
Esther Mucientes escribe en El Mundo que se llama Radioficción y se interpreta y emite desde el Teatro Luis del Olmo en los estudios de Onda Cero. Cada miércoles la mesa de Carlos Alsina en Más de uno se transforma por unos instantes en un gran teatro, en un gran homenaje, en la necesidad de devolver al oyente las raíces de la radio.
«Es una coreografía perfectamente ensayada». Sin atrezzo, sin peluquería, sin maquillaje. Solo con la voz y la capacidad de interpretar sin que nadie te vea. Es la radio ficción, la esencia y el origen de la radio, y lo que Carlos Alsina y su equipo en Onda Cero han querido devolver a los oyentes esta temporada. El nombre, claro y simple: Radioficción. El lugar: el Teatro Luis del Olmo. Porque esta novedad que hace décadas era lo habitual en la radio esconde bajo la piel de cada obra interpretada un homenaje a «una de las figuras esenciales de nuestra historia, y en mi caso en particular, también muy importante en mi carrera profesional». Carlos Alsina habla de Luis del Olmo, uno de los locutores por excelencia de la historia radiofónica de España.
Lo bueno (y lo malo) de la radio es que no se ve lo que está ocurriendo, ni cómo está ocurriendo, ni por qué está ocurriendo. Es la máxima expresión de la comunicación: transmitir, llegar, tocar al oyente sin la existencia de un estímulo visual. La primera emisión radiofónica data de la Nochebuena de 1906 y fue la retransmisión del famoso O Holy Night interpretado al violín por Reginald Aubrey Fessenden. Tan solo unos pocos años después de aquella primera vez, el mismo año en el que en España nacía la ONCE, 1938, un jovencísimo Orson Wells, desataba el pánico con la probablemente radio ficción más famosa de la historia de la radio: La guerra de los mundos.
Mucho tiempo ha pasado desde aquel día en que la población estadounidense se echó a la calle creyendo que La Tierra estaba siendo invadida por un ejército de alienígenas. Todo era un guion perfectamente preparado, un guion medido al milímetro, un guion colosalmente interpretado… «Coreografía, que palabra más bonita para describir esto», se escucha decir a Alsina en un corte de publicidad mientras buena parte de Más de uno y de Onda Cero espera para comenzar la lectura, interpretación y baile de La aventura de la dama del velo, una adaptación que «reúne los ingredientes propios del suspense, la intriga, la sorpresa y el amor. Hay artistas, ha fantasmas y hay heridas mal cicatrizadas».
La voz de Alsina, su papel de presentador, da el pistoletazo de salida de su Radioficción del miércoles de hace una semana. Junto a él parte de su equipo: el actor de doblaje Rafael Alonso Naranjo y la periodista que escribe estas líneas. Cada uno con su papel, con la voz preparada, con la garganta humedecida por decenas de sorbitos de agua. En el patio de butacas, los guionistas de la ficción de de hoy, Diego Fortea y Pablo Díez, y el director de actores -también guionista-, Carlos Zúmer. Todo está listo. En breve comienza la función…
«Gracias, muchas gracias. Gracias por estos aplausos que suenan sospechosamente igual que todas las semanas y por acompañarnos en este teatro que cobra vida cada miércoles a esta hora. Es como si cada siete días se añadieran nuevas filas de butacas y nuevos palcos. cada semana es más grande el teatro Luis del Olmo…».
Carlos Alsina, el cual reconoce que estas radio ficciones son de las cosas que más disfruta en su trabajo, ha dado el pistoletazo de salida. Son las 11.12 horas de la mañana. La interpretación empezó mucho antes, exactamente, dos horas antes, cuando «el azote» de los actores (Zúmer), el resto de guionista y, por supuesto, los actores, comenzaron los ensayos. Aunque solo llevan cinco representaciones desde que comenzase esta sección a principios de esta temporada, la apuesta del equipo de Más de uno por La Radioficción es tal que no solo es homenajear a un grande, divertir al oyente o volver a las raíces de la radio, es también una escuela que abre sus puertas a estudiantes de doblaje que acuden como invitados al teatro o participan como actores.
