Paco Lloret (ex CV Radio), publica el libro «Bronco y Copero II»

Paco Lloret

El periodista repasa su carrera como gran referente del valencianismo tras publicar ‘Bronco y Copero II’.
Cayetano Ros le ha entrevistado para lasprovincias.es:

  • ¿A qué atribuye su prodigiosa memoria?
  • Mi padre era melómano y un gran lector. Y mi madre también tenía una gran memoria. Todos la tenemos. Tengo memoria y sensibilidad, porque muchas veces la memoria no es suficiente. La tienes que poner al servicio de saber contar una cosa.
  • ¿Es solo para el Valencia o para todo?
  • Es para todo, aunque soy un gran aficionado al cine y no tengo la memoria que me gustaría. Es selectiva.
  • ¿Tiene ‘big data’?
  • Consulto algunas fuentes: libros, mucha bibliografía, una videoteca muy grande, y consulto webs de referencia… Me gusta guardar, coleccionar, diario, revistas… tengo un archivo muy grande. Mi mujer siempre me dice que algún día nos echará de casa.
  • ¿Recuerda más los partidos antiguos que los de hace poco?
  • Sí, porque en aquella época un partido era un acontecimiento; ahora es más rutinario. Mi padre era muy entusiasta y me lo transmitía. Que me llevara a Mestalla era un privilegio porque, en esos tiempos, no tenías acceso al fútbol si no ibas al campo. E ir al campo y descubrir aquel mundo, era el paraíso. Hoy al niño lo bombardean por la tele y por internet. Entonces solo te quedaba o ir al campo o que te lo contara tu padre cuando volviera.
  • ¿Qué heredó de su madre y de su padre?
  • Mi padre siempre me hablaba en valenciano, y él era un gran aficionado al Valencia, a la lectura y a la música clásica. Y a los trenes. Lo he heredado todo. Mi madre era muy religiosa. Ellos habían vivido la Guerra Civil, y la vida de los sesenta era plena después de haberlo pasado mal. Mi madre era una persona muy correcta, le daba mucha importancia a la educación y a las maneras: la familia era sagrada.
  • ¿A qué se dedicaban?
  • Mi padre tenía un taller de armería, en la calle de la Hiedra, pero a mí no me gusta la caza. No he disparado nunca. Mi padre nunca me dejó tocar un arma ni yo tenía vocación. Mi madre estaba en casa y ayudaba a mi padre. Era una Valencia que recuerdo mucho: la avenida del Oeste, María Cristina, las calles comerciales. Desde los 11 años, en verano y en vacaciones, iba a ayudar a mi padre, y mi hermano también. Yo con 11 años podía cruzar Valencia en autobús y era muy independiente.
  • Rafa Lahuerta dice en el prólogo del libro ‘Bronco y Copero II’ que a usted le hubiese gustado ser jefe de estación.
  • Maquinista o el que está en la central dando entrada y salida a los trenes. Mi padre, cuando yo era niño, me llevaba a la estación del Norte y había una pasarela que cruzaba de la Gran Vía Germanies a Ramón y Cajal, y yo veía pasar por debajo los trenes. También porque en la Feria del Juguete me fascinaban las maquetas de los trenes eléctricos. Ahora tengo en casa una colección y una maqueta donde pueden circular tres o cuatro trenes a la vez.
  • ¿Qué estación es su preferida?
  • La estación del Norte la tengo muy interiorizada por mis vivencias de niño. Me impactaba mucho ver las locomotoras a vapor, el ambiente. Hay una película española, ‘La piel quemada’, aparecen un grupo de emigrantes andaluces camino de Barcelona que bajan en Valencia y se ve cómo era la estación y la ciudad en esa época.
  • ¿Qué significa Bosco (a quien dedica el libro)?
  • Que por fin ha llegado un niño a la familia después de tres intentos (tres hijas). Es mi nieto, sí. Es un niño que tiene un año y dos meses y ya va detrás de la pelota enloquecido.
  • ¿A qué edad fue padre?
  • Tenía 20 años y mi mujer 19. Eso nos unió mucho.
  • ¿Se casaron de penalti?
  • Por la escuadra. Era otra vida. Las personas querían en esa época tener su independencia y, sobre la marcha, rehicimos nuestras vidas con un proyecto que nos ha unido mucho. Porque superar adversidades une mucho.
