Josep Cuni (SER Catalunya): «Las causas hoy tienen más de teológicas que de sociales»

Josep Cuní

Gemma Busquets ha aprovechado que Josep Cuní ha hecho su programa de SER Catalunya desde Ràdio Girona para entrevistarle para El Punt Avui.



– Gira al mundo y vuelve a Radio Barcelona.
– Hice prácticas en Radio Juventud, pero sí, mi bautizo fue en Radio Barcelona, donde tuve la oportunidad de conocer todavía los históricos de la radio y de convivir y aprender con los que estaban renovando la radio. La fusión, en ese momento, de estos dos conceptos, la historia y la novedad, todo este proceso de transición hacia una radio muy pensada que evolucionaba, por razones sociológicas y políticas, hacia una radio más abierta, espontánea y sin censura … fue una gran escuela.

– Este maestría está perdiendo en muchos medios
– Seguramente soy de los últimos profesionales que pudieron recibir el legado de los históricos de la radio, en este caso de Radio Barcelona. Nos formamos sin perder de vista las partes positivas de aquel legado, que era un método radiofónico, muy elaborado, resultado de muchos años de experiencia y creatividad, y traslladarlo en la radio nueva que se estaba impulsando a partir del principio de la etapa de libertad que vivía este país. Visto en perspectiva, fue una suma de alicientes que promovió la renovación del modelo de radio catalán, y específicamente barcelonés, que después ha nutrido toda la radio, tanto en Catalunya como en el resto de España.

– ¿Qué le hizo decir que sí al proyecto de liderar el matinal en catalán de una radio, como la SER, con el epicentro de decisión en Madrid?
– Lo pensé mucho. Porque por primera vez en mi vida contemplé condicionantes de tipo personal. Porque hacía un año que había dejado la televisión diaria, y por lo tanto había dejado el periodismo cotidiano. Y había entrado en una etapa que me ha enriquecido mucho, y era viajar por el mundo y hacer reportajes para Mediaset. Paolo Vasile me encargó y he trabajado con una gran libertad. Por lo tanto, estaba muy cómodo. Y debo admitir que volver a la información diaria me daba un poco de pereza. Volver a me a las cuatro de la madrugada, después de haberlo hecho durante 27 años entre la larga etapa de Catalunya Ràdio, COM Radio, Ona Catalana y TV3, aunque me daba más pereza. El reto, que por otro lado no es nuevo para mí, de poner en marcha un nuevo proyecto fue lo que me animó. Sobre todo como la SER y su director general, Daniel Gavela, me lo planteó: «Haz el periodismo que has Hecho siempre.»

– En este punto del partido Catalunya-España, el periodismo está en dos trincheras. ¿Desde donde se lo mira Cuní con un micro de la SER por delante?
– Soy totalmente crítico con el hecho de que se hayan creado trincheras, son sinónimo de confrontación, y eso no es bueno para nadie. Lo que creo que debería ser evitable es que el periodismo entrara en las trincheras, y el periodismo ha entrado. A partir de aquí, una parte del periodismo pierde su valor fundacional e intrínseco. Pero al mismo tiempo el periodismo tiene una gran oportunidad en la medida que se aparte de lo posible de las trincheras, lo que no quiere decir que no defienda una causa, la que crea conveniente editorialmente; la otra es que se convierta en propagandista de esta causa. Y ese es el matiz. Cuando una línea editorial está a favor de una causa, no necesariamente tiene que convertir la información de aquella causa y de la contraria en motivo ni de propaganda ni de teología. Y las causas hoy tienen más de teológicas que de sociales, y eso es mala pieza en el telar. No podemos pretender que todo se convierta en un concepto de fe. No quiero que me pidan fe, quiero que me generen confianza; son cosas diferentes.

– ¿Qué tipo de oyente piensa atraer? ¿Los que no quieren trincheras?
– Salimos en un mercado en el que hay una bipolarización por el idioma. Parece que si escuchas radio en catalán eres independentista y si escuchas radio en castellano eres españolista.

– ¿No está superado?
– No sé si está superado. La historia no es que salga a competir con Basté y Terribas, que también; salgo a competir con todo el mundo que emite. La competencia es plural, transversal y global. Puede haber oyentes de radio en castellano que puedan pasarse a escuchar radio en catalán.

– O de radio musical.
– Sí que es cierto que hay una cantidad de oyentes que han pasado a escuchar radio musical porque se sentían saturados de unas determinadas informaciones, en catalán o en castellano, lo que pone de manifiesto un cierto fracaso de la radio convencional. Con todo ello, el proyecto se hace estimulante, lo que no significa que deje de ser complejo, que lo es, y de riesgo. Es importante que valoremos que una empresa como la SER apueste por este proyecto. Es una apuesta de la SER, por razones comerciales y económicas, de la que se pueden desprender otras lecturas. Pero la base es la voluntad de la SER de volver a estar presente en el mercado catalán, que había liderado durante toda la transición, la época que yo había estado en Radio Barcelona.

– ¿Cuando se acusa a los medios públicos de adoctrinamiento, el problema de fondo es que no se han despartidizado?
– El problema es que los consejos de administración están formados por personas que responden a cuotas de partido. Defiendo los medios públicos, y sus profesionales, porque he trabajado y sé con qué dificultades deben enfrentarse cada día más allá de las propias del trabajo, que son todos los condicionantes de orden burocrático y de presión ambiental. Y también lamento que haya, por parte de medios privados, esta voluntad tendenciosa contra los públicos, los cuales son imprescindibles si se acogieran a su función, que muchas veces, por ser altamente competitivos, la olvidan.

– ¿Lo mejor está por venir?
– Siempre. Hace poco leía que la nostalgia es un impulso para enfrentarte, a partir de la fuerza acumulada por la herencia vivida, a un futuro que esperas mejor.

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