Como una tradicional mesa italiana -reuniones en las que los actores de las series leen sus papeles antes de rodar- Begoña Gómez de la Fuente, Zúmer, Díez y Fortea, -«los talentos que hacen posible esto cada miércoles», asegura María Jesús Moreno, productora de Más de uno-, junto a Naranjo y una servidora dan comienzo al primer ensayo. «Más ímpetu; no tengas miedo en pasarte; no tienes que decirlo como enfadada, mejor como preocupada, angustiada; Begoña, dale el pie y vuélvelo a intentar…». Son las indicaciones de Carlos Zúmer, el guionista de Más de uno y de La Cultureta, y la persona que pone firmes a cada uno de los intérpretes. Es increíble ver la preparación que lleva una radio ficción sobre sus espaldas: adaptaciones, búsqueda de las obras, imaginación, fabulación, en definitiva, radio.
«La ficción en la radio es la esencia de la radio», nos explica un apasionado Alsina. «Además, es de lo más divertido que se puede hacer en este medio y una de las cosas que más conecta con el espectador por encima de cualquier otra cosa. La imaginación, la ilusión y la fabulación son elementos fundamentales de esta profesión», sentencia el locutor.
El guion de La aventura de la dama del velo consta de dos partes: una primera, escrita por Díez y Fortea, y en la que se representa la adaptación de la obra; y, una segunda, en la que Sir Arthur Conan Doyle cobra vida de la mano del periodista Antonio Casado para romper panes por completo con Sherlock Holmes, interpretado magistralmente por Borja Fernández Sedano. «…Un petimetre, un pollopera, un parvenu». Risas contenidas frente a los micrófonos.
La segunda parte es la que adquiere vida, la que despierta de la tumba no solo al padre de Sherlock Holmes sino también a los oyentes. Si George Orwell pudo provocar el pánico de miles de personas en 1938, ¿por qué el equipo de Más de uno no iba a conseguir resucitar a un Sir, y hasta al propio Sherlock? Es esa esencia, ese ilusionismo, esa prestidigitación con la que nació la radio y que muchos de los grandes locutores de la historia nunca han querido que muriera del todo. Lo hacía Luis del Olmo, lo hicieron otros muchos, lo hace Carlos Alsina.
No es un secreto que Carlos Alsina no es de conceder entrevistas, pero el teatro Luis del Olmo y estas ficciones, de las que también es guionista, hace que se quite esa coraza con la que se protege para seguir siendo periodista y solo periodista, nunca el que está al otro lado de la pregunta. Las disfruta sonriente, con miradas cómplices a cada uno de los miembros de su equipo, aplaudiendo (sin que se le vea, por supuesto, y tampoco sin que se le oiga) cada giro de acontecimientos y cada frase ingeniosa que ha salido de la mente brillante de Zúmer, Díez, Fortea y también del subdirector de Más de uno, Jorge Abad.
La pasión de Alsina con esta nueva sección con la que pretende que su programa devuelva al oyente la esencia de una radio que hace tiempo se perdió, se contagia, se respira en el teatro improvisado de Luis del Olmo, en la sala de sonido, en los micrófonos, en esa coreografía que durante un receso Alsina define como «la descripción más bonita de esto que hacemos».
Carlos Aslina
El guion de La aventura de la dama del velo en Radioficción.
«¿Nerviosa?», me pregunta el locutor. «No», le respondo sin demasiado convencimiento. No son nervios, es esa emoción que te contagia Begoña cuando te ofrece agua «por si acaso te la da tos» o cuando Díez recorre las espaldas de los primeros intérpretes dando las últimas indicaciones. En frente, un patio de butacas, lleno… Son compañeros, miembros del equipo, e incluso, compañeros de otras secciones de Atresmedia. Y es que La Radioficción de Más uno es la obra de teatro de todos.
Decía Alsina al principio «gracias por estos aplausos que suenan sospechosamente igual todas las semanas», como si todo estuviera preparado, los aplausos fueran enlatados y el teatro no fuera un teatro. Puede ser, pero la realidad es que, aunque efectivamente todo es el resultado de un gran truco final, de la magia de la radio, los aplausos acaban convirtiéndose en realidad y el teatro Luis del Olmo se transforma en un merecido homenaje de todo el equipo, de todo amante de la radio, pero también en el particular e íntimo agradecimiento de Alsina a su maestro.
«(…) Luis del Olmo no es solo uno de los grandes grandísimos sino el que confió en mí cuando no había ningún motivo real para confiar, porque yo era muy pequeño, muy inexperto y muy ignorante. Y a pesar de eso algo debió ver Del Olmo para confiarme muchas cosas que yo le agradezco mucho».
Llamar al teatro de ficción de Más de uno precisamente con el nombre de «una figura tan real y tan presente» para todos ellos y para todos los amantes de la radio, «es claramente y sin ninguna duda un homenaje a él».
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