Joan Perich reune en un libro la historia de Radio Mi Amigo en Platja d’Aro

Radio Mi Amigo

En Diari de Girona leemos que parece surrealista pensar que durante unos años para hacer radio libre de contenidos hubiera personas que se embarcaban en barcos y iban mar adentro hasta aguas internacionales para pinchar canciones de los Rolling Stones. Según Joan Perich, director de Ràdio Platja d’Aro y ganador del premio Jordi Comas 2017, esta era la realidad de muchas emisoras después de la Segunda Guerra Mundial: «Los gobiernos vieron que la radio tenía un gran poder, entonces no daban licencias y controlaban mucho los contenidos. Para poder hacer emisiones libres de control nacieron las radios piratas que se conocen como emisoras offshore. Emitían desde barcos en aguas internacionales desde donde los gobiernos no podían actuar».



Siguiendo este hilo, Perich descubrió la historia de Radio Mi Amigo, una emisora ​​belga con casi cinco millones de oyentes que durante cuatro años se instaló en Platja d’Aro. «En 1974 los gobiernos belga y holandés hicieron un ultimátum a las emisoras piratas y casi todas cerraron a excepción de Radio Mi Amigo. Su director tenía un chalet en Platja d’Aro, aquí se estaban viviendo los últimos años de la era predemocrática y no había el control de emisiones que había en otros países de Europa y por eso se instaló aquí durante cuatro años. Grababan las cintas con cintas y luego las enviaban al barco, que estaba emitiendo desde el mar del Norte, entre el Reino Unido y Holanda. Desde allí emitían para toda Europa y tuvieron una gran repercusión».

La investigación de Perich fue premiada con el Premio Jordi Comas 2017. En el marco del galardón, esta semana Perich ha presentado el libro que recoge toda la investigación y que se titula Radio Mi Amigo. El premio debía presentarse en junio, pero el acto no se pudo celebrar debido a la pandemia. En cuanto al premio de este año, todavía hay tiempo de presentar proyectos hasta el 5 de octubre y el próximo 20 de noviembre se anunciará el ganador.

Aunque el libro sea una recopilación de la investigación, el escritor se desmarca de un relato puramente académico: «Creo que la gente que lo lea descubrirá que hay hilos de drama, comedia e incluso terror. El propietario de la emisora, Sylvain Tack, tiene una historia de vida curiosa porque tenía unos orígenes humildes, se hizo millonario y luego se arruinó». Perich añade que la investigación le ha permitido hacer un retrato de la sociedad de finales de los años setenta en Platja d’Aro: «También se habla de cómo era la vida en aquella época, qué personas eran las más influyentes, los gobernantes que había en los últimos años de franquismo, que quizás han quedado enterrados con el paso de los años».

En el marco de la investigación, Perich ha contactado con ex trabajadores de la emisora ​​y testigos que vivieron el aterrizaje del equipo en Platja d’Aro de primera mano. De hecho, explica que la emisora ​​tuvo un gran impacto en Europa, donde hay numerosos historiadores que han hablado a lo largo de los años.

El desenlace
El investigador detalla que el romance del equipo de Radio Mi Amigo en Platja d’Aro finalizó al cabo de cuatro años. «La emisora se instaló aquí porque el franquismo no había firmado ningún tratado internacional para las emisiones de radio y no les controlaban. A finales del año 1978, con la llegada de la democracia y las primeras elecciones, en España se empezaron a firmar los primeros tratados para regular las emisiones de radio y eso fue el final de Radio Mi Amigo en Platja d’Aro».

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