El periodista de Radio Granada fue el encargado de pregonar la fiesta con un texto muy emotivo, crítico y constructivo de esta célebre e histórica fiesta, catalogada de Interés Turístico Internacional.
Rafa Troyano ha sido el encargado de pregonar la Fiesta de El Cascamorras 2017. El cébre acto, organizado por la hermandad de la Virgen de la Piedad de Guadix, tuvo lugar el pasdo viernes en el teatro Mira de Amescua de Guadix con la presencia de autoridades de toda la provincia, famliares y amigos del pregonero, y vecinos de la ciudad accitana.
El pregonero logró emocionar a los presentes con un texto muy sentido, respetuoso, crítico y constructivo. Rafa Troyano viajó por la fiesta de El Cascamorras, repasó los momentos duros de mediados de los setenta, cuando incluso se pedía la desaparición de la celebración; reflejó la recuperación del espítitu, la implicación de los vecinos; y destacó el entendemiento de las insituciones desde hace más de 30 años para llevar la fiesta hasta el lugar que hoy ocupa.
«Los accitanos y los bastetanos que nos precedieron supieron legarnos esta auténtica joya», enfatizó el pregonero, quien añadió que «nunca ha existito en Guadix ni en Baza una conciencia tan clara como la que existe hoy de que hay que luchar activamente por preservar, transmitir y engrandecer la fiesta de El Cascamorras, la fiesta de Pedro Lagarto».
El pregón también contuvo alusiones personales a la propia vida de Rafa Troyano, a su familia y sus vínculos con Baza y Guadix. La primera urbe ligada a su vida por ser la capital de la comarca donde se encuentra Benamaurel, su pueblo natal y donde pasó su infancia; y la segunda como escenario de los años de estudios en el Seminario, años fundamentales para desarrollar su interés por el conocimiento, el patrimonio y la cultura.
El ritmo del discurso, la retórica en el trazo, adentró a Rafa Troyano en pasajes de auténticas ensoñaciones poéticas, como esta fantástica recreación de la carrera que funde a accitanos y bastateanos en lo más íntimo de sus emociones.
«…El Cascamorras ya sale a la carretera de Murcia repleta de gente. Somos miles y de todos los colores. Nos hemos desnudado, vestido y transformado en otras personas en casa de Manolo Gómez Vidal (…) conforme vamos comiendo metros a la cuesta abajo y vamos avanzando por sus curvas, vamos ya tocando Baza. Nadie se sale ni un milímetro del esquema reproducido por generaciones y generaciones. Vamos bajando a las cuevas y la lluvia va tiñendo de negro el suelo (…)».
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