Vinilo FM celebró la gala de los premios Koska en el Euskalduna

Vinilo FM

Óscar Cubillo informa desde elcoreeo.com que hubo seis actuaciones y siete galardones se repartieron entre la cosecha del rock vizcaíno de 2022 en una cita patrocinada por la Diputación y albergada en el Urban Hall



Organizados por la emisora de radio getxotarra Vinilo FM y patrocinados por la Diputación Foral de Bizkaia, este jueves, intercalados por seis breves conciertos de bandas locales, se entregaron en el Urban Hall del Palacio Euskalduna los quintos premios Koska, repartidos entre la escena del rock vizcaíno, una escena que según la organización en 2022 publicó 150 discos con música original.

Antes de reseñar las seis actuaciones, repasemos el palmarés por su orden de entrega. Hubo siete categorías. El premio al ‘mejor garito’ de conciertos fue para el Mendigo de Barakaldo (que parece tener los meses contados hasta mayo); el de la difusión musical recayó en la web RockinBilbo (siete años lleva de andadura, informaron sus responsables al recoger el trofeo: un disco con un mordisco en el borde); y un premio especial ‘in memoriam’ se dedicó a Andrés Benzal, líder de Mi Dulce Geisha, fallecido tras largos años de enfermedad que le postraron en una silla ruedas, lo cual no fue óbice para que siguiera tocando (su reconocimiento lo recogió su emocionada madre, «Paquita, la amatxu de un guerrero», quien recibió la ovación más larga de la velada; este sábado en el Bilborock (20 h, 10 €) habrá un concierto doble también en su recuerdo).

El premio a la banda emergente fue para los bilbaínos con pintas Head Holes (tenían bastantes seguidores en el Urban Hall del Euskalduna); el de mejor directo les tocó a Enrockecidos; el de mejor disco de 2022 se lo dieron a los históricos Parabellum (se impusieron sobre Vulk, Los Brazos y Chivo; hay que destacar que Lino Prieto, miembro destacado de Parabellum, forma parte deMusika Master, la tercera pata organizadora del evento, un portal de música vizcaína patrocinado por la Diputación); y el premio al mejor grupo de rock de 2022 les tocó en suerte a Vulk (que se impusieron sobre Chivo, El Capitán Elefante y los favoritos, Los Brazos).

A los quintos premios Koska de este jueves se accedía con invitación (fácil de conseguir en una web), hubo medio millar de espectadores (¡se repartieron 494 vasos reutilizables!), una marca cervecera artesana local convidaba a la primera ronda, y la gala cursó con agilidad: no hubo ni un momento de demora, ni de relleno, ni de aburrimiento durante la hora y tres cuartos mollares, pues luego se prolongó el encuentro con música pinchada.

Abrieron los minibolos Addar, cuatro chavales de Bermeo practicantes de un rock duro a dos guitarras y en euskera que en tres temas y diez minutos crecientes dieron lo mejor de sí con su última canción ‘Elektroshock’, con influjo de Su Ta Gar.

Tocado con un sombrero de ala ancha se presentó el santurtziarra Malatestta al frente de un quinteto acústico con las filas renovadas. En diez minutos hizo dos temas de letras largas y con poso: ‘Mi color favorito’ y ‘Se caen los carteles’, el primero algo BB Sin Sed y el segundo a lo Kutxi con Los Proscritos, y ambos perjudicados por el sonido, pues este set fue el único que renqueó por tal motivo.

Mi Dulce Geisha, de la margen izquierda, el grupo que lideró Andres Benzal, tras respaldar a Paquita recogiendo el premio póstumo, en diez minutos desplegaron dos canciones entre el rock noventero ampuloso y con lapsos progresivos y el cuasi metal a lo Avalanch (‘Nadie nos podrá parar’). Actuaron en sexteto, con una mujer a las teclas, la única dama entre los 25 músicos que subieron a escena.

Los cuartos actuantes fueron Txopet, un trío bilbaíno de post punk muy marcado por The Cure, con un bajista muy bueno, y un cantante euskaldun propenso al grito agónico que en tres temas en doce minutos remitió a Belako y a Lukiek, y en una intro con voz filtrada a Dupla.

Los dos mejores grupos actuantes fueron los postreros. Duobite, el dúo de Gorliz-Plentzia, con el nuevo guitarrista de Doctor Deseo, Josu Aguinaga, dio el bolo más mini de la media docena: ocho minutos para dos piezas, ‘La bestia’, muy a lo El Columpio Asesino, y otra un poco Atom Rhumba y Barry Adamson, ambas muy bien resueltas empero ser un dúo, pues el baterista Andrés Letamendia disparaba también secuencias (bajo, arreglos…).

Y la guinda del pastel la pusieron Kristonak, del valle de Arratia, antes conocidos como Eskean Kristo. Con apostura y maneras de estrellas del rock, en quinteto se cascaron tres canciones en doce minutos en las que con gracia de la Bizkaia profunda cruzaron a Alex Sardui con los Aterkings y con The Uskis y marcando una pose a lo Eagles Of Death Metal (‘Bizirik gaude!), se postularon como el trampantojo de The Darkness en Euskal Herria (‘Moogie boogie’, que en el disco la cantan con su admirado Niko Etxart, a quien el cantante recuerda descaradamente), y se destensaron en la progresividad final (‘Argizagiak argitzen dizu’).

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