Justo Molinero en RAC 1: «De momento no me he planteado retirarme»

Justo Molinero

Cuando celebra los cuarenta años del arranque de Radio Tele Taxi, el popular locutor recuerda en el «Vía Lliure» cómo se ha convertido en uno de los radiofonistas más queridos de Catalunya.



Periodista y empresario. Cruz de Sant Jordi, Premio Ondas y Premio Ràdio Associació de Catalunya. Pero sobre todo una de las personas que mejor ha entendido una parte de Catalunya que quizás no todo el mundo sabe dibujar.

Justo Molinero se ha sentado en la mesa del Plato Estrella a falta de una semana para celebrar los cuarenta años del imperio que fundó desde Santa Coloma de Gramenet, Radio Tele Taxi.

Nacido en Villanueva de Córdoba, trabajaba en un molino de aceite cuando se dio cuenta de que el trabajo no lo llenaba y que incluso era arriesgado. Habló con su padre para dejarlo y en poco tiempo los padres cogían a los cinco hermanos y se trasladaban a Catalunya.

Vinieron en 1967 en un autocar que se estropeó en Valencia y que ellos mismos, que eran taxistas y mecánicos, pudieron arreglar. A su llegada, Santa Coloma de Gramenet se convirtió en su nuevo hogar.

Enseguida se puso a trabajar en un taller mecánico de Barcelona y allí empezó también a aprender catalán. El catalán lleno de tacos del propietario. Pero no fue lo único que hizo.

Molinero habló con el alcalde de Barcelona Narcís Serra, pero viendo que no podía ayudarle, decidió montar la emisora ​​de forma pirata y funcionó tan bien que continuó hasta el 87. Cinco años sin licencia, hasta que le cerraron.

Ese momento de vacío se llenó enseguida cuando Molinero decidió realizar un curso para mayores de 25 años para hacerse periodista. Ahora más que nunca quería recuperar su radio. Y lo logró.

Radio Tele Taxi ha dado momentos memorables, como cuando Justo se plantó en medio de la calle con un micrófono para recaudar dinero para pagar el entierro de un compañero taxista y en poco tiempo reunió a casi medio millón de pesetas.

Sin embargo, uno de los rasgos distintivos del locutor es hacer y locutar las publicidades él mismo. Asegura que nunca ha hecho ningún anuncio sin saber qué es lo que está vendiendo y que los espots molestan sólo a los locutores inútiles.

Y mientras hoy sigue siendo uno de los clásicos de los imitadores de Catalunya, Molinero nos cuenta que de momento todavía le queda mucha cuerda.

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