Paco González (COPE): «Hace mucho tiempo que me prohibí pensar cómo sería la radio sin Pepe Domingo»

Paco González

Fernando Muñoz le ha entrevistado para ABC: Ni afonía ni síntomas de agotamiento: la voz de Paco González sigue enganchando cada jornada de Liga o Champions a millones de oyentes con la misma energía que en sus primeros días, hace ya más de tres décadas. Tanto que, reconoce, «los nervios por estar delante del micrófono ya han desaparecido». «Si fallo yo, está el equipo», sentencia desde la redacción de Deportes de la Cope, que bulle preparando su ‘Tiempo de juego’.



— ¿Cómo se alimenta el entusiasmo para luchar contra la rutina del tener fútbol de lunes a domingo?
— Como yo soy un entusiasta de la radio y del fútbol, para mí nunca es un día más. Trato de disfrutar de cada programa, aunque a veces te sale un partido malo, y después otro malo… Y del tercero ya no tienes ni expectativas…
Pero si pasa eso, estamos preparados con cosas que a nosotros mismos nos entretengan. Aparte de que ya solo el hecho de la publicidad con Pepe [Domingo Castaño] es algo que rompe la monotonía, si es que la hubiera.

— No todo es deporte en ‘Tiempo de juego’…
— Nuestra obligación es hacer radio y hacerla muy bien. Y a parte transmitir la emoción y la información de un partido, lo que buscamos es mejorar la compañía que hacemos al resto de los oyentes que no están interesados en ese partido. Y si hay que salirse del deporte, se sale uno del deporte.

— Lo demostraron en pandemia…
— Ahí sentimos que teníamos que estar con los oyentes, y que la angustia que uno pasara en su piso encerrado, fuera un poquito menor sabiendo que esos tíos que oían cada fin de semana seguían con ellos aunque no fuera para hablar de deporte.

— Habla muy a menudo de esa sensación de ‘familia’, de ‘colegas’, no solo en el equipo, también con los oyentes…
— Eso se ha ido formando con los años. Somos un programa un poco especial: nos han pasado cosas personales que nos han unido a los oyentes. No es muy normal que un grupo tan numeroso se cambie de emisora y con ellos se cambien los oyentes para hacerlos líderes. Ese movimiento de cariño lo interpretamos como que nuestros oyentes eran algo más que oyentes.

— Mencionó, sin que le preguntara, el cambio de emisora… ¿Es como su historia de la mili, esa que siempre se cuenta?
— Espero que no, porque la vida es muy bonita como para estar mirando atrás. Lo he citado porque creo que fue un momento en el que nos unimos más todavía a los oyentes… pero a mí no me gusta centrar mi vida en un punto del pasado, siempre pienso que lo bueno va a llegar ahora.

— Hablando de unión, el otro día Juanma Castaño dijo en el ‘El Tertulión’ que se sentía como Ancelotti lidiando con tanto ego… ¿Cómo se maneja eso?
— No sé, yo estoy dentro y no soy la persona más objetiva para decir que somos un equipo despojado de ego… Pero entre los muchos motivos para hacernos autocrítica, el del ego no es el principal… Sí que es verdad que todos envejecemos e igual estamos desarrollando un punto de cascarrabias y soportamos menos que nos lleven a contraria…

— Y cuando en una disputa se tiran a matar, como la que tuvo hace poco con Manolo Lama por ‘la minifalda’, ¿luego se les olvida rápido?
— A ver, es que en nuestro núcleo duro, por decirlo de alguna manera, yo sé que no nos picamos.

— Mencionaba antes a Pepe Domingo Castaño… ¿Piensa en el día que de pronto quiera dejar el micrófono?
— He aprendido a no hacer planes de futuro, porque los haces y el cielo se ríe de tus planes. Y, además, porque gracias a Dios Pepe está en un estado de forma extraordinario y cada año le convenzo para que siga. Y tercero, porque ya hace mucho tiempo que me prohibí pensar en cómo sería esto sin Pepe, porque me genera una angustia que buena gana de ser infeliz durante un rato.

— ¿Trabajar con estos horarios tan locos no acaba cansando?
— Como toda mi día he trabajado sin ir a cenar a casa entre semana y sin tener un solo fin de semana libre, veo esto como normal. Es verdad que hay momentos de la vida… Cuando me casé, pues al poco se pudieron producir tensiones, ¿sabes? «Joder, es que no tenemos ni un fin de semana para irnos como tienen las parejas normales»… Pero como mi mujer me conoció así, lo supimos llevar. Y no me quejo, sé que son horarios extraños que a veces te apartan del día a día de la familia y tal, pero bueno, hemos tratado de hacerlo bien. Yo ahora libro dos días a la semana, durante muchos años libre uno y los primeros años ninguno. Pero no me saldría quejarme.

— ¿Antes era más divertido todo en el periodismo?
— La edad frena muchas cosas, pero hasta hace relativamente poco, salíamos todos los jueves y todos los domingos, que era un poco agotador después de terminar los programas a las tantas. Pero entre que, para mí, parte de la noche de Madrid se ha ido muriendo, la pandemia, la edad… los jóvenes de la redacción siguen liándolas, pero para nosotros ahora las juegas son más una buena cena y una sobremesa larga. Y esas las seguimos haciendo en cuanto podemos. Estamos muy hermanados.

— José Manuel Cuéllar, al que dedicó unas preciosas palabras al día siguiente a su muerte, contaba anécdotas de una época que ya no volverá, no sé si porque se ven con una mirada nostálgica…
— Tuve la suerte de ser uno de sus amigos y, joder, me divertí muchísimo. No reíamos mucho, mucho, mucho. Era difícil no hacerlo, además. Estos días que me han venido a la memoria mil recuerdos en los Juegos Olímpicos, cubriendo el fútbol juntos, los viajes que hemos hecho por ahí por Europa con el Madrid o con el Atleti. Llegamos a crear una peña que no se puede explicar por qué, pero se llamaba ‘El matadero’.

— Hablaba antes también de los jóvenes del equipo. ¿Y en la audiencia?¿Cómo es la conexión con las nuevas generaciones?

  • En los estudios que se hacen, y no solo el EGM, el target de audiencia juvenil es uno de los que más fuerte nos salen. Y de eso estamos encantados. Sus padres nos oían en la radio y ellos en el Fifa y al final llegaron a unirse. Cuando vienen a la radio chavales con sus padres a mí me da un subidón extraordinario. Además, el fenómeno de la radio en España es una cosa incomparable a nivel mundial. La radio ha mantenido su hueco pese al crecimiento de todas las nuevas tecnologías y de mil maneras distintas de la sociedad del entretenimiento. Tenemos la suerte de tener un millón y pico todas las noches, y casi dos millones los fines de semana.

— ¿Y el Twitch, tan de moda entre sus compañeros, le preocupa?
— Creció YouTube, creció Instagram, ahora crece Twitch… Pasado mañana será otra plataforma. No lo veo ni como competencia ni como algo invasivo. Lo miro, estamos atentos a todo, si nos podemos favorecer de eso para generar nuevos oyentes intentamos estar ahí. Pero no me vuelvo loco por eso.

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