Euskalerria Irratia cumplió ayer 30 años de emisión y para celebrarlo organizó un encuentro en el Café Zentral de Pamplona. Amigos de la radio, colaboradores, socios y oyentes acudieron a un acto que contó con las actuaciones musicales de Gorka Arbizu, de Berri Txarrak, Joseba Tapia, junto con Ion Celestino y Nerea Erbiti, y Edozein Bi.
“Un encuentro con los amigos de Euskalerria Irratia”. Así es como lo definía Mikel Bujanda, director de la emisora. Una oportunidad para dar las gracias a toda la gente que está participando en el proyecto. Un 7 de noviembre de 1988 arrancaba Euskalerria Irratia. Un proyecto distinto al que es hoy en día, pero con la misma idea clara: ofrecer un servicio de comunicación a la comunidad euskaldun en Navarra. “Hace 30 años había una necesidad y vimos una oportunidad. De la necesidad y la oportunidad nació Euskalerria Irratia”, asegura Mikel Bujanda.
El camino ha sido costoso, con numerosas dificultades para obtener una licencia para emitir. De hecho, no fue hasta enero de 2016 cuando el Gobierno de Navarra finalizó la ejecución de la sentencia judicial sobre las dos licencias de radio Frecuencia Modulada (FM) para Pamplona que se licitaron en 1997, otorgando una de ellas a Euskalerria Irratia. La primera emisión en el 98.3 FM tuvo lugar el lunes 30 de mayo de 2016. “Ha habido mucho que pelear”, mantiene un Bujanda que, más allá de licencias, ve en el hecho de hacer radio en euskera en Navarra la mayor de las dificultades.
Euskalerria Irratia ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y al cambio digital. En los últimos años han añadido elementos multimedia a la radio, con una página web actualizada y una presencia activa en redes sociales. “Siempre querríamos hacer más, ofrecer mejor las cosas, pero la marcha de Euskalerria Irratia está ligada a la fortaleza del euskera en Navarra. Cuanta más fuerza tenga, más fuerza tendremos”, asegura el director.
Una constante renovación que afecta a otros medios, pero que Euskalerria Irratia sufre con el hándicap de ser una radio y en euskera. Aunque Bujanda lo tiene claro. “Cumplimos una función específica dentro de la comunidad euskaldun en Navarra”, mantiene.
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