Cinco generaciones de mujeres y una misma pasión, la radio

“Qué bien verte de nuevo y qué ojos tienes”, “Morena, qué baja tienes la matrícula, refiriéndose a mi culo” o “Te gusta el fútbol porque tendrás un novio futbolero” son algunos de los micromachismos que han escuchado las periodistas de Radio Nacional. Unos comentarios que se encuentran ‘normalizados’ o que son considerados como ‘bromas’. Sin embargo, son inadmisibles. La profesión no está exenta de machismo, todavía seguimos preguntándoles sobre la maternidad, dudando de su profesionalidad o relegándolas a un segundo plano en la toma de decisiones, entre otras muchas desigualdades.



Con motivo del 8M, Pepa Fernández, directora de No es un día cualquiera; Samanta Villar, directora de A media mañana; Laura Barrachina, directora de El ojo crítico; Mamen Asencio, directora de Por tres razones, y Antía André, actual redactora de internacional y, durante casi seis años, redactora en el área de deportes, ahondan en las desigualdades de género desde la perspectiva laboral.

“No me están haciendo ni caso a lo que estoy diciendo por ser joven y mujer”
El género no debería ser determinante a la hora de empezar a trabajar, no obstante, muchas veces no es así. La primera brecha la encontramos a la hora de buscar empleo, a priori mucho más difícil para la mujer que para el varón. Y cuando llegas a un puesto siempre se cuestiona la preparación de la profesional o su trabajo pasa desapercibido. En palabras de Laura Barrachina, “yo sí he vivido esa sensación de que no me están haciendo ni caso a lo que estoy diciendo por ser joven y mujer. O cosas que tú habías dicho y, de repente, escuchas que las ha dicho un hombre. Entonces, sí que las van a hacer”.

La cara y la cruz de la maternidad
Despido a una mujer embarazada. ¿Es legal? Evidentemente no. En cambio, en los años 90 las cosas eran muy distintas. “Trabajaba en otra emisora del grupo COPE y me quedaban tres semanas para el parto cuando se acabó mi contrato. Me llamó mi jefe y me dijo: estando como estás ahora a punto de parir, pues no te vamos a renovar el contrato. En ese momento me quedé sin trabajo y tardé muchos meses en volver a trabajar”, confiesa Pepa Fernández. Además, reconoce que esta traumática experiencia, a nivel laboral, influyó en que no tuviera más hijos.

En la actualidad sería motivo de demanda al medio de comunicación. Pero los tiempos cambian para bien y en este hilo la experiencia de Laura Barrachina es contraria a la de la directora de No es un día cualquiera. “Cuando me quedé embarazada de mi primera hija me llamó Carlos Guerrero, antiguo director de informativos en Radio Nacional, para comunicarme que cuando volviera en septiembre iba a ser la directora de El ojo crítico”, revela Laura Barrachina.

¿Existe la conciliación familiar?
Este concepto hace referencia al equilibrio existente entre la vida profesional y personal de un empleado. Un derecho regulado por la Ley 39/1999, del 5 de noviembre, de todo profesional para trata de buscar una igualdad con los permisos de maternidad y paternidad sin que afecte negativamente a sus condiciones laborales. Sin embargo, es algún caso es una utopía, como en el de Samanta.

“Mis hijos están en Barcelona y el programa lo hago desde Madrid. El compromiso al principio fue que, con el tiempo, algunos días podría hacer el programa desde Barcelona. Pero me estoy encontrando con muchísimas resistencias a la hora de tomar esos días para poder hacer mi trabajo desde Barcelona”, reclamando más facilidades porque el precio por no ver a sus hijos es demasiado alto.

“Ser una enciclopedia no quiere decir que vayas a ser un buen periodista”
De igual manera que el deporte femenino comienza a copar más espacios en los medios de comunicación, crece progresivamente las profesionales que se quieren dedicar a este ámbito del periodismo. A pesar de que sea su vocación no es fácil adentrarte en un mundo dominado por hombres. “No es el sitio más cómodo para las mujeres”, afirma Antía André. La periodista ha sido durante muchos años una de las voces radiofónicas del área de deportes y admite que ha tenido que demostrar el doble que su homónimo masculino. Aun así, sí que se ha sentido valorada por sus compañeros.

Pero no todo ha sido idílico. Las situaciones incómodas también han estado presentes durante estos años: «Cuando he ido a hacer un partido, que me pregunte el compañero de otro medio, un técnico o la persona de las acreditaciones si vengo yo solita”. Al igual que los comentarios y las preguntas que a un hombre nunca se le harían.

“Los insultos y las críticas que he recibido, probablemente, es por tener el trabajo que a mucha gente le gustaría hacer”
Además, las amenazas o los comentarios despectivos son las prácticas habituales del ciberacoso en redes a los que las periodistas están expuestas. “Los insultos y las críticas que he recibido probablemente es por tener el trabajo que a mucha gente le gustaría hacer”, explica Antía André.

Mamen Asencio destaca que “la mejor respuesta, en general en la vida, es la sinceridad ante el odio. Cuando tú le respondes a la gente con sinceridad y, si puede ser, pones algo personal que es evidente, se ha acabado el hater”. Sin embargo, la franqueza de Samanta Villar fue castigada.

Con el nacimiento de sus mellizos, la periodista revolucionó las redes con sus comentarios sobre la maternidad siendo objeto de linchamiento. La directora de A media mañana, firme en sus convicciones, hace un balance de lo que supuso para ella ese episodio de su vida. “He tenido que hacer un ejercicio de perdón. Al principio me enervaba muchísimo, me dolía y me afectaba emocionalmente porque no deja de ser muy desagradable”, expresa.

A pesar de que en la actualidad no nos extraña ver a las mujeres ejerciendo sus labores en los distintos medios de comunicación y que el avance de la feminización de la profesión periodística es imparable, todavía se enfrenta todavía a asignaturas pendientes de primer orden.

74769