– Conectamos con el centro de pantallas de la DGT. Buenos días, Carlos Garcinuño.
– Buenos días. Jornada de tráfico denso por la lluvia. En Madrid tenemos importantes retenciones en el Nudo de Manoteras a la altura del kilómetro…
¿Le suena esta cantinela? Hace casi quince años que se repite, cada mañana, al otro lado de su transistor. Son siempre los mismos, independientemente de la emisora que escuche. Incluso puede que le suenen sus nombres: son Alicia Gutiérrez, Anselmo Mancebo, Fernando Pérez, Carlos Garcinuño, Javier Fernández de Heredia e Israel Martínez, todos ellos periodistas empotrados en la DGT. Su trabajo consiste en comprobar el estado del tráfico a través de decenas de pantallas y entrar en directo en las radios y televisiones que les llamen, normalmente entre las 6 y las 10 de la mañana.
Algunas emisoras incluso conectan con ellos varias veces al día, hasta las 20 horas, sobre todo en periodos vacacionales o después de grandes nevadas. En esas ocasiones tienen que estirar los turnos hasta la noche, algo que compensan los días que hay grandes eventos, como un partido de fútbol importante, cuando reconocen que les llaman menos.
Los seis integrantes de la ‘voz del tráfico’ comenzaron en 2003 enfrentándose a riadas, incendios, accidentes múltiples, desprendimientos y toda clase de eventualidades, incluyendo cerdos en la carretera o personas invadiendo la calzada para robar refrescos de un camión volcado. Es habitual escucharles reír con los comentarios de los presentadores de los matinales o cambiar en directo el análisis del estado del tráfico, que varía en minutos. «A veces estamos dando un dato y un compañero nos pasa una nota con una incidencia y tenemos que improvisar totalmente», afirmaba Anselmo Mancebo en una entrevista a la revista de la DGT. Son partes efímeros, solo aptos para consumir en el momento en el que se escuchan.
«Tenemos todas las pantallas a la vista, todos los datos en el ordenador y todas las incidencias, y además tenemos una memoria visual brutal. Cuando llegué me quería morir, creía que me había equivocado viniendo aquí», dice Alicia Gutiérrez. Con los años han ido adquiriendo experiencia y saben qué les interesa en cada programa concreto: «Procuramos contar lo extraordinario, no lo de todos los días, que son las retenciones habituales. Mucha gente ya sabe dónde está el atasco cada mañana o cada tarde», apostilla Fernando Pérez.
En todos estos años, a base de más de 300 crónicas diarias, se han ganado el corazón de miles de españoles, que valoran muy positivamente el servicio público que brindan cada mañana. Tal es su popularidad que un grupo de cómicos radiofónicos le han dedicado a Anselmo Mancebo, la voz más reconocible de la DGT, un rosario de canciones relacionadas con el tráfico. Cuando Mancebo conoce a alguien siempre se enfrenta a dos comentarios prefijados: «de qué me suena tu voz» y «ya tenía ganas de ponerte cara». Incluso una vez quiso acercarse a saludarle el rey Juan Carlos, con motivo de una visita a la institución, pero el periodista no pudo hacerle caso porque en ese momento tenía una conexión en directo. «Quería saludarle, pero el trabajo…» se excusó ante Jorge Fernández Díaz, quien también figuraba en la comitiva.
La cláusula maldita
No obstante, todo indica que pronto dejaremos de escuchar sus voces, ya que su empresa, Nivelamar Comunicaciones, ni siquiera pudo presentarse al concurso público bianual que convocó la DGT en 2017. «Hemos ganado el concurso todos los años, pero éste incluyeron en el pliego de condiciones una cláusula que marca una facturación mínima de la empresa que desgraciadamente no alcanzamos», dice Israel Martínez. Nivelamar está administrada por los seis y no tiene más ingresos que los generados por los concursos de la DGT, que suman en torno a 170.000 euros.
A este último concurso, publicado en el mes de abril, tan solo concurrió CBM, una filial de la productora televisiva Secuoya. Ha sido nombrada adjudicataria provisional y está a la espera de que la DGT les comunique los siguientes movimientos. Ya tienen preparado al equipo que les sustituirá: «Les hemos presentado seis perfiles de profesionales de gran solvencia, con una media de ocho años de experiencia en radio y televisión, y estamos a la espera de su respuesta», explican desde Secuoya.
Los periodistas siguen acudiendo a su puesto de trabajo, aunque desde abril saben que no seguirán. La DGT les va ampliando el contrato mes a mes, pero un día dejará de hacerlo. Distintas versiones apuntan a que podría suceder este verano, el 1 de julio o el 1 de agosto, en plena ‘operación salida’, cuando su labor es más importante. «No sabemos nada, no nos han comunicado nada concreto. Nos mantenemos a la espera viniendo a trabajar como siempre», lamenta Fernando Pérez. Israel Martínez no oculta el abatimiento general: «Estamos llevándolo mal, claro. Imagínate, después de tantos años nos vemos en la calle, sin paro, porque no somos trabajadores con nómina».
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