Martín Llade (RNE Radio Clásica): “Dentro de 100 años no se escuchará a Lady Gaga pero sí a Mozart, Beethoven, Verdi o Puccini”

Martín Llade

El periodista Martín Llade, conductor del programa ‘Sinfonías de la mañana’ de Radio Clásica de RNE, ha publicado el libro homónimo, en el que recoge una selección de 35 relatos de su magacín, además de la música que los inspira. Marta Esnaola le ha entrevistado para Noticias de Guipuzcoa.



A finales del pasado año el periodista y melómano donostiarra Martín Llade recibió el Premio Ondas y publicó con Warner Classics su libro Sinfonías de la mañana.
A su juicio, es importante dar contexto a las piezas musicales, a fin de que puedan ser más accesibles para el público general.

¿Cómo recibió la noticia del Premio Ondas 2016?
–La verdad es que es una sorpresa, porque trabajo en Radio Clásica y no es una emisora que suene mucho en los Ondas, pues el último lo consiguieron en 2007, y me han dado el de Mejor presentador o programa. La música no se suele estar tan presente, se piensa más en los informativos o en los magacines de emisoras como Cadena SER u Onda Cero.

¿Cuándo y cómo nació su amor por la música clásica?
–Recuerdo que fue con 16 años, escuchando la música de Romeo y Julieta, compuesta por Prokofiev. A partir de ese momento nació la pasión. Empecé a ir a la Quincena Musical, donde hacía la cola durante todo la noche para conseguir un abono; he tenido buena suerte, porque San Sebastián tiene una oferta tremenda y he podido ver a intérpretes muy buenos como Rostropovich o Alicia de Larrocha.

¿Qué tiene de especial?
–Es la música más antigua que existe, se han escrito millones de obras. Abarca diez siglos de historia y todavía se siguen descubriendo compositores, sobre todo de la época barroca y el Renacimiento. Además, es la música que alcanza mayor complejidad y profundidad, y desde luego, siendo una música que en muchos aspectos es  instrumental, es universal y no necesita explicación.

¿Considera que es la música más bella de escuchar?
–Es algo subjetivo, pero algo que tantos años después sigue pareciendo hermoso, algo de ello tiene que tener. Tampoco considero que sea música minoritaria: dentro de 100 años no se escuchará a Lady Gaga, pero entonces, se seguirá escuchando a Mozart, Beethoven, Verdi o Puccini. Muchos artistas llenan estadios, pero si sumáramos todas las salas de conciertos en los que está sonando Mozart hoy, quizá llenaríamos tres o cuatro estadios de los que llenan los Rolling Stones. La gente cree que lo minoritario es lo que no es muy voluminoso a simple vista. Es la sociedad de la prisa: cuando alguien triunfa, tiene que hacerlo rápido, pero lo importante es lo que queda.

¿Cuáles son las claves para hacer que la música clásica llegue al público general?
–Últimamente la gente me ha dicho que observa que Sinfonías de la mañana es un programa muy accesible. Existe el tópico de que la música clásica es aburrida, que dejan 50 minutos de piezas sin parar. Y eso está muy bien, pero si quieres que la gente se acerque, hay que demostrar que es una música tan accesible como cualquier otra. Por ejemplo, a mucha gente le encantan las bandas sonoras, y si le gustan, cómono le va a gustar la música clásica, que parten de un mismo concepto de música orquestal. Mi programa parte de un relato escrito por mí, de unos 12 minutos y la primera hora del programa se articula en torno al personaje del relato. Así consigo humanizar la música, darle un rostro y que la gente se dé cuenta de las circunstancias que había detrás de esa figura y de por qué crea cada pieza. Muchas personas me confiesan que no eran melómanas en un principio pero a raíz de familiarizarse con los maestros, han empezado a escuchar la música clásica con menos prejuicios.

Su relación con la radio se remonta a diez años atrás…
–Sí, llevo trabajando en la radio desde 2007. Antes, fui miembro fundador de la Escolanía del Coro Easo, que se llamaba Easo Txiki, e incluso grabamos un disco.
Además, también fui durante unos años miembro del Coro Easo de mayores. Estudié Periodismo y Publicidad y en Madrid, estuve trabajando en la revista Melómano unos años hasta que di el salto a la radio. Además, también he colaborado con medios guipuzcoanos haciendo críticas de películas o de la Quincena.

¿La música es su mayor pasión?
–En realidad, la música es mi afición pasiva y la escritura es mi pasión. Lo mismo que hago aquí –trabajar poniendo discos– es lo que hago en casa cuando viene un amigo, no tengo la noción de estar trabajando.

El escribir los relatos combina ambas cosas de alguna manera…
–Sí, y está muy bien. Es muy placentero escribir sobre la vida de esos autores que ya conozco; puedo poner palabras a todo eso que me inspira a mí. Hago un ejercicio de contextualización pero sin prisas.

Ha dirigido más de 300 programas, ¿cómo lo hace para reinventarse y no hacer lo mismo en los relatos?
–La verdad es que no lo sé. Cuando empecé con el tema de los relatos, pensaba que no podría llevar ese ritmo y que duraría un mes. Hay que buscar anécdotas, pero haberlas, las hay. Las dos primeras temporadas, los escribía a las 7.00 horas y yo entraba a las 8.00, los hacía en 45 minutos, pero ahora me he puesto más serio y los escribo el día anterior, pero siempre con la pistola en la nuca. No he tenido tiempo de pararme a pensar en si tenía algo que decir. Le daba el relato y la música a mi técnico e iba improvisando conforme yo leía el relato. Muchas veces, las cosas con las que te quedas más a gusto son aquellas que no se preparan. Si me hubiera parado a pensar, no saldría esto.

¿Cómo surgió el proyecto de publicar el libro?
– La propuesta del libro vino muy pronto y la dirección de RTVE me brindó su apoyo para buscar la viabilidad, ya que mucha gente me había pedido un libro con los relatos. Además, ha llegado al mismo tiempo que el Ondas, que es un espaldarazo muy importante. En el libro hay un total de 35 relatos, que son más o menos el 10% de todos los que he escrito.

¿Cuál ha sido el criterio de selección?
–He seleccionado los que más han gustado al público, de los que se ha hablado en las redes sociales y también aquellos de los que me he sentido más satisfecho. He procurado que haya variedad de estilos y autores, que comienza con Alfonso X El Sabio y termina con Astor Piazzolla, que murió en 1992, por lo que recorro ocho siglos aproximádamente. Son historias reales aunque yo los relleno literalmente, y al final digo lo que es real y lo que no, para que no haya confusiones.

Viene acompañado por dos discos…
–Hay un corte musical por cada relato, hay piezas relacionadas con los relatos o que me han inspirado. Por ejemplo, hay uno muy curioso de Purcell, que murió en 1695: fue borracho a casa y su mujer no le abrió la puerta, por lo que se quedó en la puerta. Ese día estaba helando, por lo que murió congelado. Lo que viene en el disco es un aria de su ópera El Rey Arturo, que se llama El genio del frío; canta temblando de frío, por lo que tiene cierto morbo escucharlo conociendo la historia. También quería que fueran discos que independientemente de que se lea el libro o no, sea música bella, que no caiga en la monotonía.

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