Pepe Domingo Castaño (COPE): «Me jubilaré el día que haga el mejor programa de mi vida»

Pepe Domingo Castaño

Pepe Domingo Castaño es una leyenda. ¿Qué hay que cantar? ¡Pues a triunfar cantando! ¿Qué hay que trabajar en televisión? ¡Pues a ser una estrella! ¿Qué lo que le gusta es la radio! Pues a reinventar la radio. En COPE, tenemos la suerte de ser compañeros del locutor más bronceado del planeta, del maestro del ritmo y del buen rollo. Y sobre todo, del tipo que mejor cuenta los anuncios en todo el mundo.



Por todo ello, Ángel Expósito y Sinacio no han querido pasar la oportunidad de charlar durante un ratito con él para descubrirnos los secretos de su infancia, las anécdotas de su exitosa carrera profesional y hasta de cómo y cuándo conoció a Tere, el gran amor de su vida.
De niño, Pepe Domingo jugaba a juegos ahora casi ya desaparecidos. «Los niños de Padrón jugábamos a ña chena, al marro, al pañuelo, a tres marinos a la mar… Aunque a mí lo que más me gustaba era jugar a los médicos», ha dicho entre risas. La vocación por la radio y por hacer magia con la publicidad comenzó muy pronto. «Yo ponía la radio, cogía una cuchara y me inventaba anuncios», dice. A su padre le recuerda como «un hombre encorvado y con cara de preocupado siempre». «Normal, éramos muchos hijos…», ha contado. Y la canción «Cuando se quiere de veras» le recuerda sin ninguna duda a su madre.
Su primer sueldo fueron 3.000 pesetas en Santiago que no le daban «ni para la pensión», pero su primer gran contrato fue con una casa de discos a cambio de 60.000 dólares de las de entonces. Su carrera musical fue brillante y llena de éxitos. Por eso estuvo a punto de ir a Eurovisión. «Me habían elegido pero mis amigos dijeron: ¡¿Cómo va ir Pepe Domingo si lo que le gusta es la radio? ¡Qué no vaya!». Y acabó representando a España José Vélez, aunque él sí cree que le habría gustado esa experiencia.

Pese a todo, su gran ídolo es otro eurovisivo: Julio Iglesias. Y su canción favorita, «Mediterráneo» del también casi eurovisivo Serrat. Eso sí, cuando conoció a su mujer Tere, ella no sabía que era cantante. «Eso me fastidió muchísimo. Así que le puse una canción mía en el coche», ha rememorado. De ella dice que es «hermosa, inteligente y única». Pero Tere también se deshace en elogios hacia él: «Es bueno, loco y un espíritu libre».
Pepe Domingo también reconoce ser presumido y hasta un día golpeó a un periodista del corazón porque le robó unas fotos. Pero en lo que todos coincidimos es en que es una leyenda de la radio. Siempre le preguntan por la jubilación, pero él lo tiene claro: «El día que haga el mejor programa de mi vida. Pero como todavía no lo he hecho…». Y para cuando llegue ese día, ve ya posibles sucesoras a los que dar el testigo. Sucesoras, sí. En femenino. «Veo a un grupo de chicas. Esto va a cambiar. Veo a voces femeninas haciendo la publicidad», ha relatado a Expósito y Sinacio.
A Paco González le llama «Dios» y a Lama le da las gracias por haber revolucionado la narración radiofónica. Pepe está a gusto en su casa, en COPE. «No creía que aquí hubiera tanta libertad como la que hemos disfrutado. Desde que llegamos hasta hoy, nadie me ha dicho nada sobre qué tengo que decir o callar», ha contado. Pepe es, como dice su esposa Tere, un espíritu libre. Y es un hombre que hacia magia en la radio. Incluso cuando le toca hacer el papel de entrevistado.

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