No había estudiado periodismo. Ni falta que le hacía. Llevaba el oficio en las venas. Dio que hablar aquel acto de González Lizondo, entonces encumbrado por el pacto del pollo, en el que se negó a rendirle pleitesía. Sabía que el periodismo era no hincar nunca la rodilla. Ante nadie. Esa dignidad no la tienen muchos dóciles licenciados.
Dénia y la Marina Alta han perdido a una periodista de raza y de calle. Rosa Pastor Ferrando falleció en la madrugada del martes (8/5) al miércoles a los 65 años de edad. Deja dos hijos y una nieta, a la que quería con locura. Rosa sólo se había apartado del oficio de periodista hacia apenas un par de meses, cuando le diagnosticaron la terrible enfermedad que se la ha llevado prematuramente.
Lo suyo fue la radio. Era el medio en el que mejor se desenvolvía una periodista espontánea, cercana y que disfrutaba llevando la radio a la calle (o la calle a la radio). Siempre recordaba que una de sus primeras entrevistas se la hizo a Manuel Fraga. Con apenas 16 años, se zafó con el veterano político.
A Rosa no le faltaban arrestos. Era periodista de las que van con la verdad por delante. La sinceridad y la honestidad son principios que no se aprenden en ninguna facultad.
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