  • Aquella hija es Cristina, recién salida del Valencia CF y ya trabajando para La Liga, una mujer muy querida en el mundillo periodístico.
  • Es una satisfacción que le reconozcan lo que es personal y profesionalmente.
  • ¿Es usted muy tradicional?
  • Soy clásico. No estoy cerrado a las innovaciones, pero lo clásico nunca pasa de moda. Soy periodista clásico: desde los años ochenta hasta ahora siempre he estado ahí.
  • ¿Cómo era de niño?
  • El fútbol me volvía ‘carabassa’, una vida típica de un niño de los sesenta: el cole, tus amigos, los veranos en L’Eliana y, de vez en cuando, viajes al pueblo de mi padre, a Benilloba, al lado de Alcoi. Una familia muy clásica de aquella época.
  • ¿Qué estudió y cómo entra en el periodismo?
  • Estudié Derecho. Le dije a un periodista que trabajaba en Las Provincias y que vivía debajo de mi casa, Alejandro García Planas, que quería ser periodista, y me respondió que ni se me ocurriera, que iba a sufrir más que nada. Mi padre quería que hiciera Derecho, pero mi vocación era claramente periodística. Mis padres eran mayores y tampoco tenía capacidad económica para irme a estudiar fuera.
  • ¿Acabó Derecho?
  • Hice hasta el último curso.
  • ¿Le quedó esa espinita?
  • No, porque empecé a colaborar en 1983 en la radio en Antena 3, se me abrieron muchas puertas y me tiré de cabeza al periodismo.
  • ¿Cómo fue trabajar con José María García?
  • Llegué en febrero a Antena 3 Valencia y había una persona que falleció, Toni Insúa, que me hizo una prueba y vio que yo tenía muchas posibilidades. En poco tiempo me había asentado y el director de la emisora, Eduardo Alcalde, me permitió hacer Informativos y Deportes. A los seis meses, García me quiso para hacer el Valencia.
  • ¿Se llevó alguna bronca de García?
  • La única bronca fue en un Barça-Valencia y fue por línea interna. Yo estaba con Pepe Gutiérrez en noviembre del 84: nos dijo que teníamos que darle más fuerza a la retransmisión. Pero me respetó mucho y en público nunca me pegó una bronca. ¡Tiene mérito, eh!
  • ¿Se imagina la vida sin el Valencia CF?
  • No.
  • ¿Cómo fue el flechazo de la primera vez en Mestalla?
  • Mi padre me llevó, a finales de septiembre del 66, a un Valencia – Córdoba por la noche, un sábado a las ocho. Fue un impacto. El ruido de la gente, el olor, ver a los jugadores, las camisetas…
  • Su padre iba al fútbol con traje, corbata y sombrero.
  • Mi padre, durante la semana, trabajaba en el taller con ropa de faena, pero al fútbol se vestía porque era un acontecimiento social.
  • ¿Las tres grandes noticias que ha dado a lo largo de su carrera?
  • Al final la trayectoria es lo que marca a un periodista. He vivido de todo. Estoy muy orgulloso de los años de García, porque la exigencia era máxima, ‘Minut a Minut’ marcó una época, y, en los últimos años, dar la destitución de Marcelino antes de que fuera oficial, o encontrar a Mari Tere, que me tocó la fibra: en plena pandemia apareció aquella chica de Sarrià (que había celebrado con entusiasmo desde la grada el título de Liga del Valencia en el 71).
  • ¿La peor pifia profesional?
  • He sido muy conservador para evitarlas. Pero seguro he dado fichajes que después no se cumplieron.
  • ¿Sus artículos favoritos en el libro?
  • Mi primer encuentro con Pasieguito, que empezó mal porque yo era el típico reportero tocapelotas y él me quería matar. Después hay un viaje del Valencia a Split en la Copa de Europa que está lleno de anécdotas, era la primera vez que al Valencia le televisaban fuera un partido europeo: se encuentran al cardenal Tarancón en Roma, coinciden con Ingrid Bergman en el aeropuerto de Zúrich, al equipo le hacen una encerrona y, al final, pasó la eliminatoria con un golazo de Pep Claramunt.
  • ¿Cómo ha evolucionado su escritura?
  • Como todo, ha mejorado mucho. Tuve un gran maestro, que fue José Vicente Aleixandre, y me fijé mucho.
