Jesús Quintero jubila su micrófono tras cinco décadas de periodismo de etiqueta

Jesús Quintero

Jesús Quintero se jubila tras cincuenta años de periodismo, lo cuenta Martín Sanchez en merca2.es. El rey del silencio lo ha hecho a su manera, sin algarabías. Sus compañeros Gorka Zumeta y Jesús Melgar no pretenden sembrar ruido, pero quieren evitar que uno de los actores más reconocidos del panorama patrio diga adiós sin el merecido homenaje, al que han cooperado RNE y la SER.
En ambas escuderías el locutor onubense puso en pie ‘El loco de la colina’, buhardilla nocturna con sede sevillana desde la que reflexionaba entre marginados y poderosos y desde la que esbozaba pinceladas de poesía en medio de un erial cultural que le asfixiaba.



Aquel bautismo le ayudó a firmar contratos millonarios, a saltar a la monopolística Televisión Española, a cruzar el charco entre pétalos de rosa y a no poder desprenderse de su papel outsider que caminaba entre la ruina, el aplauso y el diván.

El Loco: El alter ego de Quintero
Jesús Salvago lo conoce como a nadie. El poeta explicó en el libro ‘El Purgatorio’ cómo toreó durante décadas al maravilloso Quintero periodista, al controvertido Quintero empresario y al incómodo Quintero endemoniado.

Quintero contó que su personaje que tantas veces desnudó a Reyes y plebeyos nació tras encontrarse “cansado de los presentadores con frases ingeniosas, estaba aburrido de esa monotonía, y quería hacer una terapia personal nocturna, con la variedad de tipos que conforman el público de la noche, entre los que más me gustan están los canallas…”.
El ruido que vomitaba la radio durante la jornada diurna necesitaba un paréntesis en forma de programa y así nació ‘El loco de la colina’, mezcla perfecta entre diálogos, llamadas, música y poesía.

Un sentimiento
Melgar y Zumeta han recabado el testimonio de varios profesionales en relación a Quintero. Carlos Herrera explica que al maestro “ha sido un escultor de sonidos. Este hombre ha manejado ritmos misteriosos de la radio. Quintero es una de las mejores cosas que tenemos en la profesión”.
Víctor Amela, crítico televisivo, escribía hace años en La Vanguardia que el showman “es un creador de mundos, atmósferas, capaz de suspender el tiempo en un plató, de sorprender siempre al entrevistado. Jesús Quintero enseñorea el ritmo, la voz, domina el aire, paraliza, hipnotiza, persuade, crea estados de ánimo, es un verdadero mago“.
“El Loco” explicaba que ha “entrevistado a reyes, presidentes de gobierno, premios Nobel, estrellas del espectáculo y del deporte, locos geniales, rebeldes, marginales… de todos me queda algo: una palabra, un gesto. No sé. Un sentimiento“.

La Cara B
La argentina Alejandra Correa tenía solo 24 años cuando se convirtió en la asistente personal de Quintero en Buenos Aires cuando ‘El Perro Verde’ contó con una adaptación para el público latinoamericano.
La productora explicaba en una reciente entrevista que la experiencia “fue una aventura de tres meses en los que me peleaba constantemente con él; lo recuerdo como una persona muy caprichosa y difícil”.
Esta vertiente complicada o valiente quizás ha contribuido a que Quintero se haya pegado con gobiernos populares y socialistas, a que le hayan censurado, a haber acabado al borde del KO por unas deudas que intentó mediar con el encarcelado Luis Pinedo…
Jesús Melgar, subdirector, productor, guionista y amigo de “El Loco”, explica que cada vez que Quintero se enfadaba con el mundo afirmaba que se encontraba “escribiendo un libro sobre los medios de comunicación por dentro y que tenía dos títulos o bien llamarlo mis queridos hijos de puta, el primero, y el segundo, mis queridos hijos de la gran puta”.

Entre broncas y flores
El proyecto del citado libro o cuento lo exhibió cual arma en única bronca pública, en la que tuvo a Carlos Alsina como contrincante ante decenas de adolescentes cariacontecidos o muertos de risa en un simposio de la Universidad de Málaga.
Aquel era el síntoma del crepúsculo del Dios Quintero, harto del ninguneo de la industria periodística a su monumental bagaje. La cineasta Mercedes Moncada sí le prestó atención y exprimió sus 10.000 horas de archivo en ‘Mi querida España’, documental tragicómico que denuncia cuarenta años de mentiras con las entrevistas aliñadas por las amargas chirigotas de Cádiz.
El archivo, su legado, ha acabado en el pueblo que le vio nacer: San Juan del Puerto, donde fundó una emisora pirata antes de echarle un pulso a la Junta de Andalucía y zambullirse en innumerables negocios ruinosos entre la bohemia y la megalomanía.

El Recurso
Quintero preguntaba. El entrevistado respondía lo que tenía preestablecido. Y la repregunta mutaba el silencio. Shhh. La incomodidad de la falta de palabras obligaba al VIP a continuar su discurso, esta vez sin guión, y los titulares surgían en frenesí.

El locutor niega con ironía la táctica e inventa el origen: “Yo creo que me pasó en mi primer reportaje, cuando estaba en Radio Popular de Huelva, en mis inicios, fui a ver a una persona, para hacerle una entrevista, le hice la primera pregunta, no me contestaba; le hice la segunda, no me contestaba, la tercera no me contestaba y a la cuarta descubrí que era sordomudo”.

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