En recuerdo de Alfonso Víllora, ex RNE Cuenca

Alfonso Víllora

Liberaldecastilla.com publica esyte escrito de José Luis Muñoz Martínez:
No sé cuál de las dos acunará en sus brazos el recuerdo de Alfonso. Si la Virgen de Rus o la de los Remedios quien, por cierto, no remedió nada el día en el que un desalmado, que se dio a la fuga tras el accidente, atropelló a Víllora en ese paso de cebra que comunica la calle de Fernando Zóbel con la de San Ignacio de Loyola camino del parque de los Moralejos que muchos años cobijó feria entre atracciones primarias y lamentos de Sabina cuando tocaba Día de la Región.



Alfonso Víllora tiene nombre propio en la historia de la radio en Cuenca y, su nombre, o su solo apellido, engrandece una larga lista en la que no faltan los hermanos Álvarez Chirveches, Enrique y Martín, ni los pioneros Cipriano Martínez, Loli Campo, María Luisa Jiménez, Auspicio Martínez, Enrique Martínez, Ángel Mayordomo, Palmira Sánchez, Ovidio Martínez, Rafael Núñez, Luis Calvo, Alfredo Pérez, Rafael Lozano, Emilia de la Fuente (Cuca), el señor Parra, Ángel y Antonio Polo, Vicente Patón y, como escribo, Alfonso Víllora que fue abriendo la puerta para que entrásemos, poco a poco, los demás, finalizando la década de los años 60 del pasado siglo cuando, la radio, tras su etapa artesanal, empezaba a ser puro espectáculo.

Alfonso era un todo terreno. Había entrado en el departamento de programas y, desde ahí, caminaba por las ondas de “El Campo” haciendo suya, y de los oyentes, la problemática del sector que ya entonces clamaba al cielo porque, en la tierra, daban calabazas. Fue uno de los programas que más tiempo se mantuvo en antena.

Le gustaba la música. A uno le parecía que, Alfonso, el de San Clemente, el de la aldea, había salido de una corrala de finales del siglo 19 mamando aires de Barbieri o de Chueca. Amaba la música hasta el punto de que fue el responsable del Concierto de la tarde y, por si acaso, aún le daba tiempo de hacer algún “Línea Abierta”. Un programa nacional en el que, también, Luis Calvo, Alberto Martínez, José Ángel García, Úrsula Álvarez o Ángeles Taranilla pregonaban las cosas de Cuenca en los años 70.

¿Los directos?. Alfonso se responsabilizó del titulado “Nuestros pueblos”. Un programa realizado en el que participaban las fuerzas vivas del lugar, cuyo sonido final llegaba gracias a una conexión que se hacía con unas pinzas conectadas al teléfono. Sonaba a rayos todo aquello, pero, el mensaje, era el mensaje: formar, informar y entretener según “Las Armas de la radio” de Aníbal Arias; una especie de catecismo radiofónico de tiempos anteriores todavía vigente.

Como todo terreno en esto de la profesión, cuando la radio dejaba de ser radio para dar noticias, Alfonso ya estaba en una redacción de lujo. Hasta tenía magnetófono asignado y todo. Un Stelavox que fue, más o menos, la avanzadilla de los Nagras. Un aparato de carrete abierto que, a día de hoy, en el recuerdo, magnifica en toda su medida el trabajo que se hacía en esa época en la que, la tecnología, analógica, había que engañarla.

Se ha ido Alfonso Víllora a una dimensión de la que no nos llegan noticias o, al menos, no las percibo. Se ha ido con el Premio de Honor que la Asociación de la Prensa de Cuenca otorgó a su Trayectoria Periodística en el año 2017. Hubiera cumplido 82 años el próximo mes de junio tras asistir a su Romería. Esa en la que, la Virgen de los Remedios se queda en la ermita para que, la de Rus, vaya a San Clemente haciendo parada en la carrasca. Una y otra acunarán lo que llamamos alma y confortarán a Mari Carmen, a Beatriz, a Mari Sol, a Laura y a Alfonso. A toda la familia.

Espéranos, que llegaremos para seguir haciendo historias de otra radio.

Alfono Víllora será enterrado mañana, día 28, en su pueblo natal, San Clemente.

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