  • ¿El personaje más agradecido y el más desagradecido?
  • Roberto Gil es una persona que aprecia mucho. En cambio, Paco Roig y Amadeo Salvo se enfadaron conmigo, aunque después nos reconciliamos.
  • ¿Por qué es tan duro con los árbitros?
  • Me molesta mucho la injusticia. No quiero que favorezcan al Valencia. En el fútbol español hay una serie de hechos incuestionables, y eso me molesta, sí. Recuerdo la expulsión de Parejo en Mallorca el año pasado, o la de Aimar en el Bernabéu.. ¡Aimar y Parejo! Y ves a Casemiro que está repartiendo todo el partido.
  • ¿Está convencido de que hay un grupo de empresarios dispuestos a poner dinero para recuperar el Valencia?
  • Sí, aunque no puedo dar detalles. Hay gestiones avanzadas y tienen el acompañamiento de un fondo de inversión.
  • ¿Qué fórmula le gustaría para recuperar el club?
  • Me gustaría que el club fuera de todos. Fue una terrible decisión convertirlo en sociedad anónima, no se lo merecía después de una etapa de recuperación económica que hizo Arturo Tuzón. Me gustaría que hubiera un fuerte inversor para acabar el campo y que se diera una democratización. Porque cuando el Valencia se convirtió en SAD, fue el único club en el que toda la gente acudió a comprar acciones, y eso quiere decir que la gente quería formar parte el proyecto.
  • ¿Pero en qué consistiría la democratización?
  • Por un lado, una gestión de gente muy contrastada; y por otra, una participación del valencianismo en la marcha del club. Me gusta mucho el modelo de la Bundesliga (el 51% de las acciones deben estar en manos de los socios), que no haya nadie que pueda dominar el club y que siempre haya una influencia de la afición.
  • Fue un error histórico dejar el club en manos de una persona. ¿Cómo se llegó a eso?
  • Por una inercia populista. Se vulneraron todos los principios y valía todo. Se creó una agresividad e intimidación contra quienes tuvimos el atrevimiento de discrepar, eso fue una vergüenza.
  • ¿Amadeo Salvo y Aurelio Martínez se creyeron el proyecto de Lim o hay algo más?
  • Había otra opción en Bankia, pero no contaba con Amadeo como presidente. Eso es lo que me llegó. Él estaba convencido de que Peter Lim era la solución, y Aurelio también, y determinados medios de comunicación contribuyeron a que se creara un movimiento imparable. Recibí insultos, pero, bueno, no me afecta. Me duele, porque es un problema del valencianismo, la desmemoria, como si el club estuviera por debajo de Lim, que era el Mesías. Eso me jodió, cuando el Valencia, como entidad, se merecía estar muy por encima de Peter Lim.
  • ¿En algún momento se creyó a Lim?
  • Le apliqué el beneficio de la duda.
  • Y, al final, ¿la conclusión es que dirige el Valencia como un negocio más?
  • Tiene una visión del fútbol estrambótica y perjudicial para el Valencia.
  • ¿Cómo vivió el Centenario del Valencia?
  • Colaboré en actos que fueron ideas mías y cuajaron: la marcha cívica, la ofrenda a la Mare de Déu y alguna cosita más. Hubo profesionales del club que trabajaron muy bien.
  • Hablemos de fútbol. ¿Sus tres jugadores preferidos?
  • Claramunt, Kempes y Fernando.
  • ¿Qué jugador le hubiera gustado ser?
  • Kempes.
  • ¿Los tres entrenadores?
  • Víctor Espárrago, Rafa Benítez y Claudio Ranieri.
  • ¿Y los tres presidentes?
  • Arturo Tuzón, Jaume Ortí y Pedro Cortés.
  • ¿Qué relación tiene con los ‘granotes’?
  • Cuando empecé en la radio, fui a hacer muchos partidos del Levante. Eran cuatro gatos en el campo, fui un gran defensor del 75 aniversario cuando subieron de Tercera a Segunda B ganando la promoción al Ourense. Lo he seguido con mucha estima y conozco muy bien su historia. Y tengo la satisfacción de que, cuando subieron a Primera en 2004 después de 40 años en Segunda, el partido lo pudimos hacer en Canal 9 (y fue una gestión mía). Y el segundo ascenso, en Lleida, también lo pudimos dar en directo en la televisión (y de nuevo una gestión mía). Y recuperamos una película del mítico ascenso del 63, un programa en tres capítulos de Pere Blasco. Respeto y estima.
  • ¿Le ha costado separar la afición de la profesión?
  • No, desde hace muchos años sabes separar. Si coges un micrófono, ya no puedes ver el fútbol como un aficionado. Te emociona la posibilidad de trasladarle a la gente lo que para ellos es una pasión. Esa es la gran satisfacción: haber sido la voz que ha contado cosas que a la gente le emociona. Esta profesión te permite vivir cosas que los demás no pueden vivir. Eso y tener la suerte de tertulias inacabables con Di Stéfano, Pasieguito, Aleixandre… Paquito, Valdez… Es un regalo.
  • ¿Qué género ha sido su preferido?
  • Soy un hombre de radio: la crónica, el programa de radio, es donde me encuentro más a gusto. Es donde empecé y donde sigo.
  • ¿Cómo le ha afectado esa pasión a su vida?
  • Si tu mujer no tiene esa complicidad y generosidad, te desequilibra. Yo sí las he tenido con mi mujer (Yolanda). No es un trabajo, es una vocación; dedicarle muchas horas y sacrificios.
  • ¿Cuál es el panorama en los medios de comunicación valencianos?
  • Es un panorama duro, difícil, desagradable, donde han cambiado las estructuras empresariales, y estamos asistiendo a una nueva etapa para comunicarse, que va por un camino de mucha inmediatez.
  • ¿Podrá adaptarse?
  • Mi éxito es que han pasado muchos años y sigo estando en primera línea. He sabido adaptarme: de un día para otro, pasas de tener un poder y un despacho a tener que buscarte la vida. No se me caen los anillos. Mantengo la pasión por la información y por poder contar las cosas. Muchos periodistas me han dicho que se hicieron periodistas porque escuchaban mis programas. También es muy satisfactorio que mucha gente me siga desde el principio.
  • ¿De qué se arrepiente?
  • De haber aceptado proyectos o confiado en personas que después te han fallado.
  • ¿Qué supuso ‘Minut a minut’?
  • Mi consagración, pero sobre todo el trabajo de un equipo. Yo era la consecuencia, pero el trabajo colectivo tuvo mucho valor.
  • ¿Por qué no se ha consolidado CV Radio?
  • Un cúmulo de circunstancias. Se comenzó con mucha ilusión con un proyecto muy grande, hemos hecho cosas que no deberíamos haber hecho, estamos pendientes del concurso de licencias de radio de la Generalitat, la pandemia… Pero en cuatro años la radio tuvo una gran implantación.
  • ¿Cómo ha evolucionado el periodismo deportivo?
  • Hay una amplia oferta: hay un periodismo más reflexivo, de calidad, que valora mucho la crónica bien escrita, que es con el que me identifico. Hay un periodismo que toca el hígado a la gente, más agresivo. Y es importante que la mujer haya desembarcado en el periodismo deportivo. También hay mucha más inmediatez y participación de la gente por las redes sociales. La tecnología ha cambiado el periodismo.
  • ¿Sus grandes maestros?
  • En la radio, José María García, y en el escrito, JV Aleixandre.
  • ¿Sus escritores preferidos?
  • Me gusta mucho Manolo Vicente y Chaves Nogales.
  • ¿Y directores de cine?
  • Billy Wilder y Luis García Berlanga.
  • ¿Ha sabido desconectar?
  • Hay espacios sagrados para la familia. He sabido buscar espacios para otras cosas que te ayudan a ser mejor periodista: la lectura, el cine, estar con gente. Sé desconectar. Al principio estuve obsesionado, estaba todo el fin de semana siguiendo al Valencia… esa vida me superaba, sí.
  • ¿Cómo ve el futuro del Valencia?
  • Me gustaría que el equipo cuajara, eso daría estabilidad, y a nivel institucional, que hubiera un cambio con gente diferente. El Valencia no tiene futuro con Peter Lim.
  • ¿Y el suyo?
  • Acabo de sacar el libro, volveré a la radio pronto con un nuevo proyecto y tengo ilusión por hacer un programa en la tele de historias del deporte valenciano (se ha presentado el proyecto); ya hicimos en A Punt el programa del Centenario del Valencia y estoy muy contento por ir contra la desmemoria del valencianismo: ocho capítulos de culto para los aficionados.



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