Fallece Ramón Astika, locutor de Radio Nervión

Ramón Astika

En Deia leemos que la canción Lágrimas negras, del Trío Matamoros, era una de las preferidas del locutor de Radio Nervión Ramón Astika. «Sufro la inmensa pena de tu extravío, siento el dolor profundo de tu partida y lloro sin que sepas que el llanto mío tiene lágrimas negras, tiene lágrimas negras como mi vida», reza la letra de esta melodía que tantas veces tarareó y eligió para sus seguidores en la radio.



Ramontxu, el rey de la bilbainadas, falleció ayer 1 de junio dejando huérfanas las ondas radiofónicas y tiñendo de negro las lágrimas de quienes le conocían y habían compartido con él mil vivencias, cientos de comidas y buenos momentos. Urduliztarra de pro –allá donde iba alardeaba de su pueblo– nació en el caserío Zabale. Astika llegó por casualidad al mundo de la radio y durante años dirigió programas relacionados con las coplas y las bilbainadas, dos de sus pasiones, así como La Orquestina, un programa para personas mayores que tantas satisfacciones le regaló. «Ramón era muy amigo de sus amigos. Era una persona de un gran corazón, pero también con carácter, a veces muy gruñón. Cuando se enfadaba saltaban chispas, pero no había enfado que no terminase arreglando con una comida o una buena copa», recuerda Aintzane, compañera de emisora y amiga personal de Astika. También trabajó en Tele Bilbao.

Ramontxu presentó en Aste Nagusia de Bilbao el certamen de bilbainadas desde la Pérgola de Doña Casilda durante muchos años. En 2018 el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, le concedió una distinción por su aportación e implicación en las fiestas de la villa. En un vídeo difundido en Facebook el propio Aburto describe a Ramontxu como un referente de las bilbainadas y en el colectivo de personas mayores: «Se nos ha roto el corazón (…) Siempre vas a permanecer en nuestro corazón, porque el mayor signo de tu presencia va a ser tu ausencia. Eskerrik asko, Ramón, bihotz-bihotzez», se sinceró Aburto.

Administrativo de profesión, Astika también realizó doblaje y llegó a la radio hace más de tres décadas. El trabajo, su implicación con la radio y su apoyo al colectivo de personas mayores siempre estuvieron entre sus prioridades. «Durante muchos años organizamos los viajes con la Orquestina Nervión, en la que era el maestro de la orquesta. Tenía un don de gentes y siempre estaba dispuesto a ayudar a quien lo necesitase», cuenta Aintzane. Aunque el propio Ramontxu se describía como «el aldeanito de Urduliz», Aintzane terminaba siempre la frase diciéndole: «Ramontxu, aldeanito, sí, pero muy señorito y urbanita. Era un hombre muy coqueto y sensible». Como buen vasco, Astika era más de barra que de pista, aunque siempre echaba la mirada atrás para recordar los bailoteos que se marcó en su juventud. «Le encantaba cantar», añade Aintzane. Siempre que tenía oportunidad mostraba una foto en la que aparecía en compañía de una de sus musas: Sara Montiel.

Precisamente, la historia sobre cómo llevó a la intérprete de El último cuplé a Urduliz era «una de las que más le gustaba contar», relata José Mari Gondra, presidente de la asociación de jubilados de Urduliz Beti Lagunak. «Siempre le preguntábamos por aquella comida en el restaurante Dos Palmeras», prosigue, apenado, por la muerte de Ramontxu, socio de la agrupación y compañero de fatigas en infinidad de sobremesas que se «alargaban horas» mientras disfrutaba de una copita de «cava frío». «Nos ayudaba a organizar excursiones y le encantaba ir a comer por ahí, especialmente a Galicia. Disfrutaba mucho y nosotros con él. Los últimos tres años me los he pasado diciéndole que sus anécdotas con personalidades de la farándula como María Jiménez, Lola Flores, Camilo Sesto o Sara Montiel, entre otros, daban para escribir un libro», apunta. No quiso difundirlos, como tampoco su edad. «Nunca la he sabido. Cuando alguien le preguntaba siempre respondía: Tengo la edad que tengo», recuerda Karmen Kareaga, concejala de Cultura de Urduliz. Era todo vitalidad. «Lo importante es tener ganas de trabajar», declaró tras recibir el Hemendik DEIA Sariak por su solidaridad.

Siempre dispuesto a ayudar, cuando se enteró hace unos años de la situación de dos niños con enfermedades raras en su municipio contactó con el Ayuntamiento para organizar un festival benéfico. «Ya estaba pensando en la edición de este año. Hace poco me comentó que era una pena no poder celebrarlo. Conseguía que viniera todo el mundo de forma desinteresada. Iñaki Basabe me dijo que venía encantado por Ramontxu», refleja.

Astika fue el alma mater de muchas fiestas, la voz de muchas horas de radio… Ramontxu partió llevándose con él millones de vivencias, secretos y esa alegría que desprendía con su sonrisa. Con su muerte se pierde un referente en las bilbainadas, un gran conocedor de la copla y un urduliztarra hasta la médula que se ha ido sin, posiblemente, haber podido ser todo lo plenamente feliz que merecía ser. Goian bego, Ramontxu!

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