Historia del medio: Operación pitillo de La Voz de León y otras causas nobles

La Voz de León

Lanuevacronica.com publica que la radio fue un vehículo de solidaridad en numerosos programas, pero se acrecentaba este aspecto en Navidad. Fernando Rubio nos recuerda una de aquellas iniciativas, las llamadas Operación Abuelo, que apadrinaba La Voz de León para estar con «los mayores».



Hubo un programa nacional de referencia en lo que podríamos llamar la radio solidaria y cuyo título define perfectamente la filosofía de aquella radio solidaria que también tuvo gran presencia en León. Se llamaba ‘Ustedes son formidables’, lo dirigía Alberto Oliveras en los años 60 y 70 (de 1960 a 1977) y se basaba en eso, en la solidaridad de los radioyentes, gente formidable.

También la radio leonesa apostó por este tipo de programas e iniciativas que se multiplicaban en Navidad. Hoy Fernando Rubio nos acerca el recuerdo de ellos a través de un ejemplo, ‘La operación abuelo’, que apadrinaba La Voz de León y que como botón de muestra elige los años 71 y 72. «La Voz de León organizaba todos los años, a finales de Noviembre, la ‘Operación Abuelo’, destinada a la obtención de fondos para ayudar a las personas e instituciones que ayudaban a los mayores y homenajear al mismo tiempo a la tercera edad. El Teatro Emperador era el lugar elegido para la Gala, pero en el año 1972, también se celebró un mini Festival en el Hogar del Pensionista». De las dos citas (la gala y la minigala) recogió imágenes para la prensa de la época la cámara de Fernando Rubio.

Actuaban en los Festivales conjuntos y solistas conocidos y alguno menos conocido, artistas locales y otros con una dimensión nacional. No faltaban gente como Los Mágicos, de los hermanos Quiñones; Alfredo Vidal, Manolo Joludo (Manuel Santamaría) y también aparece en las fotos gente como un cantante muy valorado en la época que cantaba canciones de Antonio Molina y le llamaban ‘El Pequeño Molina’. Y muchos más, por supuesto, que se volcaban con esta iniciativa que también era conocida popularmente como ‘Operación pitillo’ pues una de las finalidades de lo recaudado era precisamente regalarles cigarrillos a aquellos ancianos que estaban en asilos o residencias de ancianos con muy escasos recursos. Les daban tabaco para todo el año, de ahí el apodo, pero también otro tipo de detalles, además de ser a quienes iban dirigidas las galas, que se completaban con presencias en sus centros.

Fueron muchos los programas que gozaron de gran prestigio en las ondas cuya base es la solidaridad. Una recordada locutora, María Teresa Martín Villa, era conocida como «la voz de la solidaridad», fundamentalmente por el recordado programa ‘El cartero’, que hacía con Luis Arribas y en el que repartían solidaridad. Su hermano Rodolfo, ministro en varias etapas, recordaba en una entrevista para el libro ‘Leonesas y pioneras II’: «Yo estaba estudiando en Madrid y me llamaba porque tenía que ir a toda prisa a Barajas para recoger algo que habían pedido al extranjero para algún oyente. Recuerdo el caso de uno de un pueblo de la montaña al que habían recetado un medicamento que no había en España y María Teresa lo había buscado en no recuerdo qué país. Debía recogerlo y de allí a los autobuses de Fernández para que lo llevaran a León».

Un fenómeno social en aquella época fue el Padre Javier de Valladolid, un capuchino que aprovechaba las ondas para buscar ayuda a los más necesitados. Así lo recordaba otro grande de la radio, Magín Revillo: «voz, de una personalidad y popularidad arrolladora, tan sincera como conmovedora, era la del padre Javier de Valladolid, cuyo recuerdo aún permanece vivo entre quienes tuvieron la fortuna de escucharle. Porque nadie se perdía sus programas, nadie tenía tantos fieles oyentes. Tal fue el éxito de sus campañas en favor de los necesitados que llegó a popularizarse entre los leoneses el dicho de ‘pides más que el padre Javier’ (…) Exponía aquellas necesidades con tal pasión, con tan poderosas y convincentes razones, que no había oyente que se le resistiera. Y así llegaron a formarse colas ante las puertas de la emisora para entregar los pequeños donativos que entonces podían permitirse».

Una larga tradición que siguió viva en numerosas iniciativas y programas, hasta nuestros días en los que —al margen de las tradicionales cabalgatas de Reyes y similares— tuvo una excelente acogida, por el ejemplo, el Mercadillo Gelete de libros usados, que ideó otro referente de la radio y sigue vivo en la voz y la iniciativa de otro ser solidario e irrepetible: El gran José Manuel Mures.

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