Cuando Encarna Sánchez y Enrique Tierno Galván se unieron para recaudar dinero para homenajear a ‘El Yiyo’

Encarna Sánchez

David González lo recupera desde elcierredigital.com: Encarna Sánchez y Enrique Tierno Galván se unieron en 1985 para conseguir homenajear a José Cubero ‘el Yiyo’, un joven torero de prometedora carrera que perdió la vida en la plaza de Colmenar Viejo (Madrid), tuviera un monumento frente a la plaza de Las Ventas. La famosa locutora decidió organizar un programa para recaudar dinero y consiguió junto un millón de pesetas.



Frente a la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid, se erige un espectacular monumento en memoria del malogrado torero José Cubero ‘El Yiyo’. Este monumento frente al coso madrileño esconde una historia curiosa, ya que se debió a una de las mujeres más populares y polémicas de nuestro país, Encarna Sánchez.

En ese momento la periodista almeriense era la reina de la radio española gracias a su programa vespertino de la COPE Directamente Encarna. El 30 de agosto de 1985, José Cubero ‘El Yiyo’ murió en la plaza de Colmenar Viejo (Madrid) al ser alcanzado por el asta del toro Burlero.

El 17 de diciembre, Encarna decidió hacer un programa especial dedicado a su figura con el fin de recaudar dinero para erigir una estatua en su honor en Las Ventas realiza por Luis Sanguino. En el programa de Encarna participaron toreros como Palomo Linares o Antonio Chenén ‘Antoñete’ que había compartido cartel con ‘El Yiyo’ la tarde de su muerte. También intervinieron en directo Carmen Sevilla, Lola Flores y el periodista Antonio D. Olano que publicaría una biografía sobre el finado diestro titulada Adiós, príncipe, adiós.

Encarna Sánchez.
Se recaudó un millón de pesetas pero para los permisos municipales Encarna recurrió al entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván. «‘El viejo profesor’ se llevaba bien con Encarna desde que se conocieron en 1981 cuando ella emitía desde Barcelona porque su mujer, Encarna Pérez era una gran fan del programa de Encarna», explica a Elcierredigital.com Pedro Pérez, productor de Encarna Sánchez en ese momento. «A Encarna no le gustaban los toros pero no estaba en contra y si tenía que entrevista a un torero o presentar un festival benéfico taurino, lo hacía», añade. El monumento se instaló en diciembre de 1987.

Muerte de «El Yiyo»
Eran las ocho y cincuenta minutos de la tarde del 30 de agosto de 1985 cuando el toro «Burlero», de la ganadería de Marcos Núñez, le atravesaba el corazón a José Cubero «Yiyo». Entró en la enfermería de la plaza de Colmenar Viejo prácticamente sin vida y los facultativos nada pudieron hacer por salvársela.

Al modesto domicilio de los Cubero Sánchez, en la calle madrileña del Bósforo, del barrio de Canillejas, llevaron el cuerpo del joven matador vestido con un terno color granate ribeteado de adornos negros y depositaron el cadáver.

La cogida de El Yiyo.
Una nueva y extraña circunstancia rodeaba la muerte de «El Yiyo», como lo fue su inclusión en ese cartel de Colmenar Viejo, durante las fiestas agosteñas de 1985 en honor a la Virgen de los Remedios, Patrona del pueblo. Pues en principio, José Cubero no estaba contratado para esa tarde. Quién sí lo estaba era Curro Romero, que el día anterior al festejo comunicó a la empresa su imposibilidad de torear, facilitando un parte médico por lesiones en la espalda. Y ya de madrugada, cuando «Yiyo» y su cuadrilla regresaban a Madrid de otra corrida celebrada en Calahorra, el empresario y apoderado del torero llegaron al acuerdo de que «El Yiyo» sustituyera al «Faraón de Camas».

Con su muerte, solo queda ya en vida Vicente Ruiz “El Soro”, a quien Paquirri iba a apoderar en la temporada taurina de 1985, tras su deseo de retirarse de los ruedos como matador.

La maldición del cartel de Pozoblanco
Vicente Ruiz ‘El Soro’, nacido en la localidad valenciana de Foyos en 1962, es hoy el único superviviente de la tragedia de Pozoblanco (Córdoba). Un suceso que ha pasado a la historia de España. La tradición taurina establece que cuando un toro acaba con la vida de un diestro, la cabeza del astado ha de ser quemada. Eso no se hizo con Avispado y para algunos, ese es el origen de la que se ha dado en llamar la maldición de Pozoblanco y que ha afectado a todos los que compartían tarde con el marido de Isabel Pantoja.

En 1994, Vicente Ruiz ‘El Soro’, el único superviviente del cartel de Pozoblanco, sufrió una tremenda lesión en uno de sus tobillos al saltar la barrera en Benidorm, lesión que se le complicó y propició su retirada de los ruedos. Desde entonces, el valenciano ha sido intervenido quirúrgicamente en 64 ocasiones, truncándose su carrera taurina.

Vicente Ruiz, el Soro.
Hace escasos meses fue ingresado en estado muy grave en Valencia al sufrir fuertes dolores en el pecho, que advirtieron al matador de Foyos que estaba sufriendo un nuevo infarto de miocardio. Otro más que se sumaba al que ya sufrió mientras recibía un homenaje en Roquetas de Mar (Almería). En esa ocasión, los médicos decidieron implantarle un estent en la arteria coronaria, logrando estabilizarlo y recibiendo el alta días después.

Los problemas de salud de Vicente Ruiz ‘El Soro’ no solo se limitan al corazón y es que la famosa rotura de ligamentos en su rodilla izquierda, lo que precipitó su retirada de los ruedos en 1994, le ha obligado a ser operado hasta en 40 ocasiones para recuperar la movilidad en las piernas. Finalmente la solución llegó con la implantación de una pierna biónica, gracias a la cual pudo volver a los ruedos en 2015, aunque solo fuese para despedirse por la puerta grande.

Pero no quedan aquí las circunstancias que rodean la maldición de este cartel de Pozoblanco. Juan Luis Bandrés, uno de los propietarios de la ganadería de Salayero y Bandrés, que se lidió aquel 26 de septiembre de 1984 en Pozoblanco, era asesinado a tiros en diciembre de 1988 en Algeciras por un empleado suyo de la naviera ISNASA.

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