Rafael Molina publica en El Periodico de Extremadura que este 2020 que estamos a punto de finalizar será recordado por muchas cosas; pero fundamentalmente por ser el año en el que nuestros mayores sufrieron un largo confinamiento, extendido más allá del primer estado de alarma sanitaria, y que aun al día de hoy, los mantiene aislados, deseosos del reencuentro con familiares y amigos, a la espera, –con esperanza y cautela– de la ansiada vacuna.
El colectivo de personas mayores ha tenido que renunciar a casi todo; y desde la asociación de pensionistas de Monesterio han querido rendir un emotivo homenaje, a través de las ondas de la emisora municipal de radio, a socios y mayores, a modo de reconocimiento por su esfuerzo ante situaciones tan adversas como las vividas este año. El colectivo suspendió toda su actividad presencial. Ni viajes, ni bailes de salón, ni tardes de cine. Ni comida de hermandad. Ni romería. Ni tan siquiera la verbena estival que da la bienvenida a los pensionistas emigrados a otras ciudades, o la cena fin de año, que tendrán que esperar a mejor ocasión.
Pero fundamentalmente los pensionistas han sufrido la pérdida del contacto entre iguales. Esta situación provocó que Juan Vasco, uno de sus directivos, diseñara un espacio común, en la emisora de radio, en el que congregar a participantes y oyentes, a las puertas de la Navidad.
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