José María Castaño, «dolido» con Onda Jerez Radio por la cancelación de «Los Caminos del Cante»

José María Castaño

Lavozdelsur.es ha entrevistado a el flamencólogo José María Castaño que vive la sensación agridulce de haber dado carpetazo a casi 30 años de ‘Los Caminos del Cante’ y, en paralelo, a la reacción de protesta y respaldo del mundo del flamenco por un programa en Onda Jerez Radio que costaba «500 euros» y el Ayuntamiento ha fulminado.



José María Castaño Hervás (Jerez, 1970) es una institución en el mundo de la investigación y la crítica flamenca. Un abogado reconvertido a periodista —el sueño de su padre, el popular hijo predilecto de la ciudad José Castaño— y, muy especialmente, a flamencólogo, una afición que convirtió en modo de vida desde que tiene uso de razón. Su trayectoria profesional vinculada al flamenco se ha desarrollado fundamentalmente en la radiodifusión. Ha venido colaborando puntualmente con la Universidad de Cádiz en módulos y seminarios en torno al arte jondo; tiene publicados cuatro libros, destacando el ensayo De Jerez y sus cantes (Almuzara, 2007); y es asiduo colaborador en prensa y revistas, así como formador homologado de los Vinos de Jerez ha registrado la experiencia Flamenco & Sherry, una serie de catas comentadas que entrelazan la tradición de los jereces y todo el sabor del cante.

Estos días, el mundo del flamenco habla de Castaño por otra razón bien distinta. La desaparición fulminante de su gran criatura en esto del flamenco. Desde 1992, dirigía y presentaba el programa de ámbito autonómico Los Caminos del Cante (Onda Jerez Radio y Onda Local de Andalucía). Con su sintonía de Rocayisa, obra de Moraíto, como estandarte, y una nómina de fervientes colaboradores —grandes especialistas como el difunto Alfredo Benítez, Estela Zatania, Juan María de los Ríos, Diego Alba…— y oyentes, el Ayuntamiento de Jerez ha suprimido este espacio tan seguido de la parrilla de la radio local. Una injusta pérdida que nadie entiende y por la que Castaño ha recibido tantas condolencias y muestras de apoyo que le tienen estos días «fatigado y desbordado».

  • ¿Cómo se encuentra? ¿Qué es lo que más le duele de esta situación tan desagradable?
  • La verdad es un poco dolido porque son muchos años. Literalmente, más de media vida empleada en un proyecto cultural de esta envergadura. Han sido 28 temporadas consecutivas en antena y tener que apagar todas esas luces, así de buenas a primeras, te deja un mal sabor. Más aún cuando el adiós ha venido justo con la pandemia y la alarma sanitaria. El 12 de marzo de este fatídico año fue la última vez que pude desarrollar mi trabajo en los estudios de Onda Jerez.
  • El apoyo recibido del mundo del flamenco es el mejor consuelo, ¿no?
  • Sí, creo que se ha trabajado mucho y la radio tiene esa magia que hace crear un vínculo muy especial con los oyentes. Cariñosamente, yo siempre me dirigía a ellos como «la familia de caminantes» y la verdad es que estoy abrumado con tantas muestras de apoyo y de cariño de medio mundo. También de entidades como las peñas flamencas y muchos artistas que han llamado. Casi 30 años, dan para trabar esa familiaridad y esa cercanía que curiosamente solo consigue la radiodifusión. Muchos se han comunicado conmigo bajo el lema de «yo soy caminante». Sí, la respuesta ha sido muy masiva y contundente.
  • ¿Recuerda los comienzos de Los caminos, cómo surgió?
  • Sí, claro. El programa de radio de la emisora municipal lo inició Diego Alba Villagrán en el Circuito de Velocidad de Jerez. La radio estaba en la torre. Gracias a mi padre, que había servido con él en la mili, le comentó de mi afición al flamenco desde niño y me dijo que fuera por las tertulias, una vez que se llevaron la radio a unos estudios que estaban en la calle Patricio Garvey, por circunstancias, Diego Alba dejó su programa El archivo del cante andaluz en 1990. Luego estuvo Manuel Naranjo un año y también desistió. Yo que estaba por allí, colaborando con deportes, recibo con 22 años la propuesta de hacer el programa. Fue un poco atrevido porque era muy joven. Me dieron un micrófono y lo he tenido en la mano 28 años seguidos, a diario y de forma ininterrumpida.
  • ¿Cuántos programas y entrevistas habrá realizado en estos casi 30 años?
  • En la Onda Local de Andalucía, donde Onda Jerez enviaba el espacio Los Caminos del Cante, nos hemos llevado 20 años, nos confirmaron que tenían allí más de 6.000 programas de radio de una hora enlatados. Le pones 8 años más y creo que pueden ser casi 10.000 programas de radio. Prácticamente, he entrevistado a la mayor parte de los artistas que estaban en activo durante esa temporalidad. No podría precisar, pero un gran número sí porque yo intentaba siempre que ellos tuvieran un altavoz para expresarse. Al fin y a la postre, los intérpretes son los que pueden hablar con más propiedad de nuestro arte.
  • ¿Qué anécdota recuerda?
  • Anécdotas hay muchas. Tiempo ha dado, desde luego. Estos días me recordó un sobrino de La Paquera que en la urbanización de Rota, donde vivía, ponía a toda voz mi programa en la carta de ajuste de la tele. Y a la hora de la siesta, Los Caminos del Cante puestos y compartidos por la ventana. Alguna vez me llamó para comentarme algunas cosas. También me escuchaba Agujetas; más de un bocinazo me pegó porque no estaba de acuerdo con algo.
  • ¿Hasta dónde llegaba la dimensión de este espacio desde una emisora local?
  • Fui paso a paso, ya que me cogió toda la revolución del disco digital. En 1992, aún trabajábamos con vinilos y se graba en cintas de Revox enormes. Separábamos las entradillas con unos papelitos. La constancia creo que ha sido una de las virtudes del programa y haberse actualizado de forma constante; sobre todo con la llegada de Internet, que nos abrió el campo a medio mundo. Cuando he tenido que dejar el programa teníamos una presencia en más de 40 países del mundo. Ahí están los marcadores de la plataforma Ivoox. Aparte está el haber emitido, desde inicios del año 2000, en más de 100 emisoras públicas de Andalucía. Todas al unísono conectadas con Jerez, vía satélite.
  • ¿Cuál es el mejor recuerdo que se lleva de estos casi 30 años?
  • Si te digo la verdad, me quedo con la familia de oyentes que habíamos conseguido. Y, sobre todo, tener un contacto muy directo con personas como Alfredo Benítez que nos ha dejado hace unas semanas. Una pérdida insondable de una persona humilde, bondadosa y lleno de amor y conocimientos.
    «Un día le preguntaron a Rancapino y dijo que más bien (el flamenco) era el patrimonio de la Humedad… Si hay que acabar con algo, casi siempre el flamenco es lo primero, por desgracia»
    También recuerdo que un sobrino nieto de Manuel Torre cumplía condena en la prisión de Huelva. Cada noche, ponía sus Caminos del cante y me mandaba unas preciosas cartas de aficionado. Un día, me escribió diciendo que en ese momento se sentía libre; como si no estuviera en la trena. Es una emoción indescriptible que te digan eso. O un niño que también me escribía desde Chiclana muchas cartas que guardo con cariño. Un día, estaba presentando una actuación en el Teatro Central de Sevilla y el guitarrista me dijo «era yo quien te escribía José María. Hoy día soy profesional del flamenco gracias a ti y la afición que cultivaste». Aquel niño es hoy el tocaor José de Pura.
  • ¿Cree que es reconducible esta situación?
  • Yo pienso que sí. O quiero creerlo a tenor de las respuestas de los aficionados. Más que nada porque entiendo que el programa era un buen altavoz para la candidatura de Jerez como capital europea de la cultura. Una reclamación sobre la naturaleza jurídica de mi contrato ha derivado en una especie de despido, cuando no era eso precisamente lo que se discutía en los tribunales. Dado que no ha sido considerada como laboral, pese a ganar el juicio en lo Social, quedaba el vínculo mercantil que ahora se va a reclamar. Pero han decidido cortar por lo sano sin dar más explicaciones. Se trataba solo de actualizar un contrato de 490 euros al mes. No creo que fuera algo insalvable. Porque el vínculo jurídico permanece y se hará valer. Con lo que ha costado recurrir mi sentencia favorable hasta Madrid, pagando a un bufete externo, podría haber continuado el programa varios años. Si nuestros políticos quieren, claro que sí.
  • La triste noticia se produce en el mes en el que se celebra el décimo aniversario de la declaración del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. ¿Una prueba más de la a menudo falta de sensibilidad de los políticos con el flamenco?
  • Lo cierto es que el flamenco se emplea como un lema y se agita la bandera del valor de esta cultura como propaganda, pero luego no se tiene tan en cuenta. Se visualizan los votos que puedan dar ciertas acciones pero debieran tener una mayor sensibilidad con quienes hemos venido sembrando tanto. Un día le preguntaron a Rancapino y dijo que más bien era el patrimonio de la Humedad… (risas). Si hay que acabar con algo, casi siempre el flamenco es lo primero, por desgracia.

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