Pepe Domingo Castaño (COPE) confiesa el único deseo que no ha podido cumplir en la radio: “Me voy a ir sin hacerlo”

Pepe Domingo Castaño

Es un número 1 de las ondas. Un compañero de esta casa que siendo un chaval escuchó en la radio que buscaban locutores y decidió probar fortuna en Santiago de Compostela, en Radio Galicia. Allí sería donde su voz y el micrófono se unirían para siempre. Pepe Domingo Castaño acaba de publicar ‘Hasta que se me acaben las palabras’, de la editorial Aguilar, con prólogo de su buen amigo Julio Iglesias. Este libro cuenta los episodios de infancia, adolescencia, juventud y madurez, personal y profesional de un profesional, cuyo nombre, se escribe con mayúsculas en la historia de la radio en España.



‘Hasta que se me acaben las palabras’ es un libro donde Pepe Domingo Castaño se abre en canal a todo aquel que decide pasear por sus páginas. Una cascada de recuerdos puestos al servicio de los demás, porque todo lo que se recaude con sus ventas irá destinado íntegramente a Cáritas y a la Fundación Aesleme España.

Durante unos minutos, Pepe Domingo Castaño se sienta con el equipo de ‘La Noche de Adolfo Arjona’ para repasar anécdotas y curiosidades que se pueden encontrar en un libro que nace a raíz de recuerdos de la infancia. Pepe cuenta que buena parte ya lo tenía escrito y nunca pensó que ese trabajo fuera a ver la luz porque no le gustaba lo que había. Pero envió el manuscrito a una persona que, tras leerlo, confesó que le había gustado, pero estaba incompleto “me dijo que tenía que hacer la parte desde que llego a Madrid en adelante. La escribí, él la completó y ahí está el libro en la calle”, comenta Pepe Domingo.

IBA PARA FRAILE
Pepe Domingo Castaño residía con sus padres y junto a sus hermanos en el municipio gallego de Padrón. Desde allí, y siendo un niño, fue enviado a estudiar a un colegio interno en Asturias. Cuando completó sus estudios marchó al seminario, a Palencia. Estando allí, durante el noviciado, Pepe Domingo sintió que aquello no era para él: “Nos pusieron los hábitos y salimos en procesión por las calles de Palencia. Vi un grupo de chicas que nos miraban, hablaban de nosotros y nos decían cosas. Había un mundo que no conocía y que merecía la pena conocer. Entonces le dije al padre maestro que yo no valía para fraile y que me quería ir. Lo dejé con todas las consecuencias”.

Aunque a sus padres no les gustó la decisión, Pepe Domingo asegura que el balance ha sido positivo: “Sí, he conocido a mujeres maravillosas y ahora estoy con una con la que llevo 46 años en plenitud de amor. Qué más le puedo pedir a la vida”.

SE MARCHA A LA RADIO
Pepe Domingo Castaño trabajaba en una fábrica de pieles ubicada cerca de Padrón, pero un día escuchó por la radio que necesitaban locutores. Aquello cambiaría su vida para siempre. Él tenía claro que, en la radio o fuera de ella, lo que no quería era seguir trabajando en aquella fábrica donde, por cierto, estaba bien considerado.

Un buen día y sin decirle nada a su familia, solo a su hermana, se marchó a Santiago de Compostela con la esperanza de pasar la prueba que realizaban en Radio Galicia. Le dijo a su hermana que se iba a Santiago a hacer una prueba “el día que debuté le dije a mi hermana que pusiera la radio, que la escuchará mamá porque se iba a llevar una alegría tremenda”. Pepe Domingo recuerda que puso un indicativo y la canción ‘Il Mondo’ de Jimmy Fontana “mi madre comenzó a llorar y dijo ¡Ay este pepiño que loco está, ahora en la radio!”.

RUMBO A MADRID
A Pepe Domingo Castaño, Santiago de Compostela se le quedó pequeña antes de lo que creía y por ello tomó una decisión difícil, pero firme: con la excusa de realizar unos cursos de especialización comunicó al director de Radio Galicia que se marchaba a Madrid, algo que no era cierto y que, pasado un tiempo, acabó teniendo consecuencias profesionales, tal y como narra en el libro.

Subió al tren hecho un pincel dispuesto a vivir todas y cada una de las aventuras que le aguardaban en la capital de España. La llegada a Madrid de quien era una estrella de la radio en Santiago, fue dura: “Imagínate. Acostumbrado a que todo el mundo me reconociese por la calle al formar parte de la vida diaria de Santiago, en una emisora de provincia que tiene mucha fuerza, llego a la Gran Vía y allí no me conoce nadie. Se te viene el alma a los pies”.

CANTANTE
Pero Pepe sentía que aquella gente, con el tiempo, terminaría por reconocerle como le ocurría en Santiago de Compostela. Pocos años después la SER le ofrecería el programa ‘El Gran Musical’. Luego llegaría otros proyectos como ‘Carrusel Deportivo”, pero mucho antes triunfó fuera de la radio en su aventura discográfica.

Desde la discográfica Belter, lo convencieron para que probara fortuna como cantante. Al principio él no estaba muy convencido, pero con su single ‘Neniña’ obtuvo un rotundo éxito.

Pepe Domingo cuenta que al principio ocultaron su nombre a las radios para evitar que, al tratarse de una persona que trabajaba en la competencia, no quisieran poner su disco. Al final, y debido al éxito que obtuvo, las demás emisoras no tuvieron más remedio que resignarse y pinchar la canción.

UN SUEÑO POR CUMPLIR
Pepe Domingo Castaño lo ha hecho todo, o casi todo en la radio. Con décadas de trayectoria a sus espaldas confiesa a Adolfo Arjona que si hay algo que le hubiera gustado hacer es un programa de noche.

Cuenta que en Madrid conoció a su ídolo, a Joaquín Prat: “Hacía un programa que se llamaba ‘Radio Madrid Madrugada’. Yo fui a aquel estudio de la planta 9 de la SER y me quedé obnubilado con aquel hombre y su manera de hacer la radio; cada segundo era un invento mejor que el anterior. En ese momento me dije que quería hacer un programa de noche porque es maravilloso poder mover una ciudad: conectaba en directo con discotecas y lugares donde hacían presentaciones de cosas. Era la locura y nunca lo pude hacer. Me voy a ir de la radio, el día que me vaya, sin haber hecho un programa de noche”, lamenta Pepe Domingo.

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