Los 40: Renovación o continuidad

Los 40

Según el anáñisis que hacen en PR Noticias, Los 40 se enfrenta a una de las temporadas más decisivas de su historia. Tras una campaña marcada por la pérdida de audiencia e influencia, la emisora de Prisa debe regresar a la senda del éxito si no quiere ver como Cadena Dial y Cadena 100 acechan peligrosamente su perenne liderato.
Con 2.810.000 oyentes según la segunda oleada del EGM de 2018, Los 40 son la radio musical más escuchada de España y la segunda si se tienen en cuenta a las cadenas generalistas. Pese a su primer puesto, la emisora lleva varias temporadas sufriendo un desgaste que no parece tener fin. El ejemplo más palpable está en ¡Anda ya!, otrora líder indiscutible de las mañanas, que ha visto recortada su diferencia con ¡Buenos días, Javi y Mar! hasta los 207.000 oyentes, medio millón de personas menos que hace tres años.
El agotamiento del formato, que ha perdido frescura, puede ser abordado de tres maneras diferentes. La primera, una renovación total del programa, tanto en tono como en escaleta, testando novedades e involucrando más a la audiencia para hacer de cada programa todo un evento impredecible. La segunda opción es un giro de 180º, comenzando de cero, lo cual es una decisión arriesgada puesto que se trata de prescindir de una marca consolidada. La última de las posibilidades es la de la continuidad, retocando algunos detalles para dar una sensación novedad pero sin perder la base del formato.



Otra de las incógnitas de la temporada es Yu. Todo apunta a que el formato que conduce Dani Mateo regresará a la noche, franja en la que debutó. El show, uno de los formatos estrella de la cadena, deberá desprenderse de la polémica que le ha rodeado en los últimos meses tras las acusaciones vertidas contra Antonio Castelo y consolidarse como uno de los pilares de la programación de la cadena. El espacio ha conseguido estabilizarse y podría crecer en su nuevo horario, más adecuado con el tono del programa.
Yu relevará a Los+40 y Radiotubers, las dos bajas más sonadas de la emisora de cara a la nueva temporada. Xavi Martínez, señalado como la esperanza de la cadena y la próxima gran estrella radiofónica, ha visto como su programa ha ido dejándose oyentes EGM tras EGM, hasta caer a los 711.000 seguidores. Martínez es una de las dudas que planea sobre Prisa, ya que se desconoce si continuará o buscará un nuevo comienzo más allá de Gran Vía, 32 que le permita volver a brillar.
El caso de Radiotubers es diferente. El programa nació como un intento de aprovechar el sonado fichaje de Uri Sabat tras el fracaso que supuso No te cortes, el primer proyecto del catalán en Los 40. El espacio, dedicado a las redes sociales e influencers, no destacó en ningún momento y su progresivo declive a nivel de audiencia terminó por confirmar la irrelevancia del programa. Su adiós era más que esperado y el caso de Sabat es parecido al de Xavi Martínez, ya que no hay constancia de si sus planes de futuro estarán ligado a la emisora.

Ante tal panorama, Los 40 necesita volver a ser la referencia musical de parte de la sociedad. Eso solo se puede conseguir a través de una parrilla estructurada en tres o cuatro formatos estables y sólidos y una plantilla de locutores carismáticos y que se complementen entre sí. Aquí reside uno de los principales fallos de la dirección de Prisa durante la pasada temporada: la decisión de prescindir de Arturo Paniagua, un comunicador con instinto y estilo propio, supuso una involución para la emisora, que se empeña en anclarse al pasado cuando siempre destacó por ser la que mejor entendió los cambios en la sociedad.
Ha llegado la hora de que Los 40 innoven, arriesguen y se salgan de la radio musical clónica que se ha impuesto en los últimos años, de la radiofórmula sin alma y los programas que no aportan nada nuevo. De no hacerlo, la emisora corre el riesgo de caer en la absoluta irrelevancia y perder la influencia en la sociedad que un día tuvo. Los servicios de streaming nunca supondrán una amenaza real a la existencia de la radio lineal siempre y cuando potencie sus bazas: instinto humano frente a algoritmos, imprevisibilidad, momentos únicos, espontáneos… Radio, en definitiva.

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