Nuria Alonso escribe en larioja.com que han transcurrido ya algunos años desde que Pilar Santaolalla se estrenara laboralmente en Diario LA RIOJA, pero la actual directora de Onda Cero La Rioja y Onda Cero Cantabria mantiene intacta su ilusión por el periodismo: «Soy una gran defensora de nuestra profesión y una gran apasionada».
Esa pasión «vocacional» se alimentó durante sus prácticas en LA RIOJA, «una época deliciosa, maravillosa, la más bonita», evoca Pilar. Sin vacilar, contesta rauda a si alguien le marcó en sus inicios: «Luis Sáez Angulo, con su paciencia infinita; se sentaba contigo sin prisa, te hacía plantearte las preguntas correctas, te hacía pensar… Si tenía que dedicarte una hora, pues una hora.
Lo que fuera». Ese aprendizaje le caló hondo a Pilar: «Trabajar en un medio de comunicación de provincias es la mejor escuela que puede tener un periodista, igual te toca hacer la agenda cultural como conocer al cantante de moda o incluso a los Reyes de España».
Tras una breve etapa en Antena 3, Pilar prefirió regresar a ‘su’ periódico, en el que permaneció siete años, los cinco últimos como jefa de Local. De su cometido al frente de la sección, Pilar retiene dos momentos relacionados con ETA, desgraciadamente muy activa en su etapa en Local: el mejor, el más feliz, la liberación de Ortega Lara, porque «su secuestro, al ser funcionario de la prisión de Logroño fue muy sentido en el periódico».
El peor tampoco suscita dudas en Pilar: «El más dramático que me tocó vivir fue el asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Fue espantoso». No sorprende, al fin y al cabo, que la noticia que Pilar soñara con publicar fuera «el fin de ETA».
«Fueron años muy complicados, en los que mucha gente en Logroño tenía que mirar debajo del coche, había muchísima gente amenazada…
No hace tanto de aquello», remarca.
Su camino profesional condujo después a Pilar Santaolalla a la docencia en la Universidad de Navarra, donde además realizó su tesis sobre la compra de Vocento (entonces Grupo Correo) de Diario LA RIOJA, para posteriormente pasar al gabinete de comunicación del Gobierno de La Rioja.
Y luego, el salto a la radio, a Onda Cero. Semejante currículo otorga galones de sobra a Pilar para opinar sobre la profesión y su deriva actual.
Su reiterada defensa del oficio, «muy vocacional», no evita que esta profesional se muestre «harta de que a los periodistas nos echen la culpa de todo: de la crispación, de que mientan los políticos…».
Aun así, reivindica la importancia de la labor periodística, que ve «fundamental, pese a reconocer que se ha perdido frescura y originalidad: «Ahora está todo muy encorsetado y dirigido; cuando alguien dice algo, está muy medido, cuándo y cómo lo hace».
Aunque también contempla una faceta positiva: «Se ha ganado en contrastar más las informaciones, son más completas, más de servicio al ciudadano».
Sigue augurando futuro a esta profesión de la que se confiesa «enamorada», porque «¿quién va a repreguntar? ¿La inteligencia artificial?», cuestiona con sorna Pilar para reclamar más «plantes» cuando no se permita ejercer el periodismo con libertad, o sin preguntas.
«Debemos ser más solidarios y reivindicativos», zanja por último Pilar.
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