los medios de comunicación?
-Muy complicada porque el mundo de la política, si es difícil entenderlo, ahora no hay quien lo entienda. No sé el futuro qué nos depara, pero los compañeros en todos los medios tienen que afinar sus lápices para contar siempre la verdad y fortalecer esta democracia que hemos conseguido en los últimos años.

-¿Cree que está en peligro la democracia?
-No, la democracia no está en peligro, porque nos costó mucha sangre y mucho esfuerzo conseguirla. La democracia ya es irrompible. Pero el bienestar que veníamos disfrutando en los últimos años ha sido sustituido por la intranquilidad que tenemos ahora. No sé si es porque los políticos no se entienden unos a otros o porque estamos dejando de creer en los políticos.

-Da la impresión que ejercer el periodismo era más fácil en su época.
-La información y el periodismo nunca ha sido fácil, porque el periodismo tiene que tener el coraje de acercarse a la verdad siempre. Pero te da muchas satisfacciones cuando cumples con tu deber. El periodista que sale hoy de la facultad sale dispuesto a contar la verdad y esa es la tranquilidad que debe tener la sociedad española. A partir de ese momento la democracia siempre se mantendrá en pie.

-¿Por qué la gente sigue oyendo la radio a pesar de existir Internet?
-Se debe sobre todo a que han nacido unas estrellas en el mundo de la radio imbatibles, desde Carlos Herrera, Carlos Alsina, Julia Otero, Pepa Bueno… Hay unos líderes en el mundo de la comunicación muy atractivos para el oyente y lo mismo ocurre en la prensa escrita. La gente devora hoy los periódicos porque quiere estar informada aún a sabiendas de que el periódico no le pueda dar una buena noticia. Pero detrás de esas noticias se esconde la posibilidad de que vuelva la tranquilidad y la cortesía y la convivencia entre todos los españoles.

-¿Qué cualidades debe reunir un periodista para ser un buen comunicador en la radio? ¿Es suficiente con tener una buena voz?
-Es fundamental. Pero lo principal es que estés enloquecido por lo que haces y abandones cualquier otro entretenimiento por acudir al micrófono. El profesional encargado de los grandes bloques tiene que vivir de la radio, por la radio y para la radio. Tienes que tener un grado de locura que no enseña la Facultad de Ciencias de la Información.

-¿Qué programas de los que grabó en ‘Protagonistas’ recuerda con especial emoción?
-Los momentos más amargos fueron los días de plomo que vivimos con la banda criminal ETA. Uno de los programas de los que estoy orgulloso y el que más miedo pasé fue entrevistando al juez Garzón. De pronto en la pantalla de televisión aparecía una nota diciendo que había un nuevo asesinato de la banda terrorista en Barcelona,  en la calle Carabela la Niña número 6. Yo estaba en un directo y estaba leyendo ese texto. Calle Carabela la Niña 6 era mi domicilio. Allí intentaban buscarme los etarras, pero no me encontraron porque casualmente estaba entrevistando a Garzón en Madrid. Se cargaron a un Policía Local. Gervilla se llamaba el agente de tráfico.
Gervilla murió porque estaba haciendo un servicio, pero el culpable de su muerte, culpable entre comillas, era Luis del Olmo.

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