El Correo Gallego rememora a Juan Manuel Gozalo (RNE, Radio Marca), la otra voz

Juan Manuel Gozalo

“Gozalo se enganchó al baloncesto al retransmitir la Copa Intercontinental que jugamos en 1978” (Lolo Sáinz, dicho en RNE).



Ese torneo ganado en Buenos Aires por el Real Madrid de los Brabender, Luyk, Szczerbiak y Rullán, no afectó al alma futbolera de Juan Manuel Gozalo Gómez pero si avivó su espíritu plural al informar en un país donde el corazón tiene forma de balón de fútbol.

La reciente serie Reyes de la Noche (Movistar+) bebe sin beber de José María García y José Ramón de la Morena, dos grandes periodistas deportivos de generación dispar e igual de endiosados, quizá por ello algunos apreciamos tanto la tercera vía de los años 80/90: la de Juan Manuel Gozalo, más entusiasta que furibundo por carácter y por trabajar en un medio público, con menos estrés competitivo.

Cántabro de voz ronca, Gozalo entendía el deporte como algo escrito en plural. Si hablaba de basket o atletismo palpabas que sabía las reglas o bien se las había estudiado. No bajaba a la tienda a comprarse a toda prisa la camiseta de moda por la campanada de tal o cual medalla olímpica (cubrió diez JJOO y diez mundiales de fútbol).

Nacido en Muriedas (Cantabria) el 13 de septiembre de 1944, se incorporó a RNE en 1970, y desde 1977 se incorporó a los micrófonos de Radiogaceta de los Deportes, donde luego fue director y presentador hasta su prejubilación en 2007.

Ahí daba cancha a goles (también de fútbol sala, donde se implicó empresarialmente), canastas, sets, éxitos del motor, récords de atletismo y a protagonistas de deportes infravalorados, todo con un estilo nada complaciente en el pedaleo de la opinión, cuya bicicleta hoy tantas chinchetas halla en las redes sociales y en quienes prohiben que los periodistas preguntemos, ¡cobardes!

Hombre de radio, se forjó en la prensa (Pueblo, Hoja del Lunes) y cuando en octubre de 1975 salió la revista Don Balón con García como coeditor, estaba en esa redacción a la vera de Mercedes Milá, Pedro Barthe y Chico Pérez.

Gozalo, apodado Kubalita, prestigió el periodismo en los medios públicos. Hacía algo que a veces se olvida hoy en RTVE… informar sin aburrir, con ritmo. Premiado igual por los Ondas de aquí que por la revista estadounidense Sport Illustrated, tras salir de RNE se fue a Radio Marca, emisora que tiene un estudio con su nombre, atípico pero feliz homenaje en esta tierra donde tanto ladra la envidia (y vaya otro aplauso a la prensa deportiva cántabra por dedicarle un premio).

Buen mal jugador de mus, el día de su adiós en RNE, Gozalo dijo: “Me despido tras 10.282 programas, no habré gustado a todos pero todos ustedes me gustan a mi”.

Gozalo fue la otra voz del deporte, la voz ronca, que no bronca.

AMIGOS
Paco Peña, pionero periodista de los deportes del motor en Radio Nacional de España (RNE) desde los años 80 hasta la prejubilación en 2013, trabajó codo a codo con Juan Manuel Gozalo, y así describe al comunicador cántabro fallecido en 2010. “Gozalo era un monstruo. No ha habido ningún periodista deportivo en nuestro país que le haya superado, incluso tiene un premio de Estados Unidos como reconocimiento a su labor profesional. De motociclismo sabía poco más que los logros de Ángel Nieto pero yo le fui adoctrinando y aprendió mucho. En directo manteníamos broncas que, en realidad, eran bromas, que preparábamos porque gustaban mucho a la audiencia. Gozalo sabía de todos los deportes, lo mismo le daba al ciclismo, que al motociclismo, que a la Fórmula 1, sabía documentarse muy bien y aunque te hacía trabajar mucho… él, de largo, era quien más trabajada. Gozalo tenía mucho ego pero era un gran trabajador, no ha habido ni habrá otra persona en el mundo que le haya dedicado más tiempo al deporte. Incluso le pagó a Almudena Cid un vestido para poder ir a unos Juegos Olímpicos”, detalla Paco antes de añadir: “Cada vez que escucho en Radio Marca que aluden al estudio que lleva el nombre de Gozalo en esa emisora, donde solo estuvo dos años, me siento casi avergonzado de que Radio Nacional no le haya homenajeado cómo se merece”, concluye pesaroso el periodista vallisoletano en su charla telefónica con El Correo Gallego.

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