Jone Insausti entrega a la Fundación Sabino Arana, el Grunding donde se grabó el primer programa de Radio Euzkadi

Radio Euzkadi

Deia.eus publica que este pasado jueves se presentó en la Fundación Sabino Arana el libro «Clandestina» escrito por Koldo Anasagasti, utilizando como hilo conductor, la biografía de un viejo gudari que se pasó doce años cuidando las instalaciones y poniendo en marcha los motores que tenían por nombre Pedro y Pablo. Solo pidió unas gallinas, un gato y un perro en su particular isla de Robinson Crusoe en la selva venezolana. Su historia es increíble. Hubo mucha gente. Casi 130 personas. Se hubiera llegado a las 150 pero coincidió el día con las asambleas municipales y muchos de los apuntados tuvieron que estar en sus asambleas. Pero por ejemplo estuvieron los vicelehendakaris Erkoreka y Jon Azua, el ex Diputado General Josu Bergara, el concejal Asier Abaunza, y personas muy significativas, entre ellos voluntarios que trabajaron en el proyecto de radio clandestina y familiares de personas ya desaparecidas que fueron nombradas y estuvieron en primera fila en un acto bien organizado por la Fundación Sabino Arana. Los cincuenta libros que se llevaron, se vendieron todos y es mucha la gente interesada en su adquisición. Libro apasionante que se lee fácil y descubre una historia con todos los elementos para una película de espías.



Me dio pena que Deia no estuviera presente, cuando tantos actos públicos reseña con negritas, desde una cata de quesos a la presentación de un cantante y a las mil fiestas de este país tan poco agradecido y Deia nació en 1977 para dar voz a lo que había estado silenciado por la dictadura. Tanto Ajuriaguerra, como Garaikoetxea y Arzalluz estuvieron, tras su cierre, en las instalaciones de aquella quijotada, porque siempre valoraron aquel esfuerzo inmenso y altruista cuando la dictadura condenaba a morir en silencio al gobierno vasco en el exilio y al PNV. Estoy absolutamente seguro que hoy estarían entristecidos porque comprobarían con estos silencios lo óxido que es el tiempo y la poca valoración que tienen conductas referenciales en esta sociedad kleenex.

Puedo hablar mucho del acto pero me quedo con una escena, para mi impactantes, como fueron las palabras de la nonagenaria Jone Insausti, recientemente viuda de Alberto Elosegui, el cerebro editorial de la radio y de la revista clandestina Gudari así como de toda la propaganda del PNV durante la resistencia al gobierno de Franco. Falleció en agosto y su trabajo “Una Voz con Mil Ecos” fue fundamental para ahormar todos aquellos impactos resistentes desde la película Los Hijos de Gernika a ediciones de todo tipo cuando había hambre de conocimiento.

Jone nos contó que donaba la grabadora Grunding a la Fundación, que recogió su presidenta Mireia Zarate, aparato que había servido para la primera emisión de Radio Euzkadi, no sabiendo lo que podía durar aquella iniciativa tan difícil de llevar a cabo. Nos dijo que se hizo en casa de Isaias Atxa aprovechando que su mujer y nueve hijos estaban en Euzkadi. Recordaba el dato de que se puso encima de una tabla de planchar, por un lado el apartado y por otro el micrófono donde ella leía las noticias, pues era Jone una de sus locutoras. Nos contó que bajaba al parque con su hermana y los niños y le decía a su hermana que tenía que hacer recados, siendo esto mentira ya que no se podía conocer el lugar en el que se encontraba la radio, y le dejaba el cuidado de sus hijos mientras iba a grabar la cinta del día. Ella estuvo expresamente ayer en la Fundación, viviendo en San Sebastián y siendo acompañada por su hija nacida en el País Vasco Francés en tiempos del refugio de sus padres.

Fueron pues un cúmulo de sensaciones y visiones de una etapa de la historia reciente de Euzkadi, apenas conocida, que fue muy aplaudida por los presentes y recordada por los que vivieron aquel empeño de luchar sin violencia reivindicando lo que es la esencia de una democracia, su libertad de expresión